¿RECUERDAS CUANDO ERAS PEQUEÑA y creías
en los cuentos de hadas?Fantaseando sobre como seria tu vida, con un vestido blanco y un príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas. Durante la noche cerrabas los ojos y soñabas con aquello... Tu fé iba hacia santa Claus, el ratón de los dientes, y el príncipe azul. Estaban tan cerca que no podías creerlo, pero vas creciendo y un día abres los ojos y los cuentos de hadas se han quedado en los libros de princesas. Un día despiertas con resaca y con alguien durmiendo a tu lado que, puede ser, que le conozcas o no, quizá fue una aventura de la noche anterior o es tu esposo esperando a que suene el despertador y poder ir a trabajar. La cuestión es que, es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan cuando pasaste años esperando a que se hicieran realidad.
A casi todo el mundo le queda una pequeña chispa de esperanza de un día despertar y verse ahí; en su castillo solado con un príncipe azul a su lado.
En este preciso momento, me di cuenta de lo duro que es ser adulta. No era solo un cliché o una frase hecha, sino una realidad abrumadora que me envolvía día tras día. La vida de adultos, me digo a mi misma, no era solo trabajar para pagar las cuentas, sino también enfrentarse a situaciones difíciles y tomar decisiones que podían cambiar el rumbo de tu vida.
Recordé cómo solía pensar que ser adulta significaba tener libertad y control sobre la vida. Pero ahora, me doy cuenta de que también venía acompañado de una serie de responsabilidades y desafíos que a veces parecían difíciles de manejar.
La presión de tener una carrera exitosa, mantener relaciones personales saludables, cuidar de tu salud física y mental, y tratar de encontrar un equilibrio entre todas las áreas de tu vida se habían convertido en una montaña rusa emocional.
Me senté en la sala de espera de la oficina del consultor de carrera, con los nervios a flor de piel pero llena de esperanza. Después de meses buscando trabajo, finalmente había conseguido una entrevista para el puesto de conserje y guardia de noche en un lugar que desconocía.
El consultor de carrera, el Sr. Raglan, salió de su despacho con una sonrisa amable en su rostro. Me levanté rápidamente, estrechando su mano con entusiasmo.
—Gracias, Sr. Raglan. Estoy emocionada por esta oportunidad—le dije con voz temblorosa pero emocionada.
Me invitó a entrar a su despacho y ambos nos sentamos frente a su escritorio. Noté que había una taza de café medio vacía a su lado, lo que me hizo pensar que había estado trabajando hasta tarde. El Sr. Raglan revisó las notas que tenía frente a él y luego me miró con una expresión seria pero alentadora.
—Veamos...—revisó mis papeles con atención—, Trabajaste como vendedora, reponedora en varias tiendas... Oh, y como empleada doméstica de la Señora...—sus ojos deambulan por las hojas y su expresión se vuelve seria. Deja mi hoja a un lado y toma otros papeles, los Lee y luego me mira sonriendo—____, tengo buenas noticias para ti— me dijo. Mi corazón comenzó a latir más rápido. —Después de revisar tu experiencia laboral y tus habilidades, he encontrado un puesto en el que creo que podrías encajar muy bien—me incliné hacia adelante, ansiosa por escuchar más. El Sr. Raglan continuó, —La pizzería de Freddy's está buscando a alguien confiable y responsable para ser su conserje y guardia de noche. Necesitan a alguien que pueda mantener el lugar limpio y seguro durante las horas nocturnas.
Me sorprendí un poco ante la mención de la pizzería de Freddy's. Sabía que era un lugar muy popular durante los ochenta. Pues era el establecimiento al que frecuenté de niña y ahora se encontraba en mal estado, abandonado. Nunca había considerado trabajar allí. Sin embargo, estaba dispuesta a aceptar cualquier oportunidad que se me presentara.
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Daylight (Mike Schmidt Y Tú)
Fanfiction____ solo necesitaba un trabajo estable, uno en el que no fuera despedida al instante por su sarcasmo. -Vi el anuncio de trabajo y estoy interesada en la posición de conserje y guardia de noche. -¡Perfecto! Estamos buscando a alguien para cubrir ese...