Capítulo 16: Píldoras

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"Santos que son pecadores"

SeokJin está por llorar, esos llantos que vienen de manera inconsciente, el temblor en sus muslos no era algo que pueda controlar y de alguna manera se siente drogado sin haber realmente consumido un tipo de droga que se inyecte ni se aspire. Hasta el momento está muy confundido o con la realidad alterada. Su cuerpo padece algo parecido a una convulsión, los espasmos no le permiten ni abrir siquiera sus ojos, lamentablemente le dolía las articulaciones incluso para mover un dedo.

La razón no es mala, es lo que le sigue. Su cuello está herido y ni hablar de las veces que vio pasar su vida delante de sus ojos. En este momento está recostado en posición fetal, completamente desnudo y sin una sábana que lo cubra. Siente el olor a sangre que no es suya pero que gobierna partes de su cuerpo, su primera vez fue dolorosa y ahora sigue en el mismo trayecto.

Abre sus ojos con pesar y visualiza una figura de pie a lo lejos, bueno, no tan lejos. Vuelve a cerrar los ojos y trata de gobernarse y acomodar sus pensamientos. Su boca se mueve sola y la siente demasiado reseca, se ve en la obligación de mojar sus labios con su saliva y los siente heridos a causa de las mordidas.

Es tomado nuevamente por unos brazos y se permite recostar su cabeza en el pecho ajeno donde los sonidos fuertes y concisos retumban sus oídos, es el funcionar de un corazón acelerado y SeokJin no sabe si es el suyo u otro.

Relaciona la emoción de su corazón enloquecido con el recuerdo que aparece de Hoseok y Jimin. Aunque su labio tiembla al recordar su realidad y la razón de su estadía allí. Una de sus personas favoritas lo vendió y condenó, Jimin lo hirió de muerte y ahora su recuerdo le agrada pero lo llena de confusión, rabia y tristeza.

—Jimin... —susurra con el pecho lleno de angustia que necesita volverse llanto. Acumularlo solo traería más dolor.

Obviamente no recuerda que solo no está y aquel nombre dicho de sus labios terminó por hacerlo despertar cuando es arrojado de un solo tirón al agua de la bañera.

Su cuerpo golpea contra el mármol y hace una mueca de dolor ya que todo su cuerpo duele.

Abre los ojos y pestañea alejando su incomodidad, mira hacía un costado listo para encontrarse con un espectro como ya está acostumbrado. Solo que el espectro luce condenadamente bien, como un jodido animal para coger.

—Estoy vivo... —le dice a Jungkook como si estuviera en shock.

—Y abierto por mí también.

SeokJin frunce el entrecejo al recordar todo lo que pasó, había tenido relaciones con su comprador, captor y victimario.

Evidentemente sobrevivió a las ideas maníacas de Jungkook sobre sus acompañantes sexuales.

—Debiste haberme matado —responde Jin... en cuanto pudiste. Deseo decir también.

Jungkook se alza de hombros normal y para nada fuera de sí, es la primera vez que no mata a alguien luego de cogerlo. Solo que al mirar al chico en la bañera se da cuenta que tarde o temprano ha de matarlo.

Claro que lo intentó, a medida que hacía temblar a Lee por la llegada de un nuevo orgasmo, sus manos picaban por apretarle la garganta y drenarle el aire, pero sus manos perdían fuerza cada que veía esas expresiones al correrse, nada nunca había lucido tan bien, y la manera en que se siente estar enterrado hasta sus entrañas era exquisito. No sólo el chico le agrada, también le provoca más placer sexual que otro de sus tantos encuentros.

Millions | KookJin +18 LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora