𝟐. 𝐀𝐍𝐔𝐋𝐀𝐂𝐈Ó𝐍

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Capítulo 2

Las puertas del salón del consejo se cerraron y los miembros ocuparon sus lugares en la gran mesa. En la cabecera de la misma se encontraba el rey Dafert, mientras que en el otro extremo estaba el príncipe Valerio, ocupando su lugar como heredero al trono.

Verti ocupó su lugar entre los miembros del consejo, y una vez todos estuvieron listos, el rey alzó su voz para dar inicio a la reunión.

—Me complace tenerlos aquí reunidos. Como ustedes saben, hoy se tomará una decisión sobre la problemática fronteriza del reino de Hillcaster, que está bajo nuestro dominio como reino unificado. El príncipe Valerio, aquí presente, tiene una propuesta para tratar de darle la mejor solución posible al asunto, y por supuesto, mi segundo hijo, el príncipe Verti, también traerá una propuesta para resolver la problemática. Hoy no solo se votará por la mejor solución, sino también por la solución más eficaz y rápida que se pueda implementar.

—Mi rey —interrumpió un lord miembro—. He hablado con la cabeza del consejo de los Loancastor y creo que cualquier solución que se tome aquí tendrá una fuerte connotación en ese consejo, que aún se mantiene.

—Explíquese, lord —pidió el rey.

—La cabeza del consejo de Hillcaster no solo quiere que se respete la frontera terrestre con Southlandy, sino también la de Holdterst y Ballertown, ya que ellos quieren que no solo le rindan respetos a usted, sino también a ellos. Han habido Cangrinos que han cruzado desde esos bosques hacia los bosques de Hillcaster, y también hay muchas personas que pretenden comerciar furtivamente por estas zonas.

Justo cuando el lord concluyó su argumento, Valerio soltó una risa sarcástica, llamando la atención de su padre.

—Eso es una completa falacia. ¿Por qué no dicen mejor que quieren el poder de las fronteras para planear una rebelión, los muy malditos?

—¡Valerio! —exclamó el rey, llamando la atención a su hijo.

El príncipe guardó silencio, aún con una risa burlona dibujada en su rostro.

—Creo que lo que dice el príncipe es cierto, mi rey. Aunque no sea la forma correcta de decirlo, en esta reunión se debe buscar llegar a un acuerdo y, sobre todo, tratar de dialogar con el consejo de Hillcaster, que creo debe ser abolido, su majestad.

—Eso no está en discusión, lord —habló el rey—. Eso solo crearía más disputas innecesarias. Además, el rey Aiseen dejó estipulado ese consejo alterno cuando se adueñó de Hillcaster por razones obvias; él no podía atender todos los asuntos a la vez.

—Mi rey, con todo respeto, el rey Aiseen dejó a alguien al mando de este consejo, y dicha persona supo dejar su cargo a personas que lo sustituyeron justa y debidamente, manteniendo al margen a esa familia. Pero si ellos están buscando rebelarse, solo nos deja ver que las lealtades han cambiado, y si dejamos que el problema crezca, será peor después.

El rey observó cómo todos lo veían en la mesa esperando su reacción, pero era más que obvio que Dafert no quería pelear.

—Hablemos primero de las propuestas. Quisiera que mi hijo Valerio tome la palabra y nos muestre su opinión sobre este tema. Hijo —Dafert le extendió la palabra a su vástago mayor, dándole permiso para que tomara el mando sobre la mesa.

—Gracias, majestad —dijo él, inclinando la cabeza con ligereza hacia su padre, y prosiguió—. Mi propuesta es simple y sencilla, y voy a ir al grano. Si mi propuesta es considerada, solo diré que no pienso hacer tratos incongruentes con los Loancastor. Las fronteras son de los Worwick, Hillcaster es de los Worwick, y por mucho tiempo nos hemos mantenido al margen, logrando así que la lealtad y sumisión de ellos hacia nosotros permanezcan junto al respeto. Al ellos ser conscientes de que Hillcaster ya no es un reino como tal, yo propongo mandar un comunicado de paz y advertencia a Holdterst y Ballertown para que sus soldados y Cangrinos no crucen las líneas fronterizas por los bosques. La guardia de los Worwick puede tomar acción en Hillcaster como es debido y, claro, la cabeza de aquel consejo se debe hacer a un lado y, en su lugar, enviaremos a alguno de nosotros para que esta persona esté al frente de dicho consejo. Yo apuntaría por abolirlo, pero considerando que la ley está estipulada, en mis manos aún no está el poder de hacerlo.

𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐘 𝐀𝐑𝐐𝐔𝐄𝐑𝐎 - 𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎 𝐸𝑁 𝐸𝐷𝐼𝐶𝐼Ó𝑁 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora