Capítulo 5

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Ya habían pasado tres días desde que habíamos llegado y todos estábamos de acuerdo en que los tres idiotas parecían sospechosos. Los habíamos estado vigilando, pero no habíamos descubierto nada aún.

Estábamos en los vestuarios cambiándonos para poder ir a clase de gimnasia. Ansiaba esta clase, necesitaba urgentemente volver a entrenar para mantenerme en forma. Desde que habíamos llegado no había tenido tiempo de pasar por un gimnasio, habíamos estado muy ocupados memorizando bien nuestros papeles averiguando todo lo posible de los distintos alumnos.

-Por favor, hagan silencio!- Pidió el profesor. Poco a poco los murmullos se fueron apagando.

-Muy bien, vamos a empezar calentando. Diez vueltas a la cancha.- Anunció ganándose las quejas de muchos alumnos.

La cancha era del tamaño de un campo de fútbol americano. Estaba rodeada por unas grandes gradas en donde se sentaban los espectadores los días que había partido.

Empezamos a trotar alrededor de la cancha. A pesar de que ya estaba acostumbrada a correr en largos tramos a velocidad, decidí mantenerme escondida entre los alumnos, corriendo a la misma velocidad que ellos y fingiendo un cansancio que en realidad no sentía.

Una vez que terminamos de correr el profesor nos hizo reunirnos para poder dar la próxima consigna.

-Ahora practicarán las técnicas de defensa personal y lucha cuerpo a cuerpo que estuvimos repasando la clase anterior. Les asignaré parejas con las cuales trabajarán durante el resto del semestre.

El profesor sacó una lista y empezó a dictar a las parejas. Poco a poco los alumnos se fueron alejando de los demás para poder tener espacio para practicar.

-Eastwood y Harries.-Finalmente me nombró. Me voltee en busca de mi compañero y me encontré con unos ojos avellana fijos en mí.

Rápidamente, y sin que se diera cuenta, lo escanee de pies a cabeza. Me sacaba como dos cabezas de alto, y su cuerpo estaba perfectamente marcado. Su pelo castaño estaba despeinado de forma casual y un bronceado perfecto cubría toda su cara. Finalmente me fije en sus ojos. Unos hermosos ojos color avellana me miraban con curiosidad.

-Tú debes de ser mi compañera.-Preguntó intentando sacar conversación.

-Pues, eso parece.

-Jamás te había visto por aquí, eres nueva?- Me preguntó con curiosidad.

-Vine de intercambio.

-Oí algo sobre eso.- Comentó.

Caminamos hasta una esquina de la cancha donde había poca gente.

-Y... ¿Cómo te llamas?- Le pregunté tratando de romper el silencio incómodo que se había formado entre nosotros.

-Sebastian, ¿y tú?

-Mikayla, pero dime Kay.

Se hizo otro silencio entre nosotros.

-Bien, entonces Kay... ¿empezamos con las técnicas de defensa personal?- Me preguntó.

Asentí. Pero entonces una pregunta cruzó mi mente.

-Oye, no sabía que se enseñaba defensa personal y lucha libre en gimnasia, pensé que simplemente te hacían correr y saltar o cosas del estilo.

-En realidad antes no era parte del curso, pero hace un par de años una chica estaba saliendo del liceo cuando unos tipos la asaltaron y se llevaron todo lo que tenía. Lo malo es que en el proceso ella forcejeó un poco con uno de los agresores y terminó con un brazo quebrado, por lo que los padres de la chica hicieron una junta de firmas para que nos enseñaran algo útil de una vez. Así que ahora el colegio está obligado a enseñarnos cómo defendernos.- Eso tenía sentido.

Aquila (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora