Capitulo 2

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La varita temblaba en mi mano, luchando entre la oscuridad y la luz que se reflejaba en mis ojos.

El miedo y la determinación se entrelazaban en mi pecho, creando un nudo que amenazaba con sofocarme. Podía sentir la presión de cada mirada, los murmullos que se extendían como una marea oscura a mi alrededor. Sabía lo que estaba en juego al enfrentarme a Potter, pero también sabía lo que estaba dispuesto a arriesgar.

"Severus, despierta," susurró una voz suave y familiar. Alcé la mirada y allí estaba ella, Lily, con esa sonrisa cálida que solía dirigirme cuando éramos amigos. Pero no podía ser real. Lily estaba muerta, y sin embargo, su presencia me llenaba de una mezcla de alegría y desesperación. ¿Acaso era un sueño? ¿O el destino me estaba jugando una cruel broma?

"Ellos son James Potter, Sirius Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew," dijo Lily mientras señalaba a cada uno al nombrarlos. Sus rostros eran sombras borrosas en mi mente, recuerdos de un tiempo que ya no existía. Pero su presencia avivó las llamas de un antiguo dolor, un sufrimiento que había intentado enterrar en lo más profundo de mi ser.

"Severus, ¿a qué casa quieres ir?" preguntó Potter con esa sonrisa arrogante que tanto odiaba. La ira y la tristeza se mezclaron dentro de mí, formando un torbellino de emociones que amenazaba con desbordarse.

Recordé todo lo que Slytherin me arrebató: la amistad de Lily, el acoso por ser un mestizo en una casa de sangre pura, la marca oscura que llevé para sobrevivir. Todo para qué; solo para ver morir al amor de mi vida, para perder a mi mejor amiga.

"A donde esté Lily," respondí con una determinación fría en mis palabras. Mi voz apenas ocultaba el dolor y la soledad que habían consumido mi alma durante años. Había luchado tanto por algo inalcanzable; por el amor perdido, por la redención imposible.

Si hubiera mirado a un lado, habría notado el leve rubor en las mejillas de Lily, pero mi mirada nunca abandonó la figura retorcida de Potter. Podría haber ganado esta batalla frente a él, pero el precio era demasiado alto. En ese momento, supe que no importaba dónde terminara mi camino; siempre estaría solo.

El murmullo del público se desvaneció cuando sentí la mirada fría e intensa de Sirius Black clavarse en mí, como si pudiera leer mis pensamientos más oscuros con solo una mirada. Fingí timidez y bajé la mirada hacia el suelo, tratando de esconderme detrás del velo del miedo.

Mis labios temblaron levemente antes de responder con voz apenas audible:

"Hola..." Seguido de una mirada coqueta y disimulada. Sirius, sorprendido por el repentino coqueteo, respondió con una sonrisa, pero no pudo evitar imaginarse a Severus como un tierno e indefenso gato, lo que ocasionó un leve sonrojo en su rostro y una risita nerviosa.

Sirius, al notar la actitud de Severus, sintió una mezcla de compasión y preocupación. En su mente, la imagen de Severus como alguien frágil y necesitado de protección se hizo presente, y un rubor cálido subió a sus mejillas. Se sintió avergonzado por haber tenido ese pensamiento, pero al mismo tiempo, se prometió a sí mismo que lo protegería con su vida si era necesario.

Los ojos grises de Sirius se encontraron con los de Severus, quien apenas lograba ocultar una sonrisa traviesa. A pesar de su juego, Sirius no podía sacarse de la cabeza la necesidad de proteger a Severus, como si su fragilidad fuera un llamado a su instinto protector.

Mientras tanto, Severus, ante su logro, solo bajó la mirada para ocultar su expresión de victoria, asegurándose de observar cada reacción de Potter.

Por otro lado, Potter mostró una mueca de desagrado y una mirada fría hacia Severus, quien disfrutaba cada segundo del malestar que causaba en él. Lily, impresionada por la actitud de Severus, los miró con desagrado oculto tras un dulce rostro de inocencia, sin revelar sus verdaderos sentimientos hacia la situación.

Un Slytherin En Grynfindors.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora