Si Only Friends fuera mío, April y Namchueam habrían salido más.
ADVERTENCIA: Conversaciones sobre una relación abusiva en el pasado.
Perdón por ser tonta y cometer errores ortográficos y perder elocuencia... bueno... por no tener.
Su madre lo abrazó con fuerza, lo que era de admirar considerando que se trataba de un abrazo incompleto, tomando en cuenta la enorme caja de pizza ocupando su otra extremidad.
—¡Mi pobre bebé!— Exclamó de forma dramática. —Déjame ver esa herida— Solicitó alzándole el mechón de cabello que tendía a caer sobre el lado izquierdo de su frente.
La herida dueña del interés de su progenitora se encontraba cubierta por un curita (que Ray ayudó a colocar) de personajes de Pixar, obsequio de Nick (quien le había regalado una caja completa de curitas, entregándosela ni bien Sand ingreso a su espacio compartido en compañía de su novio).
Su madre se estiró dejándole en claro que buscaba colocar un beso en la zona herida.
Sand se preocupó por un momento, luego recordó que su herida estaba cubierta y que su madre no estaba usando su característico y amado labial rojo, por lo que la muestra de cariño de su mamá estaba bien.
Se inclinó un poco facilitándole a su madre colocar el beso sobre el curita.
—¿Estás bien? — Cuestionó su madre en voz baja y enfocada en conectar sus miradas.
Sand sonrió y asintió, obteniendo por respuesta un suspiró ruidoso de su mamá, sin poder descifrar si había sido de alivio o de preocupación.
No podía volver el tiempo atrás para así evitar herirse y no podía adelantar su proceso de curación para lograr que la herida sanara más rápido, esto simplemente salía de su control.
Se sintió muy incómodo por no poder encontrar una solución, por lo que en su lugar decidió enfocarse en algo que sí podía controlar, tomar la caja de pizza de manos de su madre.
Se estiró para intentar tomarla, pero por respuesta su progenitora se alejó de él, iniciando el camino hacia el comedor, colocando la caja de pizza sobre la mesa.
—No, no, no— Negó repetidamente. —Yo la llevo, tú estás herido— Lo riñó, girándose apenas a verlo de soslayo.
—En la frente, no en las manos— Protestó.
—¡Deja que te mime un poco! —Contraatacó su madre colocando sus manos sobre sus caderas de forma extrañamente amenazante.
Sand olvidó su edad por un instante, sintiéndose un infante otra vez.
—Siéntate— Le ordenó, dirigiéndose esta vez a la cocina seguramente en busca de platos.
El sonido de su taconear era curiosamente relajante.
Sand decidió que estaba demasiado cansado como para seguir protestando, así que terminó por obedecer.
—¿Dónde está Ray?, creí que estaría contigo— Preguntó su madre en voz alta, permitiéndole el escucharla pese a estar en otra habitación.
—Tenía terapia hoy—
—Oh— Exclamó su madre con entendimiento, sentándose junto a él y acomodando dos platos frente a ellos. —¿Y Nick? — Y como si con su nombre hubiera sido invocado, su mejor amigo salió de su habitación, con mochila al hombro, ropa de calle y bien peinado.
—¡Oh! — Exclamó su amigo quedándose muy quieto frente a su puerta por unos microsegundos, debido a la sorpresa, para recuperarse fácilmente, caminando hacia la mamá de Sand con sonrisa encantadora. —¡Hola tía!, no escuche cuando llegaste— Saludó Nick con confianza y cariño, acompañado de un beso en la mejilla.
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No puedo recordar como solía ser
RomanceSand no quería tener esta conversación, porque realmente no le gustaba el conflicto, lo hacía sentir sudoroso, incómodo y tembloroso. Agradecía que al menos Boeing se había ido a casa, por insistencia de Ray porque Sand... Sand no había podido hacer...