Nueve años. Nueve años habían pasado desde que me encontré con ese niño. Me pasaba la mayoría del tiempo pensando en él, y aunque sólo le he visto una sola vez, nunca podré olvidarle.
Soy Rin. Tengo ahora mismo quince años y vivo en el continente seis. También conocido antiguamente como Europa.
Nunca he salido del continente seis, ni pienso hacerlo.
Después de que se derribaran los polos y surgieran los dos nuevos continentes como sustitución, todo era más pacífico que en otros tiempos.
Pero paso todo el tiempo encerrada en mi habitación, aislada de cualquier molestia o ruido. Y no me quejo de eso. La verdad, me gusta.
Me tumbo en mi cama y me paso la mayoría del tiempo dibujando en un cuaderno muy desgastado.
Siempre acababa dibujando lo mismo, un joven pelirrojo con un águila en el hombro. Lo único que cambiaba de los dibujos era la forma en que su ojo izquierdo se ocultaba, podía ser con un parche, su propio flequillo, cualquier objeto, incluso la cabeza de su águila. Pero siempre tenía el ojo oculto.
Me acuerdo que el día que conocí a Allen, corrí a llamar a mi hermana mayor Lala, le conté todo pero no me creyó. Mejor.
Ya era el 1 de septiembre del año 2039, el día y el año que empezaría nuevo curso y me instalaría en el instituto interno, El Hotel, como lo llabamos todos.
Ya me había despedido de mis padre y fui con mi hermana en autobús, ella ya empezaría su último curso.
Miré la ventana del autobús y me quedé observándonos. Nuestro cabello rubio resaltaba en el cristal. Lala tiene el pelo dorado y los ojos azules, yo tengo los ojos negros y el pelo de un rubio tan claro que parece blanco.
Dejé de mirar nuestro reflejo y miré el paisaje que se me mostraba.
Muros. Solo muros. Altas paredes que no dejaban paso ni a las aves. En ese momento me pregunté que es lo que habrá más allá de la muralla. Pero no me interesa descubrirlo por mí misma.
Mis padres me contaron que esos muros se levantaron unos años antes de que naciera, después de la Tercera Guerra Mundial, o también conocida como Apocalípsis. En esa guerra se destruyeron los polos y surgieron dos nuevos continentes para reemplazarlos. América del Sur se separó del Norte y África se dividió en dos, o al menos, eso es lo que he visto en los mapas y las noticias.
Nunca me he planteado viajar, este va a ser el primero que haga, cinco horas y media en un autobús sin levantarme en ningún momento.
Llegamos a nuestro destino unos minutos más tarde de lo previsto, cogimos las maletas que se guardan en la parte lateral del vehículo y miré con asombro El Hotel.
Cuando tenía siete años nos mudamos al continente cuatro, por estudios de mi hermana. Pero el año pasado finalmente volvimos a donde siempre ha sido nuestro hogar, el continente seis.
Estaba sumergida en mis pensamientos mientras entraba por la puerta giratoria del hotel.
Volvi al presente cuando sentí como alguien me abrazaba con fuerza por detrás.
-Rin.-decía una voz detrás mía.
Sonreí, reconocí ese tono de voz inmediatamente.
-Safu.-sonreí.
-Sí.
Me volví y la miré. No había cambiado nada desde que nos fuimos.
Safu era mi vecina y mejor amiga cuando era una niña, y lo sigue siendo. Su melena era corta y de color castaño oscuro, sus ojos azules brillaban de felicidad.
-Cuanto tiempo.-sonrió Safu.
-Ocho años.-me encogí de hombros.
Me tocó el pelo con la punta de los dedos.
-Te lo has dejado largo.-se rió.
-Y tú te lo has cortado.- dije tocándole la corta melena.
Ella asintió.
Me cogió del brazo y me guió hacia la mesa de recepción.
-De momento no queda ninguna habitación individual libre.-dijo la recepcionista observando un portatil blanco.-¿Te importa si te metemos en una doble?
Yo negué con la cabeza. No me importaba compartir habitación.
-De acuerdo.-tecleó rápidamente.-Una habitación doble... la 341. ¿Vale?
Asentí con la cabeza.
Safu empezó a dar saltitos de alegría.
-Bien.-sonreía.-Esa es mi habitación.Vamos a dormir juntas.Yo sonreí también. Que suerte.
La recepcionista me entregó la llave de la habitación con una sonrisa.Me di la vuelta para subir al ascensor pero la recepcionista me llamó.
-Antes de irte tenemos que entregarte esto.- me dijo.
Me acerqué a ella y me colocó una pulsera blanca con lucecitas de muchos colores en la muñeca.
Una pulsera de identificación.
-Introduce tu código en la pantalla táctil.- me señaló una parte específica de la pulsera.
Escribí con la punta del dedo una serie de números que me aprendí desde que tenía tres años.
Subimos Safu y yo en el ascensor juntas, le dimos a la tecla tres y un chirrido empezó a resonar alrededor nuestra.
Las puertas se abrieron de par en par y lo primero que vi fue una gran sala de estar con sofás y sillones de terciopelo.
Yo miré todo asombrada.
-Vamos.-me llamó Safu.-La habitación está por ahí.-dijo mientras señala un pasillo a mano derecha.
-Ahora voy.-dije.
-Recuerda.341.
-Siii.-cerré los ojos.
Ella desapareció por el pasillo, yo me quedé mirando la sala de estar.
Las ruedas de mi maleta resonaban por todo el piso.
Escuché el sonido de unos pasos corriendo. Me volví, era del pasillo de la izquierda.
Unos segundos después vi a una figura corriendo hacia mi, una figura encapuchada por una sudadera negra se chocó contra mí y los dos caímos al suelo.
Yo me quejé pero el tipo que me tiró me tapó la boca con la manga de la sudadera.
Se levantó de un salto y corrió a una esquina tirando de mi brazo.
-¡Eh!-me quejé, pero volvió a taparme la boca.
Por el rabillo del ojo pude ver un poco su cabeza tapada por una capucha. Unos pelos pelirrojos se asomaron desde su frente y yo abrí los ojos como platos.
Se separó de mí y miró por el pasillo por donde había salido, esperando a alguien.
Miró a ambos lados con precaución y se acercó a mí. Sin ninguna palabra.
Le miro fijamente.
-Tú...-murmuré.
Él me miró a los ojos, pero yo solo conseguí ver un ojo verde brillante.
Sonreí de alegría y me tapé la boca con ambas manos de la emoción.
-Allen.
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HOTEL NO.6
Ficção CientíficaEn el año 2039 los siete continentes han decidido que todos los estudiantes desde 13 a 18 años deban estudiar en unos apartamentos especiales. Eran siete, pero ahora solo quedan seis. Yo estudiaré en el mismo hotel no.6, donde estan empezando a suce...