Tina

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Era viernes, el partido anterior lo habían ganado los Montrose Magpies lo cuál había aliviado la tensión que tenían del partido que habían perdido. Pero hoy, quienes jugaban era la liga infantil. Era bastante tierno y divertido ver a puras miniaturas correr o medio sobrevolar sobre sus minis escobas. La cancha la hacían mucho más pequeña a un tamaño adecuado a los niños. Hacia frío, llevaba puesta la americana que Newt me había prestado, pensaba regresársela pero no había tenido la oportunidad y la verdad es que hasta el momento era la única prenda que me mantenía caliente. Estaba sentada en una de las gradas laterales, en lugar había padres, familiares y aficionados de ambos equipos del equipo que iban a ver el partido por diversión.

Vi a Tavie salir al campo con el resto de su compañeros, no se veía nada nerviosa y tenía una mirada decidida. Los niños comenzaron a buscar a sus papás o conocidos con la mirada. Tavie alzó su brazo y comenzó a saludar entusiasmada pero no lo hacia en mi dirección, miraba al frente, su sonrisa se ensanchaba y se agitaba con fuerza. Seguí su mirada y no estaba preparada para lo que encontré. Newt estaba sentado en las gradas de frente al estadio, llevaba una playera customizada con el número 18, número con el que jugaba Tavie encima de una sudadera, una gorra con el logo del equipo y a su lado Gen, quién también llevaba una playera con el número de Tavie, sostenía un guante de espuma con el número 1 el cual movía de un lado a otro. A un costado de Gen, estaba Graham, Rogers y Randall quienes también habían ido a ver a Tavie y a los hijos de Sanders, quien estaba sentado unas cuantas gradas arriba de ellos pero con los números de sus hijos.

No podía creerlo, me latía el corazón de emoción. Ver el rostro de Tavie entusiasmada me llenaba de felicidad. Cuando giré mi rostro de nuevo hacia ella, me saludaba con una enorme sonrisa. Le devolví la sonrisa y me señalaba en dirección a los chicos, gritando "vinieron a verme mami". Asentí feliz y volví a mirar hacia ellos, mis ojos se encontraron con los de Newt, le sonreí y él alzó una playera, la giró y me mostró la parte de atrás. 18, GOLDSTEIN. Mi corazón estaba vez intento salirse de mi pecho, me había mandado hacer una playera, cómo la de él y Gen. No podía creerlo, me plantee por un segundo estar soñando pero no lo estaba. Me puse de pie y caminé hasta ellos.

-TINA!! -gritó Gen parándose y caminando para llegar a mi para abrazarme.

-Hola Gen! -le devolví al abrazo y mientras ella volvía a su lugar me giré a los chicos.

-Gracias por venir. No tenían que hacerlo.

-Bromeas?? Y perdernos a la futura buscadora de los Montrose Magpies?? -dijo Randall.

Les sonreí y caminé por el pasillo esquivándolos. Cuando llegue a la altura de Newt, mis pies chocaron con los de él y casi me caigo, coloque mis manos sobre sus hombros y él me tomó por la cintura. Sentí la mirada picara de Gen sobre nosotros pero la ignoré, me incorporé despacio y sin mirar a Newt me senté a su lado. Después de unos minutos en silencio por fin hablé.

-No sé como agradecerte este gesto. Siento que un simple gracias no basta.

-No tienes nada que agradecerme. Sé lo importante que es para Tavie sentir que tiene gente que la apoya y aquí estaremos siempre que podamos.

Giré a verlo, podía sentir el calor de su cercanía. Él también me miro y me sonrió dulcemente.

-Eso es para mi? -pregunté esquivando su mirada y observando la playera que descansaba en su regazo.

-Ohh sii..-dijo nervioso levantándola.

-Está increíble. Muchas gracias Newt. De verdad muchas gracias. -me atreví y le di un apretón de mano.

Me puse la playera encima de su americana, avergonzada de que viera que la traía pero si le molesto no dijo nada.

Fue un partido bastante divertido, ver a niños intentando jugar era un espectáculo. Tavie lo hizo bastante bien y a pesar de no haber atrapado la snitch que volaba muchísimo más lento que la verdadera, el equipo ganó. El ambiente era festivo y familiar en el estadio y tenía que aceptar lo mucho que me gustaba ver a Tavie en ese tipo de entorno. La gente comenzó a pararse y cuando yo lo hice, sonó mi celular. La saqué de mi bolso y era un mensaje de Leta.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora