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CUANDO ESTABA NERVIOSA SOLÍA QUEDARSE EN CASA DE ANNIE EN AQUEL CUARTO APARTADO donde pasaba horas y horas pintando, pero ahora no podía estar ahí ya que estaba en la casa del presidente Snow pintando un nuevo retrato, pero esta vez con algo distinto ya que solía pintar siempre rosas blancas, pero hoy el hombre pidió que también hiciera una pintura de su invernadero, pero no con rosas blancas como era costumbre si no con lo que ella desee, algo diferente.
En seguida copio todo lo del invernadero que ya conocía a la perfección para luego hacer flores de distintas formas y colores llenando el cuatro con tantas flores que ella ha tenido el gusto de ver como las margaritas, girasoles, tulipanes, violetas, orquídeas, lirios y narcisos todas igual de bellas.
- Me alegra verla señorita Prince - dice el hombre a sus espaldas
- Se lo agradezco presidente Snow, a mi también me alegra verlo, extrañaba ver este lugar - dice con amabilidad
- Debo admitir que los rumores sobre su belleza han sido cierto, aunque usted siempre lo ha sido, imagino que si algún día tiene hijos ellos obtendrán sus ojos azules -
Cada una de sus palabras fueron como un cuchillo atravesando su corazón ¿A que se refería con eso? Estaba asustada, pero trato de no demostrarlo siguiendo con la pintura tratando de concentrarse en hacer los pétalos del girasol.
- Gracias por sus palabras presidente Snow-
Trato de sonar lo más educada posible a pesar que dentro suyo tenía miedo, pero a la vez irá como impotencia al no poder hacer o decir algo más ante las horrendas palabras del hombre que quizás podías escucharse amables, pero no, esas palabras eran todo menos amables.
- ¿Como ha visto a los tributos de este año? - pregunta de repente el hombre
- La mayoría tienen quince para arriba señor, veo a todos bastante capaces aunque siéndole sincera siento pena por el tributo de mi distrito y del distrito once son aún muy jóvenes - dice con cierto nervios
- Me conmueve su preocupación señorita Prince, pero creo que debo recordarte que usted es la persona más joven en ganar los juegos del hambre con doce años, así que esos dos pequeños serán capaces de estar en la arena -
En seguida el recuerdo de sus palabras cuando ella fue coronada llegó a su cabeza 《 Aunque debo de advertirle, no me imaginaba que un tributo pueda ganar a través de protección solamente y espero que eso no se vuelva a repetir porque sus lágrimas no servirán en esos momentos 》 Aquellas palabras estuvieron durante meses en su cabeza, era una mentiroso, un asqueroso mentiroso que vendía a Finnick, asesino a la familia de Johanna por que no acepto a vender su cuerpo y quien sabe que más.
- ¿Qué opina de la pintura? - pregunto con una sonrisa pequeña
En seguida el hombre la ve y sonríe complacido al verla.
- Es para mi nieta estoy segura que le encantará, me dijo que mi invernadero era un poco aburrido y que le faltaba colores así que espero complacerla con esto - cuenta el hombre
- Espero y le guste a su nieta presidente Snow- dice amablemente la joven
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Veía como sus tributos iban a entrenar siempre estaba muy preucupada los nervios la estaban comiendo viva por eso Johanna, Finnick o Mags siempre estaba ahí agarrando su mano.
- Que estupidez - dice Finnick al escuchar las palabras de Johanna
Priscilla estaba haciendo un pequeño boceto acompañada de Mags quien estaba leyendo ambas escuchan la platica donde Mason contaba la "estupida" estrategia de Haymitch con sus tributos donde jugarían a los trágicos amantes, por lo que veía y escuchaba Katniss era alguien un poco testaruda a palabras de sus estilistas que le contaron a Tigris y que le contó a ella, mientras que Peeta era alguien muy encantador.
- ¿Verdad que si? Debo admitir que es inteligente, pero al final ambos caerán en la arena - comenta Johanna
Tanto la mujer mayor como la joven no dijeron algún comentario ya que no tenían nada que aportar a la platico así que seguían con sus actividades hasta que un avox llego al lado de Priscilla entregándole una carta junto con una rosa blanca y un tulipán rosa.
- ¿Qué es eso? - dice Johanna viendo a Prince
- 《Querida señorita Prince, le entregó esta carta para informarle que a mi nieta le encantó su pintura y como manera de agradecimiento mando ambas flores al igual que un pequeño presente como manera de pago que fue elegido especialmente por mi querida nieta, saluda el presidente Snow》 - termina de leer para luego notar como otro avox entraba una caja de color blanco y con un moño de tela del mismo color
Al abrirlo noto un bello collar de perlas y que tenía un dije de flor con oro rosado, era absolutamente precioso a ojos de cualquiera por eso sus compañeros también se asombraron al ver el regalo.
- La niña del capitolio- dice con una sonrisa amarga Mason al ver la joya
- Fue su nieta, Johanna - dice la joven Prince a su amiga
- Sigue siendo una Snow - dice con veneno la chica
- Aunque no debemos de descartar que es precioso justo para Priscilla - Finnick con cuidado agarra el collar para luego ponérselo a la ojiazul
En seguida Mags le sonrio a la chica provocando una risa en ella llena de felicidad, Johanna también sonrío, no porque le haya gustado la joya si no porque veía a su amiga feliz, para Mason, Priscilla era su amiga, la única a decir verdad ya que ella a comparación de vario era alguien verdadera que no tenía secretos o una razón oculta simplemente era genuina por eso la chica del distrito siete la quería.
Priscilla Prince era la niña del capitolio, todos la amaban, todos querían sus pinturas tan coloridas, amaban aquella relación tan hermosa que ella tenia con toda su familia incluso su sobrino Peter era alguien querido a pesar de ser alguien muy pequeño, todos amaban todo que tuviese que ver con ella por eso la llamaban la niña del capitolio por ser alguien tan pequeña cuando llego por primera vez.
