Lo que pudo ser un día tranquilo se convirtió en una investigación por parte del castaño.
Dazai nunca pensó que el montón de mensajes sobre patinaje que le había mandado su hermano le fuera útil.
Dejando de lado la parte práctica del patinaje, el joven decidió concentrarse en la teórica.
En poco tiempo la habitación se volvió un desastre.
Los papeles y equipos de geometría sacados por el castaño constantemente se caían del escritorio de trabajo. Se volvía tan molesto para el muchacho tener que recogerlos que decidió sentarse en el suelo y acompañar a sus materiales caídos.
Podía haber seguido con su proyecto y saltarse la cena de no ser por un llamado al otro lado de la puerta.
—¡Pasa! — dijo sin apartar mucho la vista de su trabajo.
Dazai no se sorprendió mucho al ver a Hirotsu-san, el cual portaba no sólo un traje impecable si no también una mirada juiciosa al ver el desordenado cuarto.
— Señorito Ōgai, se espera su presencia para la cena — desviando poco a poco la mirada se encontró con reglas y lápices en el suelo. Soltando una pequeña mueca volvió su mirada al castaño. — Esto... ¿Decidió usted unirse por fin a las olimpiadas de matemáticas? Vi que ofrecían un buen premio.
Dazai, Dejando su concentración de lado se dedicó a responder.
—¡Por supuesto que no! — negó por tercera vez en la semana — Les dije que si aceptaba Fyodor también lo haría con tal de hacerme la vida imposible.
— Ya veo... — dijo Hirotsu contemplando al muchacho. El sabía de la seria rivalidad que compartían ambos jóvenes, se la pasaban prediciendo los movimientos del otro. — Entonces, ¿Qué es tan importante como para no salir del cuarto en todo el día?
Acomodándose mejor con cuidado de no sentarse en ningún compás respondió con una sonrisa.
— Me alegra que te interese Hirotsu-san — Como si estuviese esperando ese momento respondió — Estoy calculando la medida de los ángulos y forma correcta de ejecutar algunos pasos de patinaje para poder replicarlos con mayor facilidad — explicó sonando orgulloso de sí mismo. — Llevo veinte pasos sencillos analizados. Me tardé más de lo esperado porque se me sobrecalentó la calculadora y tuve que hacer las operaciones mentalmente.
A continuación, el joven tomó un plano y se lo mostró al viejo mayordomo. En el plano se encontraban medidas y números un poco desordenados pero precisos. Hirotsu al no entender nada arrugó la cara.
Dazai que notó la falta de entendimiento por parte de su mayordomo comenzó a enseñarle como logró sacar esos fascinantes resultados, provocando que ambos se olvidaran de la cena.
Cualquiera se sorprendería al ver tales explicaciones complejas, pero Hirotsu era la exepción. Al fin de cuentas ya estaba acostumbrado a esa inteligencia que parecía hereditaria.
Hirotsu no era un hombre muy expresivo. Durante su larga vida había servido a dos familias de las cuales no pudo encariñarse de la mayoría de sus integrantes. Su profesionalismo lo ayudó a mantenerse calmado en más de una situación de emergencia relacionada con los Ōgai. Pero al ver a Dazai emocionado e interesado por mejorar en el patinaje lo conmovió un poco.
Durante las últimas semanas el castaño parecía tener más energía. Muchas veces se sorprendió al encontrarlo haciendo ejercicio por las mañanas a pesar de que el chico odiaba estar sudado. Tal vez otros no pudieran notarlo, pero él sabía que Dazai se encontraba más feliz.
«Con esa aura cada vez se parece más a ella. Si tan solo pudiera verlo en mi lugar.»
― Y así fue como decidí redondearlo... ¿Hirotsu-san estás escuchando?
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Sueños Congelados
FanficDesde ese día, Dazai nunca esperó nada de la vida. Esta solo lo vaciaba y se burlaba de él. Así que el hecho de que un enano en patines de hielo pudiera descongelar poco a poco los sueños que se mantenían en lo más profundo de su corazón, lo tomó i...