7: Primera Expedición

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El cuartel de la legión se encontraba en ajetreos de soldados; unos con monturas para caballos, mientras otros llevando provisiones a las carretas de suministros para la expedición. No faltaban más que minutos para partir.

La castaña de lentes caminaba con dos caballos a la formación de salida mientras pasaba la mirada por el lugar buscado a cierta pelinegra, pero esta se encontraba en uno de los muros del cuartel observando todo.

— Miru encárgate de seguirnos sin que noten tu presencia – dice Hanae

— Como ordene Hime-sama.

— Adelántate, alguien viene. – con una reverencia se marchó sin más.

— Deja de estar de holgazana y ve ayudar a los demás – la reprende una voz masculina.

— Vivirás en decepción si piensas que lo haré.

El grandulón solo bufa ante su respuesta. Al llegar a su lado se sienta a observar el lugar.

— ¿Nerviosa?

— Ni un poco – lo miró de reojo, luego pregunta. – ¿Y tú qué haces aquí? ¿No deberías estar ayudando también?

— Me enviaron a buscarte.

— Piensan que voy a escapar – ríe irónica - sé que mi ubicación en la formación no es solo por mi habilidad.

— Entonces demuéstrales lo contrario.

Solo se dan una mirada para ir a la formación con los demás. La relación de estos ha sido más estrecha luego de su enfrentamiento, se entienden perfectamente; esa conexión se verá reflejada en esta expedición, no hay duda.

— ¡Hanaee! ¿Dime que tú si me ayudaras a capturar un titán?

La castaña no dejó que terminara de llegar cuando ya la había tomado por los hombros emocionada esperando su respuesta.

— No estoy autorizada – responde sin más la de ojos perlados apartando a la castaña para subir a su caballo.

Al avanzar a la ciudad la pelinegra se cubre con su capa. Aunque la "aceptaron" en el juzgado, los habitantes de las murallas desconocen su existencia. Para la kunoichi es mejor ser invisible al resto, se evitaría muchos dolores de cabeza.

En el camino a las puertas del muro María, había mucha gente despidiéndolos. A la espera de que abran las puertas Hanae le da una mirada al rubio de ojos cielo, después de ese día que compartieron té no se habían vuelto a ver hasta ahora. El comandante Shadis da el anuncio de la expedición y todos avanzan luego de eso.

— ¡Hanae, recuerda lo que hablamos! – grita Erwin en dirección de la pelinegra.

— Lo tengo claro capitán.

Te seguiré - Erwin Smith x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora