Nohara Rin.
La Jinchūriki se mantenía en posición de loto, intentando mantener su paz mental y el control sobre el chakra de los Bijū que estaban encerrados en su interior, el sello que había creado Kushina para ella se mantenía tan fuerte como el primer día, pero la inestabilidad de su cuerpo debido a la adquisición de más Bijū y de su embarazo era algo que comprometía todo.
Tenía cinco meses de gestación y sabía que no podría ocultarlo más, su vientre ya había empezado a crecer, dejando a la vista que estaba embarazada.
Suspiro y observó a Son Goku, el Yonbi había llegado en medio de su meditación y a diferencia de los dos Bijū anteriores, se había mantenido en calma, lo cual agradecía, porque no estaba para lidiar con un Bijū descontrolado.
En el centro del círculo que había sido formado por los Bijū apareció una burbuja de color rojiza que en su interior tenía una pequeña vida, era su bebé, estaba en un profundo sueño del cual no saldría hasta que todo esto concluyera, le dolía hacerle esto a su pequeño, frenar su crecimiento y dejarlo ahí dentro, pero así estaría a salvo del peligro.
—Es la mejor decisión que pudiste haber tomado— Dijo Matatabi, que observó la burbuja de chakra donde estaba la cría de su Jinchūriki. —Se que piensas que es cruel lo que estas haciendo, pero estás protegiendo a tu cría, si se mantiene dentro de la burbuja estará a salvo y tú podrás luchar libremente sin temor a dañarlo—
—Todo va a estar bien Rin-san, el que usarás el Jutsu que Nagato-san te dio, fue la mejor opción— Dijo Isobu.
Son Goku decidió hablar también, el Bijū conocía de antes a la Jinchūriki de cabello castaño, después de todo, era amiga de su antiguo carcelero, Roshi, con quién tenía una buena relación amistosa. En honor a su antiguo Jinchūriki quería intentar animar a aquella amable mujer. —Rin-san, no debe preocuparse, pronto está lucha por el poder acabará y usted vivirá con tranquilidad, junto a su esposo, su cría y sus amigos—
—Es cierto... Esta maldita lucha va a concluir, los miembros más fuertes de Akatsuki ahora están con nosotros, con Konoha— Dijo la castaña, que se puso de pie y asintió decidida. —Lo único que debemos hacer es rescatar a los demás Jinchūriki, luego los llevaremos a un sitio seguro donde nadie podrá encontrarlos, ni siquiera esa maldita planta bipolar—
—Lo mejor sería que salgas, el perezoso amante de las nubes llegó y el mocoso del Kyūbi está inestable, ambos lo están, parece que no entienden que no estás encerrada y que puedes salir cuando se te venga en gana— Dijo Shukaku.
Al escuchar a Shukaku la mujer se concentro en sentir lo que había fuera de su especie mental y se dio cuenta de que el tanuki decía la verdad, fuera de la barrera se encontraban Naruto y Shikamaru, ambos parecían tensos.
—Me reuniré con ustedes al anochecer, traeré conmigo a Taida-kun conmigo—
Dijo, luego de eso cerró sus ojos.
• • •
Cuando abrió los ojos se encontró a si misma rodeada por la barrera de contención, misma que había sido puesta sobre ella por Tsunade y Jiraiya.
Fuera de la barrera estaban Naruto y Shikamaru, este último portaba su máscara y la gabardina de Akatsuki, tenía que admitir que se veía un poco raro, más cuando se ponía a pensar que estaban dentro de Konoha, era casi irónico que un Shinobi, que también era el heredero de un Clan, portará una gabardina de un grupo de criminales que eran buscados por las Cinco Grandes Naciones Shinobi.
—¡Hola! ¡Naruto, Taida-kun!— Saludó la castaña con una enorme sonrisa adornando su rostro.
—Hola, Panda-san... Ummm... ¿Cómo se siente el día de hoy?— Pregunto el Nara.
—Mejor que hace semanas, eso tenlo por seguro— Volteó la mirada para ver al hijo de su sensei, dedicándole una sonrisa amistosa. —¿Cómo has estado, Naruto? ¿Kakashi-kun es un buen sensei?—
—No entiendo... ¡¿Cómo puede estar tan tranquila?! ¡Esta encerrada! ¡Debería estar molesta con todos porque la encerraron sin la posibilidad de tener un juicio y defenderse!— Exclamó el rubio con enojo.
—¿Encerrada? Naruto, no estoy encerrada, estoy en cuarentena, el chakra de los Bijū es corrosivo y puede herir mucho a las personas, menos a su Jinchūriki, si estuviera fuera de la barrera podría haber herido a alguien debido a la inestabilidad del sello, mismo que se estaba adaptando a la reciente adquisición del Nibi, así que quiero que entiendas algo— Se puso de pie y atravesó la barrera sin problema. —Puedo salir cuando quiera, solo que me mantengo dentro de la barrera para calmar a los Bijū que ahora están dentro de mi, ¿Entiendes? No estoy encerrada, puedo salir cuando me apetezca—
Las mejillas del rubio se tiñeron de carmín debido a la vergüenza que sentía. —Si, entiendo... yo me iré, mi turno de vigilancia termino hace rato, ¡Nos veremos mañana!—
El rubio se puso de pie y se alejó caminando, dejando solos a los miembros de Akatsuki.
La castaña regreso a la seguridad de la cúpula de contención. —Apropósito, Taida-kun, ¿Por qué estás aquí?—
—Ryū-san me dijo que querías hablar conmigo, sobre ya sabes que—
—Lo hablaremos más tarde, por ahora, ¿Por qué no me cuentas como llevas esto de ser oficialmente un Akatsuki?—
—Bueno... Es un total fastidio, ¿Por qué no elegieron a mi padre como miembro?—
—Porque tu eres aún más inteligente que él— Elogió.
El Nara soltó un suspiro y se dejó caer hacia atrás, observando el cielo e ignorando a la mujer que había empezado a reírse de él, de sus desgracias, Nohara Rin era realmente una mujer muy cruel.
Dos días después de haber hablado con Naruto y Shikamaru.
Había obtenido el permiso de Tsunade para salir de la aldea junto a Shikamaru, solo él la acompañaría para salvar a Fū y Chōmei (Nanabi - Shichibi). Obito se opuso y pidió (exigió) acompañarlos, pero no sé lo permitió hacerlo, le pidió que en su ausencia cuidará de Naruto y de la aldea.
Fue doloroso despedirse de su esposo, más cuando apenas se habían reencontrado hacia solo unas pocas semanas, pero está misión era algo en lo que no quería involucrarlo, ya lo había perdido una vez, no quería volver a perderlo. Sonaba hipócrita porque ella estaba arriesgando su vida para salvar a otros, pero sabía que no iba a morir, los cuatro Bijū que estaban sellados en su interior la iban a proteger y no iba a sufrir ninguna herida, Shikamaru tampoco, él ahora era rodeado por una delgada capa de chakra rojizo que era invisible al ojo común, pero fácilmente podría ser visto por uno de los usuarios del Byakugan.
Abandonó Konoha junto a Shikamaru, prometiendo que volverían tan pronto como pusieran a salvo a Fū.
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El Regreso De Rin Nohara
AdventureEl ser humano puede perder el equilibrio y caer, pero si tiene determinación se volverá a levantar y seguirá con su camino... Los personajes de Naruto no me pertenecen son propiedad de Kishimoto, yo solo los estoy usando con el fin de crear una hi...