Za znanost! --- beelniko

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Comienza con una simple opinión.

Más específicamente, comienza cuando Nikola mira al otro lado del laboratorio perteneciente al Señor de las Moscas, justo a tiempo para ver al demonio de cabellos oscuros moverse. Ahí se encuentra él, con su rostro encantador y su figura esbelta, sin su habitual estola morada ni su pesada sotana.

Y, sorprendentemente, Beelzebub levanta un estante repleto de libros. Aunque Nikola había sugerido que lo cambiara de lugar para ganar más espacio, nunca esperó que Beelzebub lo hiciera solo. Levanta el estante como si fuera una simple maceta o un costal de papas, como si no pesara prácticamente nada. Con una gracia y fuerza asombrosas, atraviesa todo el laboratorio en cuestión de minutos, deteniéndose solo cuando llega a la otra punta de la habitación para dejar caer el mueble contra la pared.

Nikola se toma un momento para quedar completamente impresionado. El demonio había realizado tal hazaña sin recurrir al uso de máquinas o herramientas, solo con habilidad divina y pura destreza física. En ese instante, la magnitud de lo que acaba de presenciar lo golpea con fuerza. A pesar de su complexión física más pequeña en comparación con otras deidades, Beelzebub sigue siendo un Dios.

Esta demostración asombrosa de fuerza no es algo que se pueda sobrepensar. En ese instante es que lo recuerda, Nikola está frente a un ser divino, un ser que encarna la grandeza y el poder que solo los Dioses puede poseer. Su asombro y cuestionamientos se desvanecen ante la evidencia de la divinidad de Beelzebub.

Le asegura a su más reciente socio científico que la disposición del lugar está mejor ahora y luego olvida el asunto, como si fuera una anécdota menor en comparación con sus planes actuales. Después de todo, está aquí hoy por una razón diferente, una razón que eclipsa cualquier asunto trivial. La habilidad del demonio, aunque intrigante, parece ahora de poca importancia en el gran esquema de los proyectos que ha meticulosamente planeado para el resto del día. Sus pensamientos se centran en los desafíos científicos que tiene por delante, dejando atrás la sorpresa inicial por la destreza sobrenatural de Beelzebub.

Excepto que Beelzebub desafía todas las expectativas al demostrar ser muy relevante. En el lapso de unas pocas horas, Nikola ha visto al demonio moverse más de lo que ha hecho en todo el tiempo que se conocen. Cada uno de sus pasos parece cargar una nueva urgencia, y lo acompaña con algo en manos, algo pesado, que agarra con un empeño que sorprende a Nikola, como si ese objeto que sostiene, que parece pesar como una roca, fuera tan liviano como una pluma. La mirada de asombro y curiosidad en los ojos de Nikola no hace más que aumentar a medida que Beelzebub avanza decididamente a través de todo el laboratorio.

Es un asunto que Nikola necesita procesar detenidamente. En este momento, su mente aún no está completamente segura si todo su intereses es a causa de la sorpresa o si sólo es un pensamiento febril, un producto de su cerebro extasiado por la información recién revelada. Encontrarse con un lado inesperado de su antiguo rival genera una mezcla de emociones intensas, especialmente porque conoce de primera mano la cautela extrema que Beelzebub ejerce sobre su propia vida.

El demonio, por otro lado, parece tomar todo esto con calma. Y, por supuesto, no hay razón para que no lo haga. Al fin y al cabo, ¿por qué debería cuestionar la mirada de Nikola sobre su figura? ¿O pensar que es inusual para él mostrar tal despliegue de fuerza? Beelzebub se mantiene sereno, ignorando la mirada de asombro de Nikola. Pero su confianza y serenidad es cautivante para Nikola, aunque sea el único entre ambos hombres es estar atento a los movimientos del otro.