-No te olvides de cerrar la cuenta una vez que termine el turno a las 7 am. Lilia debería llegar a esa hora.
-Bueno, al menos es ella quien empieza mañana, siempre es muy puntual.
-Sí, no habrá problema con eso. Además, sé que se te da fatal desvelarte, pero tampoco te preocupes demasiado. A las 10 puedes cerrar la entrada y ya solo debes estar al pendiente del timbre que, te aseguro, suena lo bastante fuerte para despertarte. Si tienes suerte podrás dormir toda la noche incluso estando aquí.
- ¿Algo más que deba saber?
-No, me parece que eso es todo. Prometo esperarte en el departamento con el desayuno listo. Si lo ves por el lado positivo, obtuviste muchas ganancias con este trato y mañana es tu día libre, así que podrás dormir todo lo que quieras.
-Si lo veo por el lado negativo, me toca darle el balance del día a Mr. Martell.
-Eso tampoco será problema, dejé todos los recibos listos. Solo debes encargarte de las ventas que hagas antes de que llegue y luego anotar en el nuevo registro las que se hagan durante la noche. Además, este turno se te va a pagar a ti y sabes lo que eso significa ¿no?
-Sí, el turno nocturno se paga doble.
-Exacto, puede que incluso podamos visitar la cafetería la próxima vez que Minjeong esté trabajando, así que ánimo, será divertido.
Aunque no compartía esa idea de "diversión", la posibilidad de visitar a Minjeong era un gran incentivo para esforzarme, cualidad que no tuvo el siguiente comentario de Giselle:
-Por cierto, me llevo el coche, regresa al departamento en autobús. Igual no sería buena idea que condujeras si estás cansada.
-Pero Gigi, el bus nos deja a siete cuadras del departamento...
-Lo que no es una distancia tan larga. Además, caminar es un buen ejercicio. Recuerda conservar algunas monedas para pagarlo, no pasaré por ti si lo olvidas. Nos vemos mañana, love.
Con un abrazo se despidió de mí y emprendió su camino al estacionamiento. No es como que odiara el turno nocturno, pero sí, odiaba el turno nocturno. En el año y medio que llevaba trabajando en esa farmacia me las había arreglado para no tener que cubrirlo ni una sola vez. Al menos me reconfortaba el saber que había valido la pena. Todo el día me la pasé soñando despierta con la hermosa sonrisa que Minjeong me había dedicado esa mañana.
La recordé al llegar a casa y durante la siesta me siguió al mundo de los sueños. Me acompañó al preparar la comida y en el camino de regreso a la farmacia. Al llegar seguía teniendo el recuerdo tan fresco en mi mente que casi me convencía a mí misma de que Minjeong seguía en la cafetería, aunque era obvio que su turno había terminado horas atrás. Aún en ese momento, al dirigir mi vista hacia el local con sus últimos clientes podía revivir en mi mente con lujo de detalle y con la misma emoción, el preciso momento en el que nuestras miradas se encontraron. Sí, pensando en eso podría sobrevivir a aquella noche de trabajo.
O al menos eso pensé al principio, pero después de haber pasado la primera hora sin tener nada importante que hacer empecé a bostezar y sentirme cada vez más adormilada. Por eso Aeri se encargaba de cubrir los turnos nocturnos cuando necesitábamos dinero extra. A ella no parecía afectarle en lo más mínimo el perder una o dos noches de sueño. Siempre estaba radiante y llena de energía, mientras que yo, con suerte podía abrir los ojos en las mañanas después de dormir mis nueve horas diarias.
En momentos como ese me cuestionaba seriamente las decisiones que me habían llevado a trabajar en una farmacia de 24 hrs. Creo que la única razón por la que acepté firmar aquel primer contrato laboral fue porque las personas que trabajaban ahí eran realmente amables y yo contaba con cierta experiencia en el negocio.

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Drugstore
FanfictionLa mayor afición de Jimin es robar miradas de la joven chica que trabaja en la cafetería frente a su local. Le gustan sus expresivos ojos color chocolate y su rojizo cabello brillar con los destellos del sol. Aunque nunca ha tenido el valor de acerc...