Amor de juventud. Fralvaro

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Éramos jóvenes cuando nuestra relación comenzó, ninguno había tenido experiencia con un hombre antes, todo lo que hiciéramos de ahí en adelante sería nuevo para ambos.

~Álvaro
Estabamos en la casa de Francis, nos estábamos dando besos, cuando llegó el padre de Durán, nos pilló, nuestro mayor secreto había sido descubierto.

Era de esperarse, me echó de la casa casi a patadas, no me importó, me importaba lo que le pudiera hacer a Francis, tenía miedo.

Llegué a mi casa, mis padres me estaban esperando, recibí un buen regaño y algunos golpes. Los padres de Francis les habían contado todo.

Pasaron dos días, no me dejaron ir al liceo, sabían que lo primero que iba a hacer era hablar con Durán y no se equivocaban, era la verdad.

Ese mismo día nos hicieron a mi y a Gonza sentarnos en el living a tener una charla, la cual nunca olvidaré .

-Su madre y yo estuvimos hablando y tomamos la decisión de irnos a vivir a Santiago- Dijo mi padre con un semblante completamente serio.

-Pero ¿Por qué?- Preguntó mi hermano menor.

-No queremos que Álvaro vuelva a ver a  Francisco nunca más, lo queremos alejar de el, su padre ya encontró un trabajo y ustedes dos ya están aceptados en un liceo- Dijo mi madre con un tono de voz firme.

-¿¡Que culpa tengo yo!? ¡No me quiero ir!- Dijo mi hermano.

-Gonzalo cálmate, dile gracias al maricón de tu hermano- Dijo mi padre, se levantó de su asiento y se fue junto a mi madre.

-Lo siento... Tienen razón, soy un... Maricón- Dije triste, las lágrimas amenazaban con salir pero no las dejé.

-No tienes la culpa de que sean tan cerrados de mente Álvaro, los únicos culpables son ellos- Dijo animándome, luego puso su mano en mi hombro en señal de apoyo.

Al día siguiente

Teníamos todo listo, las maletas y la casa desalojada, era hora de irnos, dije que iba a dejar unas maletas al auto,le dije a Gonzalo que cualquier cosa porfavor me cubriera, las dejé y fui a la casa de Francis.

Subí por un árbol que estaba pegado a su ventana, toqué un par de veces, hasta que mi chico abrió.

-¿Álvaro? Ven pasa no te vayas a caer- Dijo dulcemente.

-Gracias- Lo abraze fuerte y le di un beso en la mejilla.

-Tienes suerte de que mis padres no estén ¿Por qué no has asistido al liceo?-

- Mi niño, no tengo mucho tiempo, hoy mismo me voy a Santiago y respondiendo tu pregunta es porque mis padres no querían que tuviera  absolutamente ningún contacto contigo- Resumí rápidamente.

-¿Te vas?- Dijo con lágrimas en sus ojos.

-Si, lo siento, no quiero dejarte, nunca olvides que te amo sinceramente, toma- Saqué de mi bolsillo una carta que había escrito para el y se la entregué.

-Léela cuando te sientas mal, para que recuerdes que siempre estaré contigo, aunque no me veas-

-Gracias, de verdad-

Me abrazó muy fuerte y yo lo dejé, le di un beso lleno de amor, salí por la ventana, bajé por el árbol, le dije adiós con la mano y le tiré un beso, me miró mientras se secaba las lágrimas.

Por suerte mis padres habían estado ocupados en unos temas de la casa y no se dieron cuenta de que me había ido una media hora.

*
Pasaron 5 años, ya había terminado el liceo y la universidad, ahora vivía solo, un día tocó alguien a mi puerta, estaba fumando para relajarme y me levanté sin mucho ánimo, aún con el cigarro en la boca.

Abrí la puerta, ahí estaba mi amor de juventud parado frente a mí, con algunas maletas y un ramo de flores en la mano.

-Alvaris, he vuelto para quedarme-

Lo atraje hacia mi y lo abraze.

-No sabes cuánto te esperé, las noches que no me dormí-

-Te amo Álvaro López- Dijo con su mano en mi mejilla.

- Y yo a ti Francisco Durán- Le di un beso, me separé y lo abraze nuevamente.

Fue un amor robado, pero que al final de la historia fue devuelto, ambos son felices en Santiago de Chile.

Fin.


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