cap.3 LAS REGLAS DEL HOTEL

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Todos los alumnos se volvieron mirando una mesa apartada de las demás, allí se sentarían los profesores. Todos se habían callado, lo que me sorprendió.

El director estaba en el centro de la mesa,estaba de pie. Era un hombre alto y delgado, tenía el pelo grisáceo con todavía algunos pelos castaños, unas gafas de culo de botella agrandaban su ojos marrones.

-Bienvenidos un año más al Instituto Interno Nacional del Continente Seis.-dijo.

Todos aplaudimos, la mayoría con desgana.

-Espero que los nuevos alumnos no hayan tenido problemas instalándose.-continuó. Safu y yo nos reímos disimuladamente.-Como ya sabrán todos los alumnos que ya han estado aquí otros años, el primer día se les entregarán los horarios y el repartimiento de las clases. Ya tenéis en vuestras pulseras de identidad toda la información instalada.

Miré mi pulsera como todos los demás, deslicé el dedo por la pantalla táctil y apareció un pequeño holograma donde había una pequeña cuadrícula con las horas y las clases de tercero. Lo quité para verlo con más calma después.

-Explicaré todas las normas a los nuevos alumnos.-prosiguió.- Todo el alumnado tiene que encontrarse en el aula de la clase a la hora prevista, si llega tarde, no tendrá el derecho de entrar en el aula. Se proporciona cinco minutos en el espacio entre clase y clase para poder coger los materiales necesarios e ir al siguiente aula. Los recreos son de 12:30 a 13:25, en ese espacio de tiempo hay que estar igualmente dentro del recinto. No se permite salir por la noche.

Safu me miró con las cejas levantadas, la empujé del hombro con una risita.
-Todos los alumnos, excepto los de último curso, son obligados a llevar el uniforme oficial del instituto.
Miré a mi hermana, ella no llevaba el uniforme, llevaba una blusa azul con un lazo rosa en el pecho.

-En las fiestas nacionales, les es permitidos salir a los alumnos, siempre que sea autorizado por los padres. Cada alumno posee una taquilla que se abre con la pulsera, en ella es obligatorio meter el material escolar y nada más. Los objetos de valor (móviles, ordenadores portátiles, etc) no se pueden tener en horas de clase, tienen que estar en las habitaciones. Ningún chico puede entrar en las habitaciones de las chicas, ni viceversa.-echó una mirada a todos los chicos de las mesas de tercero y cuarto.-Las horas libre son solo para el estudio, cuando se termina, puede hacer lo que quiera. Las clases extraescolares son gratuitas, en ellas se da: pintura, música, cocina, informática, latín y natación; es obligatorio participar al menos en una de esas actividades. No se puede tener ningún animal en el instituto, si se encuentra uno, será el alumno expulsado.

Carraspeó. Todos pusimos mucha atención.
-Y por último. Este año se les prohíbe salir del recinto a los alumnos de primer curso.

Todos, también los de primero, hicieron gritos ahogados y empezaron a protestar.

-¿Sigues queriendo volver a primero?-preguntó sarcásticamente un chico de mi mesa a la chica que estaba cerca mía.

-Esto es increible.-murmuró Safu.-Nunca se les ha prohibido eso a los de primero.¿por qué ahora sí?
Todo el comedor se había convertido en un barullo, todos los alumnos de todos los cursos protestaban y gritaban.

-Qué paséis buen año.-concluyó el director.

Todos se levantaron malhumorados y salieron del comedor para volver a las habitaciones.

Mientras estabamos subiendo por el ascensor, caí en algo que no recordaba.

Allen.¿Qué podía hacer? Si lo encontraban seguramente lo llevarían a un centro de menores y yo sería expulsada.

Entré corriendo en la habitación y miré la cama. Seguía aquí, incosciente.

Me recorrió una oleada de alivio pero después de angustia.

-Sigue aquí.-observó Safu al entrar.- Que raro.

-¿Raro?-me extrañé.

-Sí, el efecto de la parálisis no puede durar tanto tiempo. Es raro.

-Una cosa, Safu.- dije.-¿Aquí hacen revisiones de cuarto?

-Sí.-asintió.-Todos los martes.

-Hoy es lunes.-dije asustada.

Miramos a Allen. Safu se mordió el labio inferior.

-Haremos algo por la mañana.-dijo cogiendo el pijama.-Si sigue aquí, buscaremos alguna forma de esconderlo.

Asentí.

Cogí el pijama y me lo puse en el baño. Cuando salí comprendí otra cosa.
-Allen está en mi cama.-murmuré.

Safu se volvió.

-Duerme a su lado.-se encogió de hombros.-Hay espacio.
Era cierto.

Me metí bajo la sábana con cuidado, nada lejos de Allen. Estaba tan cerca que sentía su respiración en mi nuca.
Al cabo de unos minutos, el sueño se apoderó de mí.

Yo siempre he tenido el sueño ligero, me despertaba por solo el sonido de una mosca. Por eso me desperté al sentir un movimiento en la cama.
Abrí los ojos de golpe y me quedé quieta, escuchando.

Unos pasos que se dirigían a la ventana.

Me incorporé lentamente y vi que estaba sola en la cama, y una sombra estaba de pie junto la ventana.
-Allen...-susurré.

El chico se volvió, no podía distinguir su cara en la oscuridad pero sabía que era él.

Me levanté sin hacer ruido para no despertar a Safu y me acerqué a él de puntillas.

-¿Qué estás haciendo?-susurré.

Allen suspiró.

-Irme.-susurró.-Me encantaba su voz.

-¿Por qué?-susurré.

-Simplemente.-murmuró.-Este no es mi sitio.

Salió a la terraza y le seguí.

-¿Qué quieres decir?-pregunté levantando un poco la voz.

Allen negó con la cabeza y se subió al balcón para tirarse.

-Espera.-le agarré del brazo.-¿Puedo saber al menos a dónde vas?

-¿Por qué no lo averiguas tú misma?-me ofreció su mano.

Le miré sorprendida, tenía muchas ganas de coger su mano e irme con él a quién sabe donde.

Pero antes de que mis dedos tocaran los suyos, aparté la mano.

-No puedo ir contigo.-negué.-Mi hermana se preocuparía. 

-Ah, claro.-se encogió de hombros. Parecía apenado.-Lo entiendo.

Retrocedí.

-Entonces,¿nos volveremos a ver?-pregunté susurrando.

-Tenlo asegurado.-y desapareció tirándose por el balcón.

HOTEL NO.6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora