"Aquí te he dejado este regalo de Navidad tan bonito por adelantado... espero que la disfrutes"
Han Jisung, un chico bastante inteligente con un pasado oscuro, va repartiendo regalos de navidad por su ciudad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Señor, tenemos un nuevo caso del que tenemos que ocuparnos— habló el más joven de los dos.
—No hemos acabado con los primeros... —habló el peli negro mientras se sentaba en la silla de su despacho para escuchar a su ayudante.
—Creo que todos estos asesinatos tienen que ver con lo mismo—dijo el menor mientras se acercaba a la mesa de su capitán. — mire... —dijo para entregarle la carpeta llena de fotos y papeles sobre cada uno de los asesinatos.
—¿Son sólo 3 en total?
—De momento supongo que sí, pero tal vez haya más asesinatos.— habló un poco nervioso.
—Bueno, háblame de cada uno de los asesinados y el posible sospechoso— volvió ha hablar el agente de policía, por fin dejando de ojear el ordenador para mirar a su aprendiz y ayudante.
[...]
Han iba silvando el estribillo de 'El honor de los Prizzi, Gioachino Rossini ', eso le daba un toque exquisito, según él. Se dirigía tranquilamente hacia la casa de Lee Felix, como era de madrugada, se notaba que él ahora estaría fuera de casa. Han conocía muy bien a Felix, y sabía que Lee es un chico muy sociable y extrovertido que llama la atención a primera vista, es popular y tiene demasiados amigos. Así que lo más probable fuera que Felix este por ahí en alguna fiesta con sus amigos.
Han no tardaría en entrar al cuarto del rubio con pecas, dejar la bolsa con el mechón de pelo de Hyunjin debajo de su almohada y esperar a que el chico volviera a casa seguramente la mañana del día siguiente.
Flashback
—¿No crees que nos van a regañar por entrar a tu cuarto sin habernos lavado las manos después de comer?
—No te preocupes, seguro que no lo hacen.
—Niños, ¿qué os he dicho justo antes de comer?
—Que hay que lavarnos las manos después de comer si no queremos acabar enfermos y con dolor de tripa.
—Muy bien pequeño Hannie, hijo tienes que aprendermás de él.
—Pero si yo... bueno da igual, vayamos a lavarnos las manos—y al decir eso se fueron corriendo hacia el baño entre risas
