......< ════════════════════════ >......Me encontré en una incómoda cama de hospital, rodeado de sábanas blancas que crujían cada vez que me movía.
Después de dos días de sueño profundo, finalmente abrí los ojos, luchando contra el peso que sentía en mis párpados.
Mis pensamientos y recuerdos empezaron a emerger lentamente de la niebla que había envuelto mi mente durante mi largo descanso.
Dormir durante dos días completos fue sorprendente. Mi mente parecía decir: "¡Tienes que recordar lo que pasó!"
Dejé escapar una risa irónica mientras miraba el techo blanco por encima de mí, encontrando historias imaginarias en las grietas y manchas de la pintura.
Me estiré, me froté los ojos y bostecé. Pero el silencio que llenaba la blanca habitación me abrumaba, interrumpido solo por los susurros lejanos de las enfermeras y el ruido de los carros médicos en el pasillo.
Cada minuto que pasaba, mi paciencia se desgastaba y mi ansiedad aumentaba.
¿Qué era más tedioso, escuchar a Aqua explicando sobre el general del invierno o estar atrapado en un hospital?
- ¡Carajo, qué vida tan rara! - exclamé amargamente en voz alta, liberando mi frustración.
Mis palabras llenaron momentáneamente la habitación, y cuando se desvanecieron, el silencio pareció aún más abrumador.
Mis únicos compañeros eran mis pensamientos, y últimamente, no eran precisamente los mejores.
¿Por qué estaba yo aquí? La respuesta era simple: un tiroteo, balas perdidas y mi mala fortuna que me había dejado al borde de la muerte. Aunque, considerando mi rara suerte, no debería sorprenderme; pero aun así, era surreal sobrevivir a ese tipo de experiencia.
Lo que sí era extraño es que un tiroteo así, común en Estados Unidos, ocurriera en Japón. ¿Será que los roles se han intercambiado?
No tengo idea, pero una cosa es segura, agradezco al ángel que me encontró y me llevó al hospital.
Ya he perdido la cuenta de las veces que he estado cerca de la muerte.
- ¿Es que acaso tengo una maldición? - murmuré, mirando mis propias manos en busca de respuestas.
Mis pensamientos se desviaron hacia una cercana ventana, donde observé un hermoso día soleado, que se desplegaba ante mis ojos.
Los edificios y hogares cercanos que se veían desde mi posición me brindaban cierto consuelo.
- Esto es muy tranquilo ... creo que podría acostumbrarme - murmuré para mí mismo.
A fin de cuentas, aún seguía siendo un "nini", alguien que preferiría el silencio.
De repente, mi recién expresada tranquilidad se vio corrompida por una melodía animada y un tanto infantil que provenía de un teléfono móvil.
Si, definitivamente tengo una maldición.
Como de costumbre, por un momento pensé que era Aqua la que hacía los ruidos; pero, obviamente no fue así.
Que ironía, por haber estado mucho tiempo en un mundo de época medieval, ya me estaba olvidando de lo que era un teléfono.
Miré por los alrededores, buscando el propietario del objeto y..... no encontré a nadie.
- ¿De quién será este teléfono? - murmuré por pura curiosidad mientras recogía el dispositivo.