Capítulo-3-A (Tensiones entre mundos)

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Tras el alboroto, todos se tranquilizaron, el ambiente volvió de nuevo a la normalidad, todos conservaron la espina, clavada en el pecho de todo lo ocurrido, pero intentaban no expresarlo físicamente.

La tortilla ya estaba lista, ese día cenarían tarde como de costumbre. Eran estudiantes, se pasaban los días trabajando sin parar, el tiempo para el ocio era limitado. Pero aquel día era fin de semana, más concretamente, sábado, por lo tanto se podían tomar el lujo de cenar más tarde y aprovechar la tarde para disfrutar de la vida.

La cena estaba servida, todos con gran apetito comenzaron a comer, primero con el pollo, el cual se empezaba a enfriar. Marco no aguantaba el hambre y devoró en menos de un minuto la pechuga de pollo que le tocó, se ensució completamente de grasa, chorreando aceite por las comisuras del labio, trozos de carne pegados por el bigote, las manos grasosas... pero él, él se quedó muy a gusto, tras terminar y aun con apetito, quiso preguntar si podía comer el trozo de tortilla que le correspondía, pero por respeto esperó a que los demás terminaran de comer. Mirera convenció a Marco con un gesto de cabeza, de comerse el trozo de tortilla, tenía permiso para poder consumirla antes de que terminaran todos de comer. Marco sin pensarlo dos veces se quedó con uno de los trozos y comenzó a comerlo. 

Marta, Jon, y Mirera comían mucho más despacio querían disfrutar del sabor del pollo, el toque salado e incluso casi oriental que le daban las especias. La cena transcurría con normalidad, todos ellos quedaron saciados tras la comida, llegaba la hora del postre, se pidieron un yogur natural sin azúcar, todos menos Jon, Jon no era muy fan de los yogures, era muy selecto a la hora de comerlos. Todo estaba tranquilo, los golpes cesaron hace tiempo, hacía una temperatura idónea, todos olvidaron lo ocurrido. Se dispusieron a limpiar los platos y acicalarse una vez que terminaron, Marco se duchó, Marta, Mirera y Jon se limpiaron los dientes, fueron al baño en orden para hacer sus necesidades, como si fueran un escuadrón militar, y tras ello directamente a la cama. Marta pasó el salón desordenado, y con las mantas por el suelo como serpientes gigantes. Jon y Mirera dormían juntos, como era costumbre, la habitación de Mierera era la siguiente puerta tras el salón, en dirección a la cocina por el pasillo.

Mirera entró a la habitación y se desnudo para poder dormir cómodamente, mientras que Jon se puso el pijama de invierno que Mirera sólo se ponía llegadas las navidades. Se acurrucaron juntos y se quedaron completamente dormidos. Solo quedaba Marco; salió de la ducha con el cuerpo limpio y mojado, el pelo liso e hidratado, comenzó a correr sin hacer mucho ruido y teniendo cuidado en todo momento por si resbalaba. La habitación de Marco se encontraba en la zona más cercana a la puerta principal, pero a él no le importaba lo más mínimo. Se secó el cuerpo, se puso el pijama de su personaje favorito, Spiderman, y acto seguido se metió en la cama.

La noche pasaba sin ningún problema aparente, todos dormían apaciguadamente, pero Jon en cambio estaba a punto de pasar una de las muchas noches en donde los sueños le harían cuestionar la realidad en la que vivía.

Comenzó a tener pesadillas extrañas, criaturas distorsionadas, voces de ¿personas? la pesadilla era inmanejable, se creaba de manera aleatoria, imágenes, seres, ruidos... hasta que de repente la oscuridad lo englobó todo, una voz grave susurrante le empezó a hablar, no era ningún idioma conocido, o al menos no uno que él conociera. El tiempo en los sueños funciona diferente a la realidad, el equivalente de una hora en un sueño podía ser un minuto en la realidad. La voz no cambiaba, seguía hablando, casi como si de un código de computación se tratara, hasta que el silencio se hizo dueña de la pesadilla, pero esta vez algo cambió, una luz parpadeante se empezó a asomar en el horizonte oscuro de dicha realidad, Jon pudo hacerse dueño de su cuerpo y comenzó a andar hacia aquella luz extraña, cuanto más cerca de la luz menos podía ver por los rayos emitidos a través de esa especie de apertura. Llegó a estar de frente a la apertura, sin saber que hacer y con miedo a las posibles consecuencias, decidió meter solo un dedo de la mano, el dedo índice, el dedo atravesó sin problema la luz cegadora, no había ninguna resistencia, era aire lo que estaba atravesando, así que teniendo más confianza dio un par de pasos y con los ojos cerrados, atravesó la apertura.

Una vez atravesada la apertura, y con miedo de abrir los ojos, se detuvo, y con un gran esfuerzo abrió lentamente los ojos. En cuanto abrió los ojos no podía creer lo que vio. Era él, en la cama, mientras dormía, junto a Mirera. No entendía nada, ¿Qué es lo que está pasando? Era la primera vez que le pasaba eso, nunca en su vida había podido soñar con algo así, tenía libre movimiento, todos los elementos de la habitación estaban en su sitio, Mirera estaba junto a su segundo él, o ¿él era el segundo él?. Un trastorno de despersonalización-desrealización, muy habitual en personas frustradas por alguna cosa en particular, él lo sabía, ahora debía saber porqué, pero pensar en todo ello le ponía nervioso, no tuvo mucho tiempo para pensar en ello, ya que de un momento a otro se escuchó de nuevo el mismo golpe. Se asomó por la puerta de la habitación mirando el pasillo, y lo que vió allí le heló la sangre. Al fondo del pasillo junto a la puerta entreabierta, asomaba una cara de rostro pálido, un rostro anormal, deformado, ojos blanco brillantes con una pupila negra como el color negro mas puro, no tenía boca, pero daba la sensación de que estaba sonriendo, parecía tener una especie de mascara que ocultaba su verdadero rostros. El ser solo se dedicaba a mirar fijamente a Jon, hasta que empezó a crear una especie de ruido, parecido a la estática de la radio al cambiar de frecuencia, parecía que el ser buscaba el tono correcto para poder comunicarse, y de repente sin previo aviso empezó a hablar en castellano, el ser había conseguido encontrar un idioma con el que comunicarse con Jon, la palabras eran confusas.

-No, Abrir, Muerte, Muerte, Muerte, Puerta, Amigo...

Era complicado saber el significado correcto ¿la puerta atraería la muerte de un amigo?. Jon estaba intranquilo ante el ser que le miraba fijamente sin parpadear, quería despertar de la pesadilla, pero se quedó inmóvil, no podía moverse del pasillo, estaba a merced de la criatura.

5º-CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora