Entre tus brazos. Álvaro x Mauri.

147 11 2
                                    

20:30.
Era una noche tranquila y cálida, no había nada nuevo en la televisión, pasaba canal tras canal y aún así no había nada de su agrado, aunque el cielo oscuro se veía con diversas estrellas en su mayor esplendor de brillo, repartidas por este mismo, a Mauricio no le llamaba la atención en lo absoluto.

Estaba sentado en el sillón de su casa, resignado, apagó la tele, tomó su guitarra, pero le fue imposible siquiera tocar una canción, dejó el instrumento de lado y agarró su teléfono, su mente estaba en otro lado, pensando en la fecha de lanzamiento del próximo álbum en conjunto con su banda. Al fin pudo salir de sus pensamientos, gracias a que en la pantalla salió una llamada, la cual era de Álvaro.

Mauricio contestó. -¿Aló?- Preguntó con pesadez.

-Hola Mauri, ¿Cómo estai? Te llamaba para saber si querías venir a mi casa a tomarnos algo- Resumió el menor.

-Hola, si, si, dime la hora y ahí voy a estar- Dijo el mayor con voz cansada, debido al aburrimiento, salir un rato no le iba a hacer nada mal.

-A las 21:30, te espero wachito- Respondió el moreno. -Nos vemos- Se despidió.

-Dale, nos vemos más tarde- Dijo con un tono ya más alegre. Durán cortó la llamada.

Mauricio se levantó del sofá, subió las escaleras y fue directo al baño. Se dió una ducha rápida, solo era para despertar y despejarse de su trabajo al menos por un segundo con el agua tibia cayendo por su cuerpo no fue difícil relajarse.

Después de 20 minutos ya había terminado de bañarse así que entró en su habitación, buscó una ropa no muy formal, pero decente. Eran las 21:00 de la noche, ya estaba listo para salir y dejar de lado todos los debates mentales que pasaban por su cabeza una y otra vez.

Tomó su celular, billetera, llaves de su casa y auto, luego se puso su chaqueta y salió de su hogar. Se subió a su auto y emprendió su camino. En 20 minutos ya estaba afuera de la residencia del vocalista, se bajó de su vehículo, se acercó a la puerta y golpeó esta misma un par de veces. Fue cuestión de segundos para que Álvaro le abriera.

-Hola Mauri, pasa, estás en tu casa- López se hizo a un lado para dejar pasar a su invitado. -Puntual, como siempre Durán- Dijo con una sonrisa en su rostro.

-¿Cómo estai Alvarito?- Mauricio entró en la casa y de pasada le revolvió los rulos al menor. -Ya es parte de mí ser puntual- Dijo sonriendo.

-Se nota- Con sus manos trató de arreglar su cabello, el cual había sido desordenado por el mayor anteriormente. -Siéntate, voy a buscar la bebida a la cocina y voy- Mauricio asintió con la cabeza.

Durán se sentó en un sillón bastante amplio, miró a su alrededor, pero eso le duró poco, ya que Álvaro había llegado con el alcohol y otras cosas.

-¿Quieres whisky? Es del bueno mi wachito- López dejó algunos aperitivos en una pequeña mesa que estaba frente al sofá, luego se sentó en este mismo, al lado de Durán.

-Empezemos suave po Alvarito, no quiero quedar curao' tan temprano- Dijo riendo.

-¿Te traigo un juguito mejor?- Dijo burlesco. -Dale weon, no importa si quedai curao'- Tomó dos vasos pequeños y sirvió un poco de whisky, uno de estos dichos objetos se lo entregó al mayor.

-¿Después como llego a mi casa weon?- Recibió el vaso y miró al menor, mientras se reía.

-Te quedai' acá po Mauri, no tengo problema- Álvaro se tomó de un trago el alcohol del vaso. -No está tan fuerte, dale, tómatelo al seco no más- Dijo mirándolo.

Mauricio bebió todo el contenido, luego López sirvió más y más alcohol. Así se mantuvieron, ronda tras ronda, hasta que se aburrieron de tomar de un vaso tan pequeño, entonces empezaron a beber directo de la botella, ambos ya estaban muy borrachos, como para siquiera pensar con claridad.

Breves Historias. Los BunkersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora