Capítulo 10

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—¿Llevas tu chaleco antibalas? —le preguntó Kris por millonésima vez.

Tao suspiró, más que feliz de complacerlo. Sabía lo preocupado que estaba su compañero. Finalmente había llegado el día que Kris más había estado temiendo durante los tres meses que llevaban juntos oficialmente. Finalmente salía al campo, y sabía que Kris era un manojo de nervios.

Tao se acercó y cogió la parte posterior de la cabeza de Kris, y luego la bajó para un breve un beso. —Lo revisé todo y lo comprobé doblemente. No te preocupes.

Kris le dio una mirada irritada. —¿Cómo puedo no preocuparme? Vas a salir a la batalla, y podrían herirte o algo peor.

—Te dije que volvería contigo —le recordó Tao.

—Sí, sólo quiero que te asegures de volver de una sola pieza.

—Me aseguraré de no volver como tu paciente, ya que tu trato con ellos es realmente un asco.

Kris lanzó un gruñido. —Eso me han dicho.

—Realmente tienes que trabajar en ello. Quizás te compre un libro sobre el tema. Algo así como 'bálsamo para el alma de un médico de cabecera'.

—No creo que tengan ese libro por ahí.

—¿Por qué no? —Se encogió Tao—. Hay uno para cualquier cosa.

—¡Hey, Tao! —gritó Seungmin—. ¡Hora de irse! Tao le dio un último beso. —Te veo más tarde.

—Sólo asegúrate de volver pronto. No me gusta estar preocupado por ti —dijo Kris mientras lo sostenía en un fuerte abrazo.

Tao se desenredó y corrió a unirse con los demás en la parte trasera de la camioneta. Se las arregló para encajarse entre Seungmin y Han. Esta misión iba a ser similar a otras tantas que los equipos habían estado llevando a cabo últimamente, entrar y rescatar a pequeños grupos de cambiaformas que estaban en manos de los esclavistas.

La cuestión era que se trataba de un proceso difícil. Puesto que el lugar estaba tan fuertemente custodiado en el exterior, se tenía que asegurar, literalmente, el lugar desde el interior hacia el exterior. De esa manera los esclavistas no mataban a los cautivos antes de que los miembros de la coalición tuvieran tiempo de entrar a rescatarlos. Ahí es donde los asesinos entraban en juego. Iban dentro y mataban a los guardias en primer lugar, asegurando a los esclavos, y luego esperando mientras el equipo de Tao se hacía cargo de los guardias en el exterior.

Simple y fácil... ¿verdad? Sí, si no fuera por el hecho de que había balas volando sobre ellos, y uno tampoco podía olvidarse de las molestas granadas. No quería salir a eso.

Cuando la camioneta se puso en marcha, Seungmin comenzó a silbar, muy pronto toda la camioneta entonaba la melodía, y antes de que Tao lo supiera, todos estaban cantando su canción, la banda sonora de la película Flash Gordon. Se rio mientras se unía. Casi había olvidado lo mucho que le gustaba estar en un equipo como ese.

Les llevó cerca de una hora llegar hasta la ubicación, y en el momento en el que llegaron, todo cayó sobre ellos. Prácticamente casi estallaron en la parte trasera de la camioneta. Se reunieron de inmediato bajo una lluvia de fuego enemigo.

Tao se puso a cubierto con Seungmin y Han detrás de una SUV, el hecho de que todos se estuvieran riendo mostraba cuánto adrenalina bombeaba a través de sus cuerpos. No es que estuvieran locos ni ninguna otra cosa.

—Parece que va a ser fácil. No tienen mucho músculo en el frente. Sólo unos pocos guardias. Parece que los asesinos ya tienen asegurado el interior, aunque sólo están Xiumin y Hyunjin de servicio —informó Seungmin.

Serie de los CP 25 - El regreso del Doctor WuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora