Era 7 de octubre de 2023, estaba Jon estudiando en su habitación un día lluvioso, como de costumbre en los días de primavera, con la ventana abierta el viento soplaba liviano el rostro de Jon, como si de un pequeño beso se tratase. Vivía acompañado de sus amigos Marta, Marco y Mirera. Marta era una chica enérgica, caótica, pero muy fiel y respetuosa con los demás, siempre estaba en la cocina, sino era comiendo o picoteando, sería cocinando platos deliciosos, no medía más de 1'67, un pelo corto que le daba ese carácter tan fuerte e independiente. Marco, por el contrario, era despistado, el más despistado de todos, y el más alto de los cuatro, solía permanecer largas horas en el sofá leyendo novelas de fantasía, lo que le hacía tener una imaginación brillante, capaz de imaginar locuras sin iguales. Mirera era la más tranquila, y la mas bajita, pasaba largo tiempo del día estudiando, gracias a ello, tenía una soltura increíble a la hora de poder superar obstáculos, problemas de todo tipo, y por ende una gran capacidad de cálculo. Por último, estaba Jon, lector acérrimo de todo tipo de novelas, Terror, Ciencia ficción... pero no le gustaba perder el tiempo solo en ello, por lo que, también pasaba mucho tiempo estudiando, cocinando etc, parecía tener un trastorno obsesivo-compulsivo, o más conocido como TOC, la idea de no perder el tiempo en una sola cosa, será una carga que le hará perder la cabeza más de una vez. Todos ellos eran diferentes entre sí, pero unidos bajo la malla de la convivencia y el respeto mutuo, un grupo particular, que aquél día lluvioso los haría...
***
Eran las ocho y cuarto de la noche cuando nuestro grupo de amigos se disponía a cenar, la idea de Marta y de Mierera era hacer una tortilla de patata y un pollo al horno, dicho pollo ya venía cocido y aliñado, por lo tanto solo debían de cocinar la tortilla. Marta empezó a pelar las patatas en el salón del piso, junto a la tele. Un salón amplio, en comparación al resto de las habitaciones, determinado por dos sofás, la televisión y un armario de la década de los 90. El salón disponía de dos entradas, una de ellas daba acceso al pasillo del piso, mientras que la otra era la entrada al cuarto de Marta. Aquel día emitían un capítulo de una serie de animación japonesa en la televisión, un capítulo muy importante para Marco, ya que se trataba del último capítulo de la serie, al igual que para Marta. Marta se dispuso a quitarle la piel a la patata y a cortarla en un bol, mientras miraba la televisión como si le fuera la vida en ello, mientras tanto Jon se encontraba en el sofá junto a ellos, pero aquel día sentía un dolor en el estomago muy extraño, no se sentía como otras veces, una especie de nudo le impedía sentirse del todo cómodo, y una presión en el pecho le ponía alerta ante algo desconocido. Intentó calmarse para no llamar la atención, pero dicha calma se terminó pronto.
Mirera mientras tanto estaba en la cocina picoteando algunos trozos de queso que había cortado, un queso azul de un fuerte olor y sabor, el favorito de Mirera, se trataba del queso "la fueya" un queso de color blanquecino con estampados de color azul y verde, por el cultivo del hongo Penicillium, un hongo que le da un sabor fuerte y un olor de igual índole. Mientras tanto entre picoteo y picoteo Mirera batía huevos con gran energía y alegría.
Para Jon en cambio, la idea de la alegría era una emoción muy lejana, ya que en ese preciso momento mientras estaba sentado en el sofá, se le vino un recuerdo, una imagen a la cabeza, la imagen de una puerta de madera abierta, se parecía a la puerta del piso, pero no le dio mucha importancia, supuso que serían alucinaciones espontáneas por el dolor de estómago. De repente, un golpe sacudió la puerta principal del piso, un golpe particular, no sonaba como un golpe normal. Todos se quedaron en silencio, un silencio agónico, se palpaba una tensión de terror, de repente Jon se levantó del sofá, Marta le miraba pensativa, sin saber qué es lo que estaba pasando, le notaba una mueca de terror en su rostro, no le dijo nada y volvió a girar la cabeza hacia la tele. Jon caminaba con pasos cautelosos por el pasillo dirección a la puerta principal, pasando por la cocina Mirera le paró.
- No te acerques a la puerta, no sabemos quién es, sólo golpeó una vez, si realmente quiere algo llamará de nuevo.
Jon la miró con ojos brillosos
- Tienes razón, si realmente necesita algo tocará el timbre.
