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LOS GRITOS DE DOLOR SONABAN UNA Y OTRA VEZ MUCHO MAS FUERTE MIENTRAS ESCUCHABA más, no podía soportarlo más por eso en cuanto vio sus manos llenas de sangre pensó que sus oídos estaban sangrando, pero en realidad estaban así sus manos en cuanto le...

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LOS GRITOS DE DOLOR SONABAN UNA Y OTRA VEZ MUCHO MAS FUERTE MIENTRAS ESCUCHABA más, no podía soportarlo más por eso en cuanto vio sus manos llenas de sangre pensó que sus oídos estaban sangrando, pero en realidad estaban así sus manos en cuanto levantó su mirada soltó un grito asustada al ver a Astoria con la flecha clavada y de ella salía sangre, demasiada sangre.

- ¿Por qué te fuiste? - pregunto la rubia con lagrimas en los ojos

- Yo no quería irme Astoria, yo quería salvarte - dice ya llorando acercandose a ella - Te lo prometo yo no quería irme -

- Mentirosa - dice con frialdad la chica

De un momento a otro comenzó a escuchar mentirosa todo como en un susurro, pero pronto comenzó a escucharse como gritos mientras ella caía al suelo con lágrimas.

- ¡Priscilla! - grita la voz de su padre haciendo que habrá sus ojos

En seguida sintió como el hombre la abrazaba con suavidad mientras sentía que sus lagrimas estaban saliendo, de nuevo tenía una pesadilla solía pasar muy a menudo sobretodo cuando el día de la cosecha se hacercaba, durante estas fechas solía tener tantas pesadillas que no podía dormir por eso su padre se quedaba despierta con ella solo abrazándola si era necesario sin hacer o decir algo.

- Era Astoria- dice en un susurro aferrándose a él

- Ya paso hija, ella está en un mejor lugar - dijo en un suave susurro el hombre

La joven se aferro a su progenitor buscando aquella protección quien el hombre le brinda así que con un suave arrullo por parte de él pudo quedar dormida en los brazos de su padre sintiéndose segura.

El hombre era alguien que mejoro durante todo el tiempo que su hija estuvo en los juegos del hambre, dejó a un lado las botellas de alcohol para estar concentrado día y noche vigilando a su hija por eso al escuchar como ella ganó los juegos lloro de alegría y aún más al tenerla en sus brazos, su hija era todo para él, lo único valioso que tenía en ese mundo tan horrible era su amada niña por eso haría lo que sea por ella incluso quedar despierto toda la noche velando en sueño de su hija.

Como era costumbre Tigris llegaba para arreglar a Priscilla siempre alegrando a la joven de verla ya que la mujer y ella siempre estaban en contacto hablando sobre cualquier cosa a lo cual ambas tuvieron una gran amistad.

- ¿Puedes hacerme lo mismo por favor Tigris? - pide un Peter de cinco años al ver como la nombrada hacia un delineado verde agua a su prima - También quiero lucir bonito hoy -

En seguida ambas rieron ante la dulzura del pequeño quien resivio un beso en la cabeza por parte de su madre quien le sonreía con dulzura a la joven.

- Te vez muy bella pequeña - alaga la mujer castaña

- Gracias Natalie -

En esos momentos realmente siente una gran paz, aunque en cuanto sale de su hogar aquella sensación se va al ver como varios niños de su distrito caminaban a la plaza como era costumbre.

- ¿Eso es real? - pregunta Annie señalando una flores blancas que estaban frente a su casa

Debido a el gran trauma que vivió su amiga en los juegos varias veces no podía diferenciar entre lo verdadero y falso por eso solía preguntarle a ella o a Finnick que era o no real así que con suavidad agarro su mano para luego agarra una rosa roja y dársela.

- Es real - dice con suavidad

Al levantar el ramo nota una pequeña carta a lo cual la habré "La veré en el capitolio señorita Prince" lee a lo cual ella frunce en ceño confundida para luego acompañada de Annie van a la plaza con las manos entrelazadas quedando al lado de Mags y de Finnick quienes le sonríen el forma de saludo.

Srefano los saludo como siempre tan contento y con sus trajes de colores tan vivos como ahora que traía uno naranja haciendo contraste con su cabello rojizo.

Como siempre Priscilla nunca sonreía al ver como niños eran elegidos ahora mucho menos cuando ver como un niño de doce años Breck Stemdeer y una chica de dieciséis Azora Galpon en seguida siente un deja vú al verlos eran ella y Marcus cuando fueron elegidos por poco y no caía al suelo de no ser por la mano de Finnick quien agarraba la suya de manera de apoyo a lo cual ella le sonreía agradecida.

Ya estaba a punto de despedirse de Mags y de Finnick ya que ellos irían, pero Stefano llego con una mueca.

- ¿Qué sucede? - pregunta el rubio

- Sucede que me llego una carta del presidente Snow- eso no era nada bueno- Y decía que este año Priscilla iría al capitolio para seguir su trabajo de mentora -

La nombrada se asusto al pensar que quizás era para que le presidente Snow la vendiera como lo hizo con Finnick o trato de hacerlo como con Johanna.

En seguida sintió como Mags la abrazaba para apoyarla así que volteo para ver a Annie quien la abrazo en seguida al igual que sintió como su primo Peter abrazaba su pierna.

- Yo cuidare a Annie - promete el menor con firmeza

La joven sonríe para luego despedirse del resto de su familia quien la abrazo calidamente.

- Vuelve pronto - susurra su tío Albert besando con cariño su cabeza

Ella solo asiente para luego irse hacia el tren junto con Mags y Finnick viendo a sus tributos quienes parecían muy asustados, por un momento es lugar de verlos de vio a sí misma junto con Marcus, ambos eran simples niños obligados a ir hacia unos juegos donde vivir o morir daba igual, aunque realmente se sentía horrible al ver al pequeño Beck quien miraba todo asustado.

- Podemos usar la misma técnica que utilizaste conmigo - dijo Priscilla hacia su ex mentor - Solo hay que adaptarlo a ellos -

- Eso podría funcionar bastante bien - dijo Finnick sonriendole

Así fue como ambos comenzaron a explicarles a sus tributos aquella técnica mientras que el pequeño al estar asustado estaba muy apegado a Priscilla y a Mags quienes lo resivieron con los brazos abiertos.

𝐁𝐨𝐫𝐧 𝐓𝐨 𝐃𝐢𝐞 ʲᵘᵉᵍᵒˢ ᵈᵉˡ ʰᵃᵐᵇʳᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora