Capitulo I

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Me desperté por el irritante sonido de la alarma de mi celular, arrastre mi mano por debajo de la almohada, parpadee varias veces y pulse "ignorar" mientras caía de nuevo en la cama.
Lunes, odiaba los lunes hasta que mi primera hora paso a ser arte en vez de matemáticas eso había hecho muchos milagros en mi humor desde que empezó el colegio, me arrastre hasta mi ropero mientras encendía la luz abrí los cajones y saque un bonito polo color melón y un jean blanco, los deje en mi cama y corrí al baño, en una casa con un hermano vanidoso de tan solo doce años era un batalla descomunal por el baño, abrí el grifo y me lave la cara, busque en la taza la cual mi mamá llamaba "la taza familiar" mi cepillo de dientes turquesa, mi color favorito, hice muecas en el espejo mientras cepillaba mis dientes.

El primer día siempre era aterrador. Podía sentir la ansiedad bullendo en mi interior.
Corrí de nuevo a mi cuarto y me puse mi ropa, me agache y busque mis zapatillas chatas que hacían juego con mi polo debajo de la cama, rogué por que el jean no se ensuciara con la cera que mi mamá me había obligado a pasar por el piso de madera de mi cuarto y hacerme sudar por el exceso de esfuerzo físico el sábado, logre sacar las zapatillas y me las puse, metí mis cursos en la mochila ya que era demasiado floja como para hacerlo un dia antes tome mi celular y entre al cuarto de mis padres.

La habitación sumida en la oscuridad, el único foco de luz era la pequeña lámpara que descansaba en la mesita de noche, ambos abrazados y con las persianas cerradas, impidiendo que cualquier rayo de sol se filtrara en sus rostros.
- Mamá- susurre moviéndola ignorando los ronquidos de mi padre a su costado- mami despierta- murmure con cuidado, mi mama debía de estar cansada después de una jornada extensa en el hospital.
-¿Que? ... ¿Qué pasa? - abrió un ojo y con su mano froto sus ojos.

Sonreí al notar en su muñeca la pulsera de urgencias. Una punzada se hundió en mi pecho, tanto mi papa como mi mama estaban enfrascados en su trabajo, ninguno me prestaba suficiente atención y descansaban en la seguridad de que yo era una chica tranquila e introvertida. Me era demasiado difícil socializar y era aún peor si tenía que hablar en público.
-Mi pasaje, necesito el dinero para irme al colegio, hoy es el primer día- con un bostezo señalo la mesita de noche donde se encontraba su billetera.

Estire mi mano y rebusque en la billetera de cuero negro- Saca de ahí el pasaje y coge para tu lonchera- asentí tomando el dinero y salí cerrando la puerta despacio, baje las escaleras tome mi chaqueta blanca del mueble.

Ignore el charco de agua que aún quedaba por la llovizna de anoche, el clima húmedo aún mantenía el olor terroso, la brisa un poco gastada me recibió ni bien cerré la puerta detrás de mí, mire