𝐝𝐚𝐲 𝟕𝟑

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NARRADOR :

Seungmin había aceptado ir al supermercado aquel día. Odiaba hacerlo y es que casi siempre se confundía y no llevaba a casa lo que su madre esperaba por lo que debía volver a la tienda por el correcto. Pero también necesitaba un poco de aire libre. Así que con muchos reproches se encaminó hasta la tienda más cercana adentrándose a ella mientras revisaba la rápida lista que su madre había hecho para él.

Caminó hasta el pasillo de las carnes y tomó dos bandejas de pechugas de pollo y las puso en su carrito. Se movió hasta las verduras y dejó cebollas, tomates, chiles y papas en bolsitas diferentes para llevarlas a pesar. Recorrió varios pasillos y tomó otras cosas que también estaban escritas en la lista y por último llegó a donde estaban los helados. Y con su expresión de seriedad se puso a leer todos los botes de sorbete para decidir cual tomar. Optó por llevarse el que tenía como nombre "nieve arcoíris" que era de sabor a mango, limón y mora. Con una sonrisa puso el bote en el carrito y finalmente caminó hasta la caja para pagar.

Parecía tener suerte pues solo había una chica por delante de él en la fila y ya estaba pagando sus compras. Sonrió nuevamente y comenzó a poner todas las cosas en la banda y un par de minutos después la cajera le saludó sonriendo y preguntando si estaba bien que le brindara un recibo. Seungmin asintió y espero a que la muchacha pasará cada una de las cosas marcando el precio de los productos en un total en la pantalla al lado de ella. Faltaban solamente tres productos por cobrar y así poder pagar e irse a casa cuando lo vió.

Ambos se quedaron estéticos en sus lugares. Ambos corazones habían empezado una carrera de latidos descontrolados.

Después del "encuentro" en la casa del menor no habían vuelto a contactarse y de eso hacían diez días. A esas alturas habían perdido la cuenta de la última vez que se habían visto cara a cara.

La ansiedad recorría sus cuerpos; sus manos temblaban, sus respiraciones estaban aceleradas y entrecortadas. Hyunjin pudo notar que el labio inferior del menor temblaba ligeramente pues solo dos metros los alejaban. Intentó dar un paso al lado de su carrito para acercarse al chico pero éste salió corriendo sin mirar atrás; sin prestar atención a los gritos de la joven que estaba cobrando su alacena.

── 🎀 ──

SEUNGMIN :

¿Realmente mi suerte era así de mala? Las coincidencias existen, ¿verdad? ¿Qué nos hubiéramos vuelto a encontrar era una de esas?

— ¡Seungmin, ¿que sucede?! —preguntó mi madre mientras correspondía a mi abrazo cuando entré por la puerta sin las compras y rompiendo en llanto cuando sentí su dulce aroma llenar mi nariz.

— Minnie... —susurró minutos después de acariciar mi espalda sin decir nada más. Ella me conocía mejor que nadie. Sabía cuando solo quería desahogarme como lo estaba haciendo en ese momento y cuando estaba listo para hablar.

— Ya no soporto esto... —susurré aún en sus brazos. Besó mi cabello y su cálido toque me reconfortó. No dijo nada simplemente comenzó a tararear una dulce melodía que sabía siempre me hacía bien.

Aún en sus brazos después de lo que parecían ser quince minutos en aquella posición sentí su cuerpo tensarse al escuchar la agitada respiración de alguien a mis espaldas.

— Hyunjin —mi madre pronunció.

— Siento interrumpir así, Señora Kim.

Mi corazón dio un vuelco en mi pecho al escuchar su voz a solo unos metros de mi. Mi madre rompió nuestro abrazo, me miró a los ojos y supe por los suyos lo que intentaba decir. "No sigas posponiendo esto. Debes hablar con él" negué asustado. No estaba listo para esa conversación. Lo amaba tanto que me dolía solo recordar su nombre y la manera en la que todo se había venido abajo. No quería afrontar esa situación otra vez.

— Minnie —susurró en forma de regaño. Sabía que ella tenía la razón. Debía quedarme allí y arreglar o por ende terminar la situación como adultos. Con una charla, conociendo su parte de la historia también. Pero mi yo estúpido no quería que eso pasara. No quería verlo y decirle adiós a la cara. Mi corazón no resistiría eso.

Escuché sus pasos acercarse, mi cuerpo se congeló y mi madre rompió nuestro contacto acercándose a él.

— ¿Minnie te ha dejado las bolsas? —preguntó mi madre confundida. Me giré viendo la escena y como este le brindaba los comprados que, cabe recalcar, yo no había pagado a mi progenitora quien los dejaba en la mesa de la cocina.

— Larga historia —respondió rascándose la nuca y dirigiendo su mirada a mi. Bajé la mía y respiré profundamente.

Di dos pasos y me detuve. Mi corazón estaba por estallar. ¿Así de difícil era el amor?

Mi plan era ir directamente a las escaleras y no bajar hasta navidad y para eso faltaban tres meses, pero me detuvo. Su voz diciendo mi nombre detuvo mis pasos.

— Seungmin...

Su voz era suave y calmada. Pero había algo más en ella, estaba rota.

— Creo que es momento de que hablemos —pronunció de la misma manera que antes. En su voz había algo que no podía descifrar.

— ¿Hablar sobre qué?

— Sobre nosotros, ¿qué no es obvio?

— Creo que es más obvio el hecho de que no hay un nosotros. Debemos parar con este juego, Hyunjin. No es sano. El que estés aquí no me hace bien.

No supe en qué momento había dicho aquellas palabras, como tampoco comprendía el haberlas dicho de la manera más calmada que hubiera existido. Había llorado por no sé cuántos minutos en los brazos de mi madre solo unos momentos antes y ahora estaba dejando que el frío que se había envuelto alrededor de mi corazón diera la cara por mi.

Hyunjin se quedó callado y tomé ese momento como mi perfecta huida. Corrí hasta mi habitación, con la adrenalina recorriendo mi cuerpo con la esperanza de que vendría a buscarme. Pero no fue así.

𝐬𝐨𝐧𝐠𝐬 𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐮 ౨ৎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora