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10 años después.

Levanto la vista de los papeles que veía dentro de mi oficina al notar como la presencia de mi mejor amigo se notaba totalmente diferente a lo usual.

Antes de dirigirle la palabra mire el reloj de la pared y note como todo el día se había pasado realmente rápido para mí. Estaba sumergida entre todos mis pendientes que hasta se me olvidó comer. Estire mis piernas y mis brazos recargandome en la silla y viendo a Seungmin sentarse en uno de los sillones y mirarme un poco más serio de lo normal.

—¿No me digas?— fue lo primero que le dije— ¿de nuevo la señora Kim no te dejo agarrar botana de la heladera? Tu tranquilo, puedo ir y traerte si quieres.

—Esto es totalmente ajeno a algo interior que esté pasando dentro de esta casa Yeji— respondió inmediatamente haciendo que yo me acomodara en mi silla y le prestará atención.

El jamás usaba mi nombre completo a menos que fuera estrictamente necesario, lo consideraba mi hermano de tal manera que los apodos entre nosotros eran comunes. A pesar de ser mi mano derecha, el tenía el privilegio de poder dirigirse a mi como quisiera.

—¿Sucedió algo en la manada?— pregunté atenta a sus facciones.

—Mas bien, ¿Que sucedió fuera de la manada?— se paró de su asiento y se acercó a mi escritorio mirándome seriamente — los líderes del sur vendrán.

—¿Qué?— me pare inmediatamente — ¿Porque? ¿Que necesitan de aquí?

Los recuerdos de lo que ocurrió hace 10 años llegaron a mi mente de golpe haciendo que me apoyara en la silla para concentrarme en lo que Seungmin iba a decirme.
Afortunadamente el no tenia su vista en mí, sino me hubiera preguntado sobre el porque de mi reacción corporal.

—Los padres de ellos y el tuyo se pusieron en contacto para tener una reunión sobre el futuro de ambos territorios — apoyo su mano en su barbilla — aunque creo que debe ser algo más, ya que ambas manadas tienen buena estabilidad económica y territorial.

—¿Porque mi padre no me consulto sobré está decisión que EL tomo? — conteste inmediatamente sin meditar en lo que había dicho — Se supone que soy la Alfa de esta manada, ¿cómo espera que tenga autoridad si sigue haciendo estás cosas sin consultarme?

—Eso es algo que tendrías que ver con el, porque mañana será la junta— metió sus manos en los bolsillos de su suéter, y con una postura relajada como señal de que se había quitado una carga de encima.

—¿¡Y tú también tienes la audacia de contarme esto unas horas antes!? ¡Eres mi beta! ¡Siempre tienes que mantenerme al tanto!— lo agarre de los hombros haciendo que lo zarandeara— ¡Kim Seungmin eres hombre muerto!

Empecé a pegarle mientras el corría por su vida tratando de justifcarse.

(...)

En cuanto abrí la puerta ignore las demás presencias para dirigirme a una en especial.

—¿Se puede saber la verdadera razón del porque ELLOS vendrán aquí?— hablé seriamente acercándome a la mesa redonda donde los demás estaban en sus asientos.

—Buenos días a ti también, Yeji— me respondió con su habitual actitud seca mi padre — espero hayas descansado bien, ya que será un día pesado.

—No respondiste a mi pregunta — esquivé su respuesta.— ¿Que te asegura que en realidad no vienen a querer empezar una batalla de nuevo?

—Desde que tuviste ese "incidente" en aquel campamento siempre desconfias de extranjeros.

—¡Y con justa razón! ¡Soy la Alfa de esta manada!— golpeé la mesa.

Seungmin se acercó por detrás para apoyar su mano en mi hombro y moverme hacia atrás.

—Mientras yo viva, tu siempre tendrás el segundo lugar al mando — ajeno a lo que acababa de hacer permaneció con la misma postura.— Ahora siéntate para que sepas de lo que vamos a hablar con ellos.

Apreté mis puños y rechine los dientes, y antes de darme la vuelta para irme me dirigí de nuevo hacia el.

—Yo no estaré en esta estúpida reunión, ni en la que ELLOS estarán, se pueden ir yendo a la mierda — gruñi cuando el empezó a hacer lo mismo — te odió...— murmuré al final saliendo de allí inmediatamente.

—¡Hwang Yeji!

(...)

Cerré la puerta de mi habitación con seguro para que a nadie se le ocurriera la idea de tocar y mucho menos entrar.

Hice ejercicios de respiración tratando de calmarme para no explotar y transformarme ahí mismo.
Mi propia familia eran los que siempre me sacaban de mis casillas en cualquier situación, ni siquiera ser la supuesta "segunda" al mando quitaba ese hecho.

Ya era una mujer y no la niña de hace más de 10 años que estaba empezando a ser consciente de como son las cosas en realidad. Pero a pesar de pasar varias pruebas que me habían hecho madurar, no podía olvidar lo que aquellos chicos hicieron. Tratando de verme la cara de tonta y queriendo hacer dañó a mi gente. Tal y como había dicho mi padre, desde ese momento ya no confío fácilmente en las personas.

Me senté en mi sillón y agarre un libro del mueble para matar el tiempo. Esperaría hasta el día siguiente para bajar, ya que mi orgullo era mucho mayor que el hambre que iba a pasar todo el día.
Las horas junto a los minutos siguieron en marcha hasta que inconscientemente me quedé dormida.
Cuando desperté vi que ya eran las 10 de la noche.

Enhorabuena...

Lo más seguro es que todos ya se hubiera ido a descansar, después de todo el horario aquí para las actividades personales de cada uno es muy estricto. Quite el seguro a la puerta y salí calladamente de mi habitación, baje las escaleras tranquilamente y todos mis cinco sentidos estaban apagados en ese momento.

Fue esa la razón por la que no sentí ésa presencia extraña en aquel lugar.
Abri el almacén y después el refrigerador para tomar algo. Todo lo hacía en la oscuridad de la noche, después de todo mis pupilas están acostumbradas.

Cuando ya tenía todo en mis manos algo o más bien unos brazos fornidos me abrazaron por detrás haciendo que tirará todo y chocará con el fuerte pecho de aquel desconocido.

El intenso y delicioso olor inundó todo mi sistema haciendo que cayera inmediatamente en cuenta de quién era esa persona.

Mi mate...

Sin previo aviso o una palabra, me giro y estampó sus labios con los míos.
Todo surgió demasiado rápido mientras yo cedía haciendo que nuestras bocas tuvieran sincronización y nuestras manos se aferraban al cuerpo del otro.

Los besos de el viajaron a mi cuello donde sentí como succionaba con la mera intención de dejar un chupete.
Un gemido salió de mis labios al mismo tiempo que enredaba mis manos en su cabello semi-largo y sedoso. Y de un movimiento rápido se separó de mi juntando nuestras frentes y tratando de regular nuestras respiraciones.

Me abrazo de nuevo escondiendo su rostro en mi cuello e inhalando mi aroma.

—Mia — su voz profunda me resultó familiar.

Las sensaciones que acababa de sentir seguían en todo mi sistema. Abrí mis ojos para ver a aquel hombre que había resultado ser la pareja que se me había destinado. No lo conocía porque nunca antes había escuchado su voz. Una voz única y particular que me agradaba.

Se separó de nuevo y nuestras miradas se encontraron por primera vez. Al instante jadee al reconocer quién era. Su apariencia era difícil de borrar de la mente de cualquiera. Retrocedí tratando de asimilar a quien tenía enfrente...

—¿Félix?...































La historia estará mayormente narrada desde la perspectiva de Yeji.
¿Listos para lo que se viene?

They're mineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora