Breves Historias. Los Bunkers

La carta. Fralvaro

Hace mucho tiempo que como banda decidimos tomarnos un tiempo para hacer proyectos y descansar, pero jamás pude olvidar todos los momentos felices que vivimos, en especial tú y yo. No sabes cuánto te extraño, pero cuando me contacté contigo hace poco me comentaste que habías encontrado una mujer hermosa, pronto le pedirías la primera cita, esto me provocó un dolor muy fuerte en el pecho. Yo no quise salir con nadie porque tenía esperanza de que volviéramos a ser una pareja como cuando éramos jóvenes, creí que seríamos solo tú y yo, pero creo que eso no se podrá, hoy nos volveremos a encontrar después de tantos años, todos como banda, quiero verte pero me siento mal al tener ese pensamiento egoísta, lo único que quiero es que seas feliz aunque no sea conmigo.

Quizás esta carta nunca llegue a tus manos porque soy un maldito cobarde. Aún te amo, mi Francis.

-Álvaro.

                         *
Al fin llegó el día tan esperado, el reencuentro, me sentía muy nervioso, demasiado la verdad.

Llegué al recinto junto al Gonza, esperamos un rato hasta que llegaste, tú y el Mauri, al verte quería correr a abrazarte, pero me contuve, y también aguanté las ganas de decirte:
¿Por qué me dejaste por tanto tiempo?

Pero no era el momento, luego de unos minutos llegó el Mauro, ahora sí, estábamos todos

Reímos como lo hacíamos antes la característica chispa de la banda nunca se fué, siempre estuvo ahí presente esperando el mejor momento para volver a encender como nunca antes.

Ya se nos había hecho tarde, era hora de irnos a nuestros hogares, nos despedimos, estaba caminando afuera del local cuando me hablaste, me detuve y me abrazarte por detrás.

-¿Qué haces?- Efectivamente, había quedado ahí parado muy nervioso, sonrojado y sin poder hacer nada porque te extrañaba demasiado.

-No creas que me olvidé, tú y yo tenemos una charla pendiente-

Tomaste mi mano y me llevaste hasta tu auto, nos subimos y llegamos a tu casa.

-¿No crees que ya es muy tarde? Han pasado muchos años- Diciendo esto me senté en un pequeño sillón.

-Y en estos años tú no has dejado de amarme, y yo tampoco a ti-

-¿Cómo estás tan seguro de lo que dices?- No quería demostrar el amor que todavía guardaba para ti, desde el día que te fuiste.

-Te escribí varias veces a tu celular luego de aquella vez que me hablaste, pero no contestaste, así que contacté al Gonza, pregunté por ti y me dijo que estabas mal, y supuse que era por mi culpa, hablamos hace poco así que por eso volví, volví por ti Álvaro-

-Créeme intenté olvidarte pero fue imposible, ¿Eso querías escuchar?-

-Si, pero solo si es verdad-

Me levanté del sillón y se me cayó un papel, lo tomaste, intenté agarrarlo pero no pude, lo leíste y me miraste

-¿De verdad serías feliz si yo estoy con alguien que no seas tú?-

-Si tu estás bien y eres feliz no tengo nada más que hacer, solo desearte lo mejor- Me dolió el pecho decir eso.

-Álvaro yo...-

-Es hora de que te diga la verdad, te he extrañado como nunca antes, si quería pedirle la cita a la mujer de la que te hablé era para intentar olvidarte pero fue imposible porque mi corazón ya te pertenecía desde hace mucho tiempo y yo no me había dado cuenta, perdóname por haberte hecho sufrir, por herirte y por dejarte atrás como si fueramos desconocidos, lo lamento mucho Álvaro, mi Álvaro- Te miré, ví las lágrimas caer por tus mejillas, me odié a mi mismo en ese momento.

Me acerqué y te acaricié la mejilla, limpiando la lágrima que por tanto tiempo guardaste ante mi, te di un beso, te sorprendiste.

-Aún te amo Álvaro, ¿Me darías otra oportunidad?-

-Claro que sí, no sabes cuánto te esperé-

-Ven, dame un abrazo-

-Nuestro amor sigue intacto, ¿Cierto Alvaris?-

-Cierto, mi Francis-