Jon se disponía a abandonar el lugar y volver hacia el salón cuando de repente aparece Marta corriendo, asustada, con cara de estar a punto de llorar. Jon se asustó, no se esperaba la llegada de marta a tanta velocidad por el pasillo. Le pregunto qué es lo que pasaba, Marta contestó que alguien había golpeado la puerta dos veces seguidas justo en ese preciso momento. Jon y Mirera se miraron y se quedaron atónitos ante dicha afirmación, ellos estaban en el pasillo pero no llegaron a oír ninguno de los dos golpes que describía Marta. Jon dejó la mirada clavada en la puerta principal, afinaron los oídos en busca de nuevos golpes, no sabía que estaba pasando, se sentía aplastado, abrumado, una presencia que le encogía el pecho, cuando de repente, Marco aparece por la puerta del salón preguntando qué es lo que estaba pasando, ya que todo el mundo se había salido del salón de repente. Marta, Mirera y Jon pegaron un brinco del susto. Le echaron la bronca, diciéndole que no pegase esos sustos de repente, que algún día tendrían un disgusto. Pero Marco realmente no sabía qué es lo que pasaba, él se había quedado aturdido mirando el capítulo de anime y no se enteró de ninguno de los golpes dados en la puerta. Jon se dispuso a explicarle lo sucedido, en cuanto terminó, Marco se quedó blanco, como si toda la sangre del cuerpo se hubiera evaporado espontáneamente. Empezó a hablar para sí mismo, susurrando sobre monstruos, rituales... Jon le intentó tranquilizar, pero no funcionó. Jon harto de la situación, se dirigió hacia la puerta, utilizó su rabia interior para poder afrontar el miedo a lo desconocido, a la pregunta que le recorría la cabeza todo el rato ¿Quién o qué, es lo que está golpeando la puerta? ¿Será amigo o enemigo?, en cuanto estuvo de frente a la puerta, le recorrió un escalofrío de pies a cabeza, y una gota fría le caía por el lado derecho de la frente, las manos sudorosas se acercaban con cuidado al pomo de la puerta.
En cuanto retomo la fuerza suficiente, puso la mano en la manilla, y para sorpresa de él la puerta se abrió sin fuerza alguna. Se quedó atónito, la puerta estuvo abierta todo el rato, por lo tanto dedujo que fue la corriente del aire la que dio dichos golpes. Se miraron todos con caras de asombro, y se echaron a reír. Tras el susto, todos siguieron con lo suyo, Marta pelando patatas y cortando, Marco viendo la tele, Mirera batiendo el huevo, pero Jon... Jon estaba en el filo de la cama de la habitación de Mirera, una habitación llena de objetos de belleza femenina, ropa y lápices de colores. Él estaba allí, solo, con la puerta cerrada, pensativo; se le pasaba por la cabeza la frase, "algo no cuadra" "algo no cuadra", y efectivamente, algo no cuadraba, se levantó del tirón de la cama, se dirigió hacia todas las ventanas de las habitaciones, mirando y rezando por alguna ventana abierta, pero su temor era cierto, no había ninguna ventana abierta en ningún lado del piso, no había nada que hiciera corriente, pensando quizás que su ventana fuera la culpable, pero podría ser, la cerró nada más salir del cuarto de Mirera, de eso había pasado varias horas. En cuanto miró todas las habitaciones, se dirigió hacia la puerta, los compañeros no sabían que estaba haciendo, solo lo veían paseando de una lado a otro del piso por lo que no le dieron importancia, todos menos Mirera, ella lo conocía bien, sabía que es capaz de hacer cualquier cosa por salvar y proteger a los demás, aunque eso suponga su propia muerte, y ese comportamiento ya lo vio una vez, y no fue por algo bueno, dar vueltas en busca de respuestas de manera compulsiva, como si la vida dependiera de ello.
Jon se dirigió hacia la puerta y la abrió del tirón, no lo pensó, simplemente lo hizo, no había nadie al otro lado, solo un silencio abrumador, una oscuridad que era iluminada por la luz del interior del piso, dicha luz dibujaba una línea perfecta que se ubicaba en el medio de la puerta del ascensor, dejando las escaleras tanto de subida como de bajada en penumbra. Se quedó tranquilo por un momento, pero algo le hacía estar incómodo, como si alguien estuviera observándole, alguien o algo, desde la oscuridad total de esas malditas escaleras. No sabia que hacer, por lo tanto miró de manera rápida el pomo del exterior de la puerta, nerviosos por lo que estuviera fuera, observando y fijándose si había alguna marca de alguna fuerza externa que hubiera intentado forzar la puerta, arañazos, rozaduras... pero no encontró nada. La sensación de ser observado se hacía cada vez más fuerte, no quería dejar la puerta durante tanto tiempo abierta y menos con él fuera, por lo tanto cogió las llaves, cerró la puerta de golpe, y le puso los pestillos, dándole todas las vueltas para asegurar la puerta como es debido. El miedo y la ansiedad estaban presentes, le recorría todo el cuerpo, las manos le temblaban sudorosas, lo único que le calmaba en ese momento era el peluche con forma de tortuga que estaba enganchado en el llavero. Acariciándolo con suavidad, empezaba a notar como esa ansiedad se volvía más leve.
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5º-C
HorrorCuatro amigos se aventuran en las maravillas que alberga el piso de estudiantes en donde residen, descubriendo secretos y horrores de todo tipo. ¿Acabarán todos juntos una vez empezado el horror, o terminaran por separarse? Una historia que trastorn...