Stacy Wright Miller sabe que vive en un mundo de "cositas especiales". Desde el día en que nació, fue muy claro que era una niña peculiar, tenía una imaginación viva y dinámica, podía convertir cualquier situación cotidiana en una aventura colorida...
Abro los ojos y lo único que veo ante mí es fuego. Esta oscuro, estoy asustada, paralizada, no veo a mis padres por ningún lado. Solo veo al poderoso fuego y una colección de desconocidos que gritan con dolor.
Algo dentro de mí me invita a ser valiente, Yo puedo apagar el fuego. Tomo aire. A la una, a las dos, a las tres, soplo y apago el fuego. Soy un superhéroe.
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!Tengo un pastel¡ ¿De dónde salió este pastel? Podría ser de alguno de los desconocidos ¿Me lo puedo quedar? Luego los desconocidos gritan felices, sacan fotos, quieren recordar este momento por toda sus vidas, el momento en que fueron salvados por Stacy Wright Miller, hay globos de colores, muchos globos de muchos colores, me gustan los globos, deberían darme uno, Hey! si no me dan un globo dejare que mueran en el próximo incendio.
- Bien hecho, princesa - Dice, Bobby. !Mi papá esta vivo¡ Que buena onda que no moriste en ese incendio, suena orgulloso de mi gran hazaña
- Espero que todos tus sueños se cumplan, pequeña - dice Mamá mientras un tierno beso en la frente. Estoy segura de que le tienen miedo al fuego, tan pronto apague el incendio aparecieron ese par de cobardes, no tengan miedo. Stacy está aquí para cuidarlos. Amanda se acerca a mí oido y me dice en un susurro - Feliz primer cumpleaños, Stacy -
!Era mi cumpleaños¡ una celebración en donde se festeja básicamente que estoy viva, que estoy con ellos, que vine a esta casa a mejorar por mucho la vida de los Wright, que fui la brújula que los llevo a su norte, como cuando se navega sin rumbo a la deriva o al menos eso me gusta pensar a mi.
La fiesta no estaba mal todo estaba decorado como si fuera un castillo, un enorme castillo de princesa, Yo era la princesa. Me veía muy bella, porque la fiesta era de Bella y cómo era mi fiesta, Yo era Bella. Me veía como un verdadero algodón de dulce amarillo, siempre me gusto vestirme de amarillo, creo que el amarillo era mi color favorito, es un color que definitivamente me queda.
- ¿Borucas, pequeña? - me pregunto Papá sonriente - ¿Te estas divirtiendo? ¿Ya quieres comer todo ese pastel? -
- Pincesa - le dije muy segura de mí mientras señalaba mi vestido, por cierto ya inicio a formar palabras.
- Claro que lo eres - dijo dándome un beso en la frente, mientras Mamá partía el pastel - Eres la princesa más bonita del reino -
- Nita - intente contestarle, mis palabras no me salen completas o bien, me pregunto si me curare con el tiempo, luego el continuó
- La más bonita, te lo prometo - No se como lo consigue, pero Papá siempre entiende todo lo que le digo
- Es increíble verte con ella, Bob - dijo uno de los muchos desconocidos que estaban en la fiesta - No me encanta saber que en parte te perdimos por su culpa - El desconocido era pequeño, para nada alto. No tenia cabello, su cabeza era como una bola de boliche, lisa, redonda y brillante. Su ropa era toda negra, negra como su mirada profunda y como su limpia barba de candado.
