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Shah Rukh entró en casa por la puerta de atrás. Era una suerte que no tuvieran perro, pensó. Estaba nervioso. Llegaba dos días antes de lo previsto, gracias a las prisas que les había metido a sus empleados de Seattle que, con tal de librarse de él, habían trabajado contrarreloj. Pero no importaba: solo quería volver a casa con Kajol. Había llamado desde el aeropuerto para decirle que estaba de camino pero que no lo esperara despierta porque llegaría tarde.

Shah Rukh dejó la maleta en el vestíbulo y subió las escaleras sigilosamente. El dormitorio de Kajol estaba junto al suyo, y no quería molestarla. En realidad, Shah Rukh deseaba despertarla. Ardientemente. ¿Qué no habría dado por poder deslizarse en la cama con ella?, se preguntó Shah Rukh mientras pasaba por delante de la puerta de ella, cerrada, y entraba en su dormitorio. Y no solo por el sexo, aunque desde luego no habría puesto objeciones, sino por poder abrazarla, por quedarse dormido simplemente, con ella en brazos. La sola idea le producía escalofríos, mientras se desnudaba.

Apenas veía nada. Salía luz por la rendija del baño, cuya puerta estaba cerrada. A Kajol le gustaba que el baño estuviera caliente, por eso dejaba siempre la chimenea encendida. Desnudo, Shah Rukh atravesó la habitación hasta el baño y, tras asegurarse de que no había nadie, entró y tomó una ducha. Se estremeció al sentir el agua deslizarse por todo su cuerpo, deseó que fueran las manos de Kajol. Se secó, se enrolló una toalla a la cintura, y observó la puerta cerrada del dormitorio de ella. Le habría gustado que ella le diera la bienvenida. Tras unos instantes de vacilación, desilusionado, apagó las luces del baño y volvió a su dormitorio. Tiró la toalla al suelo, buscó las sábanas para meterse en la cama y... y casi saltó al escuchar una voz femenina decir:

— Ya era hora.

—Kads! ¡En el nombre de... me has asustado! —exclamó al fin relajándose—. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Esperarte —contestó ella con voz susurrante y sugerente.

Al oír aquel tono de voz Shah Rukh , que siempre se excitaba solo con pensar en ella, se volvió loco. Estuvo a punto de abalanzarse sobre Kajol, pero inmediatamente lo pensó mejor y optó por recoger la toalla del suelo y volver a ponérsela a la cintura. Sabía que no debía comenzar algo que, después, no podría parar.

—¿Esperándome para qué? —preguntó mientras sus ojos se iban acostumbrando paulatinamente a la oscuridad, comenzando a ver la silueta de Kajol bajo las sábanas.

—Para que vengas a la cama —contestó ella levantándose y poniéndose de rodillas, de cara a él.

Un nuevo shock sacudió a Shah Rukh cuando fue capaz de discernir lo que Kajol llevaba. O, más bien, lo que no llevaba. A pesar de la escasa luz, procedente del baño, Shah Rukh pudo observar que el camisón era tan fino que, igualmente, podría no haber llevado nada, Kajol se acurrucó contra él y Shah Rukh la rodeó con ambos brazos para sujetarla. Respiró hondo al sentir su figura cálida presionarse contra él y dijo:

—Supongo que esto significa que te alegras de verme.

Kajol se sentía maravillosamente junto a él. El pulso de Shah Rukh se aceleró otro poco más, mientras ella se derretía contra él, presionando su virilidad excitada entre los dos. Shah Rukh gimió en voz alta. Kajol enterró la cara en su cuello e inhaló profundamente su fragancia.

—¡Oh, Shah Rukh, te he echado tanto de menos!

—Yo también te he echado de menos —contestó él tenso—. Dios, Kads, no es que no aprecie esta bienvenida, pero...

—Pero si esta no es la bienvenida —lo interrumpió ella alzando la cabeza y besando su mandíbula—. Eso vendrá después.

—¿A qué te refieres? —preguntó Shah Rukh mientras su cuerpo se tensaba al máximo. Kajol se derritió en sus brazos acurrucándose aún más cerca, y Shah Rukh reprimió el deseo de gritar. Entonces ella contestó al fin:

Un hijo tuyo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora