Llegar a Ti

Capítulo 1 - Penas

Tercer aniversario de la muerte de Yiling Laozu

Lan WangJi camina por el suelo árido hasta llegar a su destino.

Lo que antes fue una masa apenas contenible de energía resentida, hoy, solo queda la simple quietud de la tierra y las frías cenizas de un fuego ya extinto. Los túmulos funerarios ardieron una vez, tan calientes que incluso los cultivadores más prominentes se sofocaban al encontrarse cerca de las poderosas llamas de energía oscura. Para las personas normales, era casi suicidio pensar en siquiera acercarse allí.

Es una gran hazaña el hecho de que Yiling Laozu haya logrado mantener a todo un grupo de personas a salvo, dentro de esta tierra maldita, por más de 2 largos años.

No debería sorprender, no con las brillantes e ingeniosas cosas que salieron de la cabeza de Yiling Laozu. Él, sin lugar a dudas, demostró durante toda su corta vida, ser un genio absoluto.

Lastimosamente, todo ese genio, murió y desapareció del mundo  junto con él, hace ya 3 años.

Las personas que estuvieron presentes durante el asedio, hablaron de cómo el sello del tigre estigio absorbió la vida de todos los habitantes que residían dentro de la montaña como su hogar, luego, la misma energía resentida de la montaña fue absorbida por completo dentro del sello para que posteriormente este último, se volviera cenizas bajo la atenta y codiciosa mirada de las sectas presentes.

Todo lo que fue creado por Yiling Laozu durante su vida fue hecho cenizas, incluso su propio cuerpo y el de los Wen, desaparecieron cuando el sello lo hizo.

No quedó nada...

Lan WangJi se acerca hasta la entrada de la cueva después de lo que se siente como una eternidad. No sabe por qué sigue viniendo hasta aquí. La primera vez que lo hizo, fue hace ya 3 años, pocos días después de todo ocurriera, cuando se negaba a creer en las palabras de su hermano. Así que, aun con sus heridas abiertas y el terrible dolor punzante sobre su espalda, vuela sobre bichen contra todo pronóstico, con la única esperanza de que todo lo que se la ha dicho sea solo una cruel mentira.

Él no se ha ido...

No pudo irse...

No puede morir...

Lan Zhan estaba vacío.

Se hundió en el suelo rocoso de la cueva que Wei Ying alguna vez llamó su casa, mientras de su garganta se escapa un sollozo irregular. No encontró nada, no había nada...

No encontró a los Wens, no encontró al pequeño A-Yuan, no encuentro a su amor.

No quedaba nada más allá de cenizas y tierra marchita.

La sola imagen era insoportable.

Su alma gemela, su zhiji nunca volvería a él. Nunca más volvería a ver ese espíritu inquieto y travieso que tarde comprendió que amaba. Un hecho que lo destruye al entender que nunca podrá tener la oportunidad de decirlo.

Se pregunta si las cosas podrían haber sido diferentes.

Si hubiese sido sincero con Wei Ying sobre sus sentimientos desde un principio. Si hubiese hecho más para que su zhiji no tuviera que sufrir tanto en el cruel camino que lo llevó a donde está ahora. Su sonrisa tan brillante como el sol que fue tragada por la oscuridad de la muerte, al igual que los Wen que tanto quiso proteger, devorados por la energía resentida para luego desaparecer con ella.

Cada centímetro del cuerpo de Lan WangJi dolía por los golpes del látigo que había recibido, Pero nada de eso se comparaba con el inmensurable dolor que ahora consume su alma.