Los lazos que nos unen #1

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Un día tormentoso. Desde que era pequeña siempre admiraba mirar los relucientes rayos de luz, como parecían chocar con el suelo y parecían esparcirse poco a poco.

Como era de normal, siempre me sentaba con una manta en el gran hueco que tenía el marco de la ventana. No entendía porque a la gente les daba miedo, puede que hayan matado a varias personas pero, yo no los temía.

La puerta de mi habitación estaba entornada, la única iluminación que tenía era la luz de los relámpagos. Rocé el cristal levemente, contemplaba cómo todos los invitados de la fiesta entraban en la mansión. Todos iban demasiado elegantes y sofisticados. 

Por mi parte, llevaba puesto un largo vestido que combinaba con el color extraño de mis ojos, sí, extraños, nací con los ojos de un color índigo. Los médicos afirman que es por algún antepasado, aunque lo dudo un poco.

—Blair—. Me llamó una voz femenina desde el pasillo.

—¿Sí, madre?

—Baja ya, te están esperando— afirmó mientras el sonido de sus tacones resonaban por los pasillos mientras se iba.

Suspiré algo agobiada por la presión. En la gran fiesta, mi padre, el alcalde de la ciudad, Alexander Van Ewen, dará un graaan discurso a toda la ciudad.

Bajé las escaleras apresuradamente, todas las miradas recayeron sobre mí.

Oh no, ansiedad social.

Tragué saliva y me senté junto a mis hermanos Oscar y Thomas.

El discurso estaba apunto de comenzar. Mirando a mi alrededor había gente muy importante, demasiado importante.

Mi madre y mi hermana estaban al lado de mi padre, él, se acomodó la voz y a continuación habló;

—Buenas noches a todos, soy Alexander Van Ewen ¡y bienvenidos otro año más a la gran fiesta de otoño!— la gente comenzó a aplaudir. —Este año hemos pensado en varios...—

Él continuó hablando, estaba bastante aburrida, todos los años era la misma historia de siempre "novedades nuevas de éste año para llevar a cabo la ciudad bla, bla, bla" menudo rollo.

Nuevamente, miré a mi alrededor, y algo me dejó desconcertada. ¿Desde cuándo hay una puerta secreta en la oficina de mi padre? Bah serán alucinaciones mías.

Blair, ¿En qué momento has bebido?

Vale, definitivamente es real, sólo tengo que encontrar una forma de llegar a esa puerta, ahora es ¿cómo?

—Pss Thomas— le susurré a mi hermano.

—¿Qué quieres, Blair?

—Tengo que ir al baño.

—¿Ahora? Es en pleno discurso de papá, ¿es muy urgente?

Vale, no me creo que vaya a decir ésto pero...

—Número dos.

Adiós dignidad.

—Oh. Vale pues...ve al baño— dijo algo avergonzado.

Salí corriendo en dirección al piso de arriba, asegurándome que nadie me viera, entré en el cuarto de papá. Ladeé la puerta y me aventuré hacia la puerta.

Examinando la cerradura, estaba cerrada.

Genial, a buscarla.

Busqué por todos lados, en las cajoneras, armarios, escritorios, etc... No había manera de encontrar dónde estaba.

Lazos y Espinas | Bilogía desaparecidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora