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-¡AGH!
Los constantes golpes que daba eran brutales y el cuerpo del pequeño niño estaba magullado y golpeado. La enorme figura de un hombre grande y musculoso tapaba la figura del niño que estaba en el piso. Finalmente rendido aquel pequeño, simplemente aceptó que enji estaba desahogando la frustración que sentía al perder a su hijo mayor. Justamente en el momento perfecto o inoportuno se presentó la incidencia que cometió uno de sus "hijos", con la excusa de mejorar su actitud se encontraron ahora en esta situación.
¿Valia la pena? Suponía que si, pues los golpes que le daba eran hasta cierto punto controlados. Pero mientras que uno se sentía "mejor " el otro solo sufría. ¿Acaso era así en todos los casos? Él también se sentía triste, ¿era acaso porque enji era un adulto y él un niño? Enji siendo un adulto no controlaba o no sabía cómo expresar su frustración, pero él aún siendo joven se controlaba, y no dejaba salir su furia. Si lo hubiera hecho antes habria matado a alguien, o así lo presiente...
«Vaya, esto realmente duele, tal vez como la última vez. ¿Será porque también estoy triste? ¿Por eso duele tanto? No es demasiado diferente a cuando nos golpeo a Shoto y a mi... »
Toge levanto ambas manos. En eso el golpe que iba dirigido a su hinchada cara se detuvo.
Enji apretó el puño y al final suavizó su mano. Su mandíbula se tenso en desdén, pero no hacía a aquel niño tirado en el tatami que arrodillado le llamaba en lengua de señas. La mirada de toge acuosa, pues no quería dejar salir sus lágrimas de pesadumbre aun estando tan dolido.
El pelirrojo mayor solo dejó azotar la puerta cuando se marchó, y de fondo el sonido de la puerta principal igualmente azotar. Los pasos apresurados de quien suponía era Rei sonaron apresurados, y siguiendo de estos el sonido de otros pasos.
La puerta se abrió de golpe y la habitación oscura se iluminó tenuemente por la luz de afuera, dejando la luz perfecta para divisar el cuerpo magullado de toge, quien seguía arrodillado.
Elevó la cabeza y la mirada, y automáticamente se sintió mejor, como si le hubieran dado un dulce beso cálido.
Ver a su tía Rei, a Fuyumi, Natsuo y a Shoto le dio calidez. Pero aun así faltaba uno, ese espacio no se llenaría. Tal vez no prontamente, pero no tenía prisa por encontrar a esa persona.
