Jisung y Minho eran dos chicos que se conocieron en primaria con solo 8 años, con el tiempo y mientras las hormonas provocaban caos en sus cuerpos, les fue imposible no sentirse atraido el uno por el otro. Terminados sus estudios y luego de su gradu...
-Minho...-Toco ligeramente la puerta, visualizando al nombrado acostado en la cama observando como el pequeño bebé dormia tranquilamente a su lado -¿Te encuentras bien?- Solo se limitó a asentir con sus ojos tristes y perdidos.
Aquella semana que Minho habia solicitado libre para "pasarla con su familia", se habia transformado en una semana donde se dedico a reportar el desaparecimiento de Jisung. No habia nada, ni una sola pista, huella, sospechoso o involucrado. Su esposo se habia esfumado como la niebla de la noche cuando el sol sale.
Pasaron las horas interminables de cada día, uno más eterno que el anterior. Minho acompañado de Jeongin se decidieron mudar "temporalmente" a casa de los padres de Jisung, quienes tambien estaban preocupados de que les pudiese ocurrir algo estando en aquella casa.
Minho estaba apagado, a pesar de que mostrara su mejor cara ante su niño, nada era lo mismo sin la alegria de su amado. Todas las noches cuando Jeongin ya se encontraba profundamente dormido, salia al patio del frente y se sentaba al lado del ya grande y viejo ciruelo.
-¿Por qué me alejaste de mi Hannie?- Cuestionaba en busca de respuestas mientras dejaba que las lagrimas corrieran libremente por sus mejillas -Sabes...a Hannie no le gustaban singificativamente las flores del ciruelo- Sonrió triste mientras sus manos jugaban con el cesped -Sus flores favoritas siempre fueron las rosas rojas-
Sacó la billetera de su bolsillo, una pequeña polaroid que guardo con cuidado todos estos años. Recordó aun como se le había sido otorgada...
Llegaba de su primer trabajo en una tienda cercana, ese día no le fue del todo bien pero aún asi su felicidad no caia. Entró a la sala de su pequeño apartamento y encontro esa polaroid sobre la mesa. Luego sintió unas manos y un pequeño cuerpo rodearlo en un abrazo...
-Te amo Minhoonie-
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-Te amo Hannie...- Susurró con los ojos cerrados sintiendo todo su cuerpo temblar ante su nostalgia. Dias sin comer, días sin ir a su trabajo, días sin hacer nada...
¿Era buen padre? ¿Cuidaba bien a Jeongin? ¿Sería capáz de seguir adelante sin Jisung? ¿Podria tener una vida normal despues de que le arrebataran a su alma gemela?
Seungmin observaba todo desde la ventana dentro de la casa, a todos, excepto al pequeño Jeongin que no tenía conciencia aún, les afectaba el hecho de que Jisung llevara casi un mes desaparecido y ver como Minho poco a poco iba perdiendo más sus fuerzas de vivir los hacía preocupar mucho más. Cuando visualizo la figura del castaño levantandose en direccion a la casa decidió subir rápido, para asi no interrumpir el momento que estaba teniendo. Minho en silencio saco una hoja y un lapiz, comenzando a anotar algo que desconocía mientras era interrumpido por las gotas cayendo de sus ojos, sorbió su nariz y respiro al parecer buscando calmarse, tomó su abrigo, pero antes de que saliera de la casa Seungmin decidió preguntar:
