Capítulo 2

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El propósito siempre fue el mismo, visitar a Oda. Entonces... ¿porque Dazai llevaba más de veinte minutos contemplando la entrada del cementerio?

Él castaño pensó que su cuadragésima tercera vez iba a ser la vencida. Pero algo dentro de él lo detenía y mantenía sus pies pegados al suelo.

Las personas se limitaban a ignorarlo, excepto los niños que sentían curiosidad por saber el estado de la persona inmóvil, estos eran jalados rápidamente por sus padres. Unos minutos más tarde una persona saliente del cementerio se quedó observandolo sin que este se diera cuenta. Fue hasta que la persona se acercó a él que pudo notar su mirada.

¿Eres Osamu Ōgai?— dijo el extraño acomodándose los lentes.

 «No, Osamu Ōgai murió junto con Oda»
Pensó Dazai

—Soy ese mismo— dijo tratando de fingir una sonrisa— ¿Me conoces?

—No, pero si conocí a Odasaku— dijo desviando su ahora triste mirada al cementerio— Él me dejó una muy importante pertenecía que podría interesarte.

 «Conque este tipo le tiene mucha confianza a Oda. Y yo que pensé que no tenía amigos»

  —¿Como dijiste que te llamabas? Además, como se que realmente lo conoces y tienes una de sus pertenencias— dijo moviendo sus extremidades por primera vez desde hace varios minutos.

  —Tanto tu como yo sabemos que quería ser escritor y adoptar un montón de niños— El castaño abrió rápido los ojos escuchando la información que su hermano clasificó como ultramente personal.— En cuanto a mi nombre... puedes llamarme Ango.

El siguiente tema de conversación se centró en Dazai reclamandole a Ango de porque tenía que esperar semanas para ambos reunirse nuevamente. Este le dijo que los adultos son personas ocupadas, pero el castaño pensó que esta persona podía ser un adicto al trabajo.

Después de la extraña conversación, Dazai empezó a analizar y suponer que podría ser el objeto que tenía esa extraña persona.
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Estaba aburrido y era fin de semana. Planeo pasarla todo el día encerrado en su habitación mirando al techo, pensando en formas de molestar a su hermano.

Repentinamente sintió su bolsillo vibrar. Al parecer este último le había enviado mensajes.

Luego de revisarlos suspiró.

No se trataba de nada nuevo, solo un montón de mensajes por parte del menor pidiéndole indirectamente que le grabara una competencia de patinaje. Mensajes como "lastima que no puedo ir" o "hubiera sido genial. Este sabía que Dazai no le negaría nada y así pasó.

 «Eres muy consentido para tener quince hermanito. Oda y yo no debimos mimarte tanto»

Ahora tenía que bañarse (no pensaba hacerlo), cambiarse el montón de vendas y escaparse de la casa de su padre para evitar ser seguido por guardaespaldas.

Claro que podía mandar a algún empleado de su padre para que grabara el video como hacía normalmente, pero esta vez era diferente. Quizá por cuestiones de suerte volvería a ver al sujeto de la cabellera naranja y descubrir por qué infravaloraban tanto su talento. Claro, solo como un método para evitar su aburrimiento.

El viaje al estadio no fue tan largo. En esta ocasión Dazai noto que asistieron menos personas de lo que él predijo eso era bueno, pues no quería que nadie lo reconociese.

Tomó tiempo encontrar asiento en el estadio, pues no usó el balcón VIP para no llamar la atención. Por suerte encontró asiento al lado de una chica pelirroja mayor que él. Aunque esta lo miraba como si fuera un vagabundo.

Habían pasado unos minutos desde que inició el evento y el castaño ya no aguantaba el brazo con el que grababa absolutamente todo.

A diferencia de la copetencia de la semana pasada, hoy el castaño se dio ánimos para no dormirse y prestar atención a los concursantes.

Fue cuando el presentador anunció el nombre de "Chūya Nakahara", que Dazai presenció al pelirrojo salir al la pista de hielo.

 «Conque ese es tu nombre»

Su presentación no fue diferente a la anterior. Un aura de energía y intensidad lo rodeaban. Y otra vez Dazai falló en predecir los sus movimientos. Extrañamente eso le atraía. Como si no poder controlar o entender algo lo hiciese emocionarse de más. Ya nisiquiera sentía el dolor en su brazo.

Tratando de desviar la vista de los cabellos anaranjados que brillaban como el fuego, el castaño notó que los jueces no parecían tan animados como él.

 «No muchos pueden tener buen gusto sobre el patinaje»

Al final de su acto los aplausos fueron pocos como la última vez. Quizá por arte de magia Dazai y la chica pelirroja que tenía al lado empezaron a aplaudir coordinadamente con todas sus fuerzas.

Los jueces dijeron cosas como "te falta el toque" "la próxima preséntate más calmado. A lo que observó mayor, el pelirrojo tenía la mirada perdida como si no le interesarán o le importaran los comentarios de sus juzgadores. Algo muy admirable, o eso pensaba el castaño.

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¿Cuando había llegado tan lejos? Tan pronto como este se coló en la casa de su padre empezó a investigar como si su vida dependiera de ello. 

Solo tenía un nombre como pista, "Chūya Nakajara", pero aún así logró encontrar su edad (mayor que él por solo unos meses) y la academia donde competía.

Todo esto fue difícil por que habían muy pocas publicaciones de este en la página de la academia de patinaje, y de los pocos videos que tenía patinando, Dazai ya los había memorizado todos.

Era extraño el sentimiento que se generaba cuando lo veía patinar. Como si su interior se estuviera incendiando. Se sentía... vivo, y eso le gustaba. Quería saber más de él y ese sentimiento que le provocaba su danza.

Como último recurso Dazai se inscribió en su misma academia. Acción que consideró luego como imprudente, pero no incorrecta.

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Tuve problemas con el capítulo y lo tuve que reescribir, pero por fin está listo

Hasta luego y gracias por leer

(Recen para que wattpad respete mis sangrías y no me duelan más las manos)

Sueños CongeladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora