Hacia una nueva luz

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Apreté los puños con fuerza, esto fue una tontería, una imprudencia, debí hacerle creer lo inequívoco cuando ella se despertó y lo primero que vio fue de cerca mi cara. 

Sólo quiero que este sentimiento que me aprieta en el corazón se marche para siempre. ¿Es acaso mucho pedir?

«Las cosas no salieron esta vez como tú esperabas».

No, nada me salió como yo quería, es la segunda vez que nada sale como yo lo he planeado.

Por ahora, el sabor amargo ha vuelto a envolver mi vida y rutina desde que no veo a Marinette, mi actitud era la misma, tan seria y cada vez más fría. Era mucho más estricto con la gente y cuando fue la presentación de mi nueva línea de diseño ni siquiera estuve presente para evitar que vieran mi rostro lleno de tortura y desesperación.

Sabía por parte de Nathalie que la presentación tuvo un éxito, mi nueva joyería inspirada en ella era la cereza del pastel, todos aclamaban el gran glamour que tenía. Todo fue gracias a la inspiración que tuve por aquella belleza parisina. Ella es una joya muy valiosa que me puede ayudar a seguir inspirándome en nuevos diseños.

Mientras trabajaba en mi computadora, no podía quitarme de la cabeza a Marinette, pensar que estuve tan cerca...¿Acaso estaba enamorada de mi hijo? ¿Mi edad era una incomodidad? El único defecto entre nosotros es la distancia que hay entre su edad y la mía, de eso estoy seguro. Maldita sea la edad, tenía que ser por eso, soy muy viejo para ella. Lástima que no exista ningún poder que me haga más joven o que ella hubiera sido una adulta.


Era de noche y Marinette estaba en la mansión, Adrien estaba en su habitación, yo estaba en la cocina, preparando un té para ella, pensando en el plan que tenía en mente. Al terminar de prepararlo arrojé a la taza un tónico que daba el mismo efecto de un relajante muscular, lo endulcé para evitar que se notara el sabor amargo. 

Me dirigí al antro donde se encontraba Marinette, habían algunas mariposas volando alrededor, la taza humeaba en mis manos antes que me acerqué a Marinette que se asustó con mi presencia, el susto había provocado que se le cayera una rosa de cristal que tenía en sus manos, se apenaba mucho por eso, podía notarlo en mi poca visión que tenía en esos momentos por la poca luz.

—Siento haberte asustado. Te traje un poco de té—.

Tomó la taza de té un poco temblorosa, a pesar de la oscuridad podía ver que llevaba puesto un vestido blanco . Se sentó en el sofá para disfrutar de su té ayudada por mi linterna del celular para ver un poco y no caérsele la taza. Estaba tan encantadora y se vería tan esplendida con aquel vestido blanco.

—Llamé a mis padres, les dije que me quedaría aquí hasta que la luz regresara.

Tiempo sin oír su voz y ahora que hablaba me excitaba de la emoción. Mas no podía dejar de notar que temblaba y su mirada se posaba hacia un lado dejando fuera de mi campo de mi visión sus ojos azules.

—¿Tienes frío?—Empecé a preguntar.

—Un poco—respondió en voz baja.

—¿Estás incómoda?

—Sí—susurró.

Debí suponerlo. Observé como bebió otro sorbo de té con la cabeza baja, en esos momentos no podía saber que emociones tenía, si estaba triste o apenaba, no estaba seguro.

—Siento mucho si algo te fue incómodo—dije sentándome a un lado de ella —Créeme que traté de evitarlo, hasta que descubrí que ya era tarde para remediar la situación, ya no había vuelta atrás para alejar los sentimientos que tenía hacia ti.

Belleza Parisina [Versión 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora