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12 de noviembre, 2023

"Ven amor y seamos uno con la sangre. Gobierna conmigo por la eternidad, ahoga sus sueños sin misericordia"

Holi, Como están?? Espero que estén disfrutando de la lectura ♥︎

˖⸙̭❛

La orden de volverse su esposa le tomó por sorpresa, no veía a Sukuna considerando a una mujer "merecedora" de dicho título, así que con frecuencia Helly se preguntaba por qué lo hacía, quería saber que era lo que lo había motivado a tomar una decisión como esa.

Helly aún estaba intentando sobrellevar su luto, pero sabía que eso no lo detendría de llevar a cabo la ceremonia. Esta en un limbo, saber que de alguna manera se casara también la emociona, porque eso significa que Sukuna ya no la considera únicamente una concubina. En su cabecita, llena de falsas ilusiones para mantenerse cuerda, piensa que Sukuna se ha enamorado de ella.

Tal vez Helly no estaba del todo equivocada al pensar aquello, pero el amor de Sukuna hacia ella era un amor enfermizo, posesivo, si no era suya no sería de nadie, la mataría de una forma cruel y su rostro ni siquiera se vería perturbado. Quiere a Helly porque le sirve, la mantiene a su lado porque es "entretenida" con sus ocurrencias, porque es una reina entre las hechiceras, su cerebro vale más que todo el oro y la plata que ha acumulado a lo largo de los siglos.

Ama verla en silencio, esa expresión insana que adorna el rostro de fémina cuando tortura a sus enemigos y experimenta con ellos. La emoción en sus ojos al diseccionar a un hechicero o no hechicero y encontrar algo que le ayudaba en sus investigaciones, como siempre solía decirle con la emoción de una niña pequeña cada detalle por mínimo que fuera de sus nuevas travesuras. Es curiosa y desconoce limites, no escatima en medios para conseguir lo que quiere y tiene un orgullo tan firme como una roca, si, esa mujer con ese cuerpo tan frágil y una vida tan efímera le han cautivado.

—. ¿Puede saberse en que piensas tanto? — su elegante voz lo devolvió a la realidad, Helly se había sentado a su lado en la habitación personal de Sukuna, ahora ya no solo estaba ahí cuando Sukuna quería sexo, estaban más tiempo juntos del que llego a imaginar antes. Los ojos de la maldición se posaron sobre ella, con una de sus manos quito el broche que sostenía el cabello de Helly y este cayó como una blanca cascada hacia el suelo, despeinándola, confundiendola.

—. No seas tan arrogante, dulce belladona, no es necesario que sepas lo que surca en mi mente — con sus dedos juega con el cabello de la dama, ella se muestra confundida por el jugueteo.

—. Hace días lo he estado pensando, no me importa si es o no es prudente, pero, ¿Qué es lo que piensas al anunciar una boda? ¿Qué ganas tú con ello?

Helly jugaba con sus manos, algo nerviosa, no esperaba una respuesta linda, menos algo emocional, suponía que se trataba de algo sobre poder, pero no entendía del todo las intenciones de Sukuna, menos siendo que lo que una esposa puede otorgarle ya lo obtiene de ella sin necesidad de formalidades.

—. Nada en realidad, pero, te has portado bastante bien y me sirves más de lo que llegue a pensar — no, era imposible, Sukuna no haría algo en beneficio de otros — desconozco emociones humanas, me son completamente inútiles... pero, hay algo en ti que te vuelve especial por sobre otros humanos.

Lo procesaba lentamente, Sukuna estaba empezando a ponerse de mal humor por la expresión de desconcierto en el rostro de Helly que le miraba fijamente, con los ojos bien abiertos y cierta incredulidad.

—. ¿Qué? ¿Es que acaso no deseas ser más que una concubina? — interroga tomándola de la mandíbula bruscamente, acercando su rostro peligrosamente. Aquello lejos de asustarla, le parecía excitante. Últimamente estaba viéndole con otros ojos, como si todas las cosas malas que hay en él hubiesen desaparecido mágicamente, tal vez era a causa de su aparente locura.

S E V E N T E E N  ࿐*:・゚ S U K U N A   R Y O M E N Donde viven las historias. Descúbrelo ahora