Caminos Cruzados (libro 1)

Capitulo VIII

EL GRAN DIA (PARTE 1)

PHOENIX

Hay despertares mejores que otros, y realmente yo he tenido mejores que este.

Quisiera decir que mi día empezó con un gran despertar lleno de energía, pero no fue el caso, desperté con unas ganas de quedarme en la cama todo el día, reviso el reloj en la mesita y marca las 5:05 a.m.

Me doy cuenta de que nadie en la casa a despertado, no me queda de otra que pararme de muy cómoda y suave cama y hacer el desayuno para luego despertar a Isaac que entra a su nueva preparatoria a las 7:00 am, a Lorynt la dejo dormir un rato más ya que ella ingresa hoy a las 2:00 pm al aprendizaje universitario que tanto discutió con sus padres para que la dejaran hacer lo que ella amaba desde que tiene memoria.

De niñas Lorynt y yo compartimos los gustos que eran muy similares y a la vez diferentes, mientras a ella le gustaba pintar a mí me gustaba colorear, mientras ella esculpía yo dibujaba, mientras yo buscaba la manera de ser creativa ella buscaba y hacía muchas manualidades, llegando así a darse cuenta de que su pasión son las artes plásticas a comparación con lo que sus padres querían que estudiara, algo totalmente opuesto a la esencia Lorynt, la economía.

Antes de hacer el desayuno primero despierto al Pequeño Mocoso para que se empiece a listar ya que la vanidad lo vence y se demorara 1 siglo para estar listo, me dirijo hacia su habitación y no es sorpresa encontrarlo durmiendo de medio lado y solo en ropa interior y con una pierna sobre la sabana.

Me acerco lentamente y le hago cosquillas en la planta del pie que tiene por fuera, se remueve un poco acomodándose boca arriba, me acerco un poco más a él le quito la sabana y hace un gruñido de protesta, me encantaría por ir a coger un spray de agua del baño para rociarlo o tirarle encima, pero, no lo hago porque tanto él como yo odiamos que nos despierten mala manera y eso nos da para estar de mal humor todo el día, optó por una manera un poco menos invasiva me siento en su cama a la altura de su tórax y con mi mano derecha empiezo a hale círculos en su cabello, es todo suave y divinamente abundante.

Noto que empieza a sonreír con la boca cerrada y me doy cuenta de que ya despertó, pero no ha abierto los ojos aun, dejo de acariciar su cuero cabelludo, y por fin se digna a hablar con una expresión de confusión.

-¿Por qué te detuviste?

-Porque ya es hora de despertar Pequeño Mocoso, tienes que prepararte para ir a tu último primer día de preparatoria.

-¿Qué hora es?

-Como las 5:30; hora para que te pares y alistes que vas a ponerte, bañarte, mirar si llevas una maleta con algún cuaderno y una posible contraseña para tu casillero, mientras yo muy amablemente te hago el desayuno, ¿Quieres algo en específico para desayunar?

-Deja de ser tan controladora, ¿Me podrías hacer un café al estilo colombiano con unos huevos revueltos, por favor?

-No soy controladora solo organizo mi tiempo cosa que tu no haces; si eso quieres, eso te haré.

-Gracias, a todo esto ¿Tú a qué hora entras y sales de la universidad?

-Entró a la 9:00 am y salgo como a las 2:00 pm

-Entonces, ¿Quieres que pase a recogerte a la universidad para ir a mi competencia o vienes al departamento, almuerzas y llegas allá o tercera y mejor opción hago almuerzo, te lo empaco y voy a recogerte?

-¿A qué hora sales?

-A la 1:00 pm, alcanzo a venir a hacer el almuerzo y justo a tiempo para recogerte.