Capítulo 5

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Como Spreen había prometido el día anterior, fue a la casa de Roier para salir o hacer algo interesante. No sin antes realizar una parada en el pueblo para comprar algo de desayunar para el chico. Se paró en la cafetería de Baghera.

- Hola, Baghera. – Sonríe para después pasear su mirada por la vitrina de cristal.

- Bonjour, Spreen, ¿qué haces tan temprano por aquí? – Sonríe acercándose al mostrador para atenderlo.

- Sólo me dio antojo de algo dulce. – Se inclinó para ver los pastelillos y postres con más atención.

- Good morning, Baghera! – Quackity entra a la pastelería emocionado. - ¿Te llegó mi mensaje? – Sonríe cálido a la rubia. – Hey, Spreen, good morning, man.

- Sí, sí, a mí me hablás en español, boludo. – Lo mira con burla lamiendo sus labios, costumbre que tenía después de reírse.

- Uy, perdón, ¿a poco te vas a ofender? – Le contesta la burla mientras se acercaba a él.

- Dale, a mí no me vas a andar con pelotudeces, pato de mierda.

- Ya, háblame bonito que lloro, cabrón. – Spreen ríe por su comentario.

- ¿Cómo estás capo?

- Bien, hoy voy de viaje con Luzu.

- ¿Posta? ¿A dónde van?

- La verdad no tengo ni puta idea, pero el wey no me dejaba de chingar. – Retira los mechones molestos de su rostro.

- Piola. – Toca su nariz con su pulgar de forma momentánea.

- ¿Qué haces aquí? No sueles comprar cosas dulces. – Se recarga en el mostrador.

- Bueno, igual hoy voy a ver a Roier y a él le gustan estas boludeces. – Acomoda sus lentes y si no fuera por la interrupción de la francesa Quackity habría notado su sonrojo ante la mención del castaño.

- Here you go, Quackity. [Aquí tienes, Quackity.] – Le entrega una cajita.

- Gracias, Baghera. – Sonríe amable para regresar su atención a Spreen. – En ese caso, podrías llevarle este. – Le extiende la caja.

- ¿De verdad? – Inspecciona la caja sin querer abrirla bajo la mirada curiosa de la francesa. – Dale, gracias capo.

Sale de la tienda dejando al de gorro y Baghera juntos en una plática muy tranquila. Su sonrisa era enorme, quería ver el rostro de Roier al ver el postre, olía bien y confiaba en el amigo del chico, pues si alguien lo conocía mejor que nadie era Quackity. Tarareaba el ritmo de una canción y una vez reconoció la construcción que alguna vez llegó a ser su hogar se detuvo al ver a Cellbit hablando con Roier.

Cellbit sostenía a Roier.

Cellbit y Roier estaban muy juntos.

Roier le devolvía el abrazo muy cómodo...

Roier se retorció en los brazos de Cellbit.

Okay, eso no era un abrazo. Reconoció el gesto tan bien que se acercó realmente preocupado.

Cellbit había salido temprano para llevarle fresas a Roier, pues el día anterior este había expresado lo mucho que le gustaban. Su felicidad podía verse a kilómetros hasta que llegó a la casa del mexicano y lo vio pálido, sin embargo, el chico le aseguró que estaba bien. Camino al castillo de Cellbit, el de bandana comenzó a sentirse mal, por lo que el brasileño lo auxilió casi cargándolo de regreso a su hogar para que pudiera descansar.

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2023 ⏰

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Tu misterioso alguien - SpiderBear/GuapoDuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora