Capítulo 9: Trato

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"Vendí mis convicciones al diablo"

La sala de juegos soltaba un hedor fuerte. Olor a sangre, a muerte y a coágulos. Nadie se atreve a llevarle la contraria al diablo que reina allí, que en silencio va entrando nuevamente en la sala de juegos, con Lee en brazos. Mirándolo de vez en cuando, está cubierto de repugnancia y es una cosa bonita. Las cositas bonitas deben lucir algo mejor. Aunque, a pesar de ser una cosa bonita, es una presa que debe desmembrar.

Deja a Jin el suelo y lo mira. Es una clase de tarea que se ha propuesto, de quebrar el espíritu de Lee.

Luce todo arruinado y asqueroso. Pero, no luce realmente como una presa. Lo que es contradictorio para Jungkook, sin embargo, torturarlo es necesario.

Solo que... el chico le ha agradado. Pero, más le agrada masticar carne humana.

Aún así, mientras se quita su camisa, quedando de pantalón negro luciendo tan elegante sin nada arriba. Lee sigue más que inconsistente y despertar no es algo que suceda pronto.

Hay un hecho entre la gran Élite, nadie sobrevive a ellos, realmente no lo hacen y nunca nadie lo hará, pero Lee lo desafió. Una cosa bonita queriendo ponerse en su mismo nivel.

Pero un trato es un trato. Y el diablo se va a cobrar el alma de Lee.

Jungkook tiene tantas ideas en mente. Muchas cosas, la Escala Real es lo primero que suena en su cabeza.

Casarse con Seulgi Kang es una obra de arte que debe llevar a cabo. Porque una cosa es segura; el poder lo es todo.

Dentro de 3 años el poder será para los Jeon. Y nada va a evitar que asuma el reinado como tal.

Jungkook se acerca al estante que nada tiene que ver con el lugar, porque luce una madera fina y dentro de él, copas de cristal. Habían puesto esas cosas en la sala de juegos solo por mero capricho.

Saca dos copas y las deja sobre una de las mesas de tortura. Busca entre tantas porquerías que tiene en el lugar, el sitio de los cuchillos, toma una bella daga que en la punta de su mango color negro, lleva una punta de oro, el brillo del filo hipnotiza a Jeon. Que antes de perderse en la dulzura que le provoca la muerte, lleva aquel filo hasta su pecho. Donde clava la punta en su lado izquierdo, donde hace una tallo amplio pero no muy profundo.

La sangre brota a lo que Jungkook toma una de las copas que abarcan brillo por su perfección. Jungkook se inclina y deja salir sangre que cae dentro de la copa. No es mucha, por lo que se ve en la obligación de clavar la hermosa daga un poco más para que salga más sangre.

La copa no se llena, pero tiene un poco menos de la mitad. Jungkook disfruta del dolor que siente y, por ende, sonríe.

Deja la copa donde está. Y busca una jeringa.

Quitarle sangre a Lee es lo que sigue. Debe ser un trato justo, así que mientras la cosita sigue desmayada, Jungkook quita sangre de su brazo.

Llenando la jeringa al tope, cuando la quita hilos de sangre salen del brazo todo dañado de Jin. Jungkook pasa su lengua absorbiendo el sabor metálico que le gusta.

Se pone de pie y trata de no mirar demasiado al chico, tiene una piel tan linda y, parece irreal. Vaya cosita bonita se consiguió como presa.

Podría follarlo. Penetrarlo hasta que sus cuerdas vocales sangren de lo lastimadas que estén a causa de loa gritos. Es una cosita bonita para hacerle perversidades.

Pero, eso no se puede, a la presa se la tortura. No hay acto de satisfacción para ambas partes.

Debe quebrar la valentía de Lee para que suplique que lo mate. Y repartir los trozos de su cuerpo.

Millions | KookJin +18 LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora