-Toma, llévate la mía, iré a buscar a Draco y los demás -Tan pronto cómo nuestros padrinos se fueron, mi hermana me entregó su bolsa de dinero.Mi mirada se posó en Eirene, desde que estamos en hogwarts, Draco y Ella han sido inseparables, como cuando éramos niños, toda ella brilla al lado del rubio.
-¿Cuándo lo van a formalizar? -Le pregunté inclinando la cabeza hacia un lado. Mi hermana me lanzó una mirada confundida y luego se sonrojó al entender.
-Draco y yo no somos ese tipo de personas. Solo somos amigos -Respondió en voz baja.
-Enn no quiero que te hagas daño, Draco y tú han estado bailando alrededor por muchos años, Sirius y la tía cissa hicieron una apuesta y se que hasta el tío Severus y padre apostaron.
Mi hermana delicadamente bajo la cabeza, suspiré y le tomé de la mano.
-Escucha, Draco ha gustado de ti desde que lo conozco, solo sé más valiente y declárate y así podrán estar besándose -Terminé de hablar con una sonrisa burlona, ella al escuchar mi broma me miró y me golpeó el hombro, me reí divertida.
Abruptamente dejé de reír en el momento que la entrada a la oficina de dumbledore se abrió y de ella salieron una mujer pelirroja y un chico de nuestra edad.
Joder, nos quedamos demasiado tiempo, le apreté la mano que sostenía la de mi hermana y entregándole el grimorio y la capa le hice señas para que comenzara a irse. Ella me miró con el seño fruncido y le sonreí diciéndole que estaría bien.
Mirando la espalda de Eirene solo pude pensar que, como su hermana debía estar para cuidarla y como su alma gemela, debo hacer todo lo posible por su felicidad, me enderecé y quitando toda emoción de mi rostro me giré para ver a mi madre.
Esta vez, el golpe fue demasiado rápido que ni siquiera me dio tiempo para prepararme, puse una mano en mi mejilla que ahora debe estar roja y miré directamente a los ojos verdes furiosos de la mujer mayor.
-Deben estar contentas, estupidas niñas infelices -Con una rapidez impresionante, agarró la corbata azul del uniforme y me acercó a su cara. -Cómo pueden hacerme esto, soy su madre y me deben la vida, no arriesgue mi juventud y apellido para que ustedes me paguen así.
Furiosa, lleve mi mano hacia mi varita y la puse en su garganta.
-Me sueltas ahora mismo -Le susurré con voz mortífera, la pelirroja sorprendida alejo un poco su cara, pero siguió sosteniendo mi corbata, sin esperar una respuesta más y sin pensar en las consecuencias, coloqué mi segunda varita en su estómago y le lance la maldición expulsó. La mujer salió volando directamente hacia la pared y golpeándola estrepitosamente no volvió a levantarse.
Comencé a girarme cuando una varita entró a mi campo de visión, Longbottom estaba cerca de mí y me apuntaba. Me miraba enojado y le temblaban las manos.
-¿Que harás niño de oro? ¿vas a llamar a dumbledore o Lily? -Le pregunté con una sonrisa burlona y señalando con la cabeza a la mujer desmayada dije. -O espera, tu mami Lily no puede venir, lástima, tendrás que hacer algo tú.
Aún sonriéndo, me puse a su lado y pasando mis dedos por su varita y brazo musité.
-Pero sé que no lo harás porque te falta coraje -Incline mi boca a su oído y susurré -Se te va acabar tu reinado de oro, niño sobreviviente.
Separándome comencé a caminar hacia el pasillo.
-Deberías llevarla a la enfermería o hacerle el hechizo Rennervate, solo si lo sabes hacer claro -Sin detenerme, pero mirándolo por encima del hombro proferí.
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La vida que pudimos tener.
FantasyDos realidades, tres niñas mágicas envueltas en los planes de un señor de la Luz, un traidor a la sangre que dio todo por su familia, una sangre sucia que traiciono a los suyos para que su nombre sea recordado, un animago renunciando a su humanidad...