18- "Quiero que me cuentes toda la verdad"

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Giro lentamente la cabeza hacia el lado donde he escuchado el ruido, y por un breve momento contengo la respiración. Ante mí está la persona que menos esperaba ver en esta situación, la verdad. Parado delante de mí, con una pistola apuntándome, se encuentra Alex, sin otra expresión en su rostro que no sea de furia. Bloqueada, reacciono al observar de reojo que las sombras que me perseguían están ya a pocos metros. Vuelvo a mirar a Alex. Abro la boca para hablar, pero se me adelanta.

―Aparta ―dice.

Instintivamente lo hago, ya sea por la impresión de ver el arma en su posesión u otra cosa. A los pocos segundos los chicos se paran al llegar hasta nosotros. Me coloco detrás de Alex sin darme cuenta. Estos alzan sus cuchillos, antes dirigidos a mí, ahora hacia Alex, que los apunta a ambos alternativamente con la pistola.

―Fuera ―habla Alex.

―No nos iremos sin la chica ―dice ahora el que está a la izquierda. No distingo más que sus ojos brillando en la oscuridad, incapaz de verle la cara a causa del pasamontañas que la oculta.

―Ella no va a ir a ninguna parte con vosotros. No lo repetiré más, marchaos ―replica Alex en una voz extrañamente imponente. Nunca lo había escuchado hablar así. Y eso me confunde aún más.

―Haber si es que no lo entiendes... ―El compañero del que habló chasquea la lengua―. No es una propuesta.

―Haber si el que no lo entiendes eres tú. No se va a ir a ningún lado. Fuera ―Alex comienza a subir la voz.

―Hum... al parecer es verdad lo que dicen de ti... eres demasiado iluso, si crees de verdad que la chica saldrá ilesa de todo estás muy equivocado. ―Comenta de nuevo el primero.

―Me importa una mierda lo que digan de mí. Ella no se va y que se os quede claro que esta es la última advertencia que os hago ―amenaza Alex levantando más el arma. Veo como su mandíbula se tensa.

―No nos vamos sin la chica ―repite, esta vez no sé cuál de los dos.

―Está bien, no digáis que no os lo advertí ―habla Alex, y sin previo aviso aprieta el gatillo y una bala vuela directamente hacia la pierna de uno de los dos, provocando que este suelte un alarido de dolor.

De repente, el compañero del herido se abalanza hacia Alex con el cuchillo en alto, pero no llega a dañarle, pues Turner hace lo que menos me esperaba, dispararle, pero en todo el estómago. El chico cae de espaldas, y mi intuición decía que estaba muerto. Alex se volvió hacia el otro, que se retorcía de dolor en el suelo y lo levantó de un brazo bruscamente.

―Dile a tu jefe que la deje en paz si no quiere volver a perder más personal. ―Acto seguido lo suelta y este se aleja de nosotros corriendo a duras penas, soltando gritos de dolor cada dos por tres.

Alex se vuelve lentamente hacia mí, de forma cautelosa, esperando mi reacción. Lo único que hago es quedarme quieta. Estoy en estado de shock. Ya había visto matar a alguien, aquella vez que Leila le clavó el cuchillo a un chico en el callejón, pero eso fue de lejos, como ver una película, no tan impactante como ahora, y además lo olvidé rápido, pues en esos momentos estaba con Noah y el tiempo a su lado me hacía olvidar lo ocurrido. Pero ahora es diferente. Ante mí, ante mis propios ojos, a menos de dos metros de distancia, se halla el cadáver de un chico. Muerto en el suelo. La sangre emana de la herida en su vientre y eso me provoca náuseas. Me agacho y vomito. Cuando dejo de hacerlo noto una mano en mi espalda. Levanto mi mirada y me encuentro a Alex, mirándome preocupado. Me ayuda a levantarme cogiéndome de las manos y al estar de pie, noto que estoy temblando. Se queda mirándome, sin saber qué hacer, hasta que de repente se acerca a mí y hace lo que nunca me hubiera esperado, me abraza. Yo, confusa y asustada, no hago más que quedarme quieta a la vez que aprieto mis brazos contra mi cuerpo, cerrando los ojos con fuerza. Presenciar una muerte no es nada agradable, y menos a dos pasos de ti.

Enfrentados © [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora