I: Melie

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La primera vez que vi a Melie, ella tenía siete años y se habían mudado a la casa de enfrente. Ella usaba sombreros de colores y se ponía alas de juguete. Lo sé porque siempre que salía la veía correr con una niña de cinco.

Cuando supe su nombre, fue el primer día de clases en sexto, ella se presentó y todos la empezaron a llamar Rainbow. A mi no me parecía bien ese apodo, porque ella no iluminaba, ella absorbía la energía.

Cuando la conocí, ella tenía catorce años, y yo quince. Llegaban tarde por ella, y, lamentablemente, también por mi. Se puso a hablar conmigo de la nada y de todo: del día, de su pelo morado, de su diamantina, de música y de un gato.

Cuando me empezó a gustar, fue un año después. Seré honesto: lo nuestro nunca fue un cuento de amor a primera vista. Ella no me agradaba demasiado, a ella le agradaban todos. Yo no era especial.

Cuando nos volvimos novios, yo tenía diecisiete y ella dieciséis. Éramos felices. Ella se pintó el pelo color blanco, y me obligó a hacer lo mismo.

Cuando la besé por primera vez, fue un mes más tarde. Estábamos en las fuentes del parque, recogiendo monedas que la gente había tirado pidiendo deseos. Podría decirse que destruimos las esperanzas de los demás y que se cumplió la mía. Era feliz, y ella también. Lo tenía todo: tenía a Melie.

Cuando fuimos al cine por primera vez, fue en mi cumpleaños número dieciocho. No vimos mucho de la película, porque se le ocurrió armar una guerra de palomitas y aprovechar que nos habíamos sentado en la fila de atrás.

Cuando vi a su hermana por segunda vez, fue en su cumpleaños número dieciocho: hubo una fiesta, la chica estaba sonriendo a todo mundo, era como Melie. A diferencia de algo: yo amaba a Melie, no a su hermana.

Podría narrar tantas cosas, pero se resumen en una sola: era muy afortunado, y, yo creí, que ella también. Tal vez lo era, pero ya no.

La última vez que vi a Melie, ella tenía dieciocho y yo diecinueve. Fue en una habitación de hospital.

La muerte es un lugar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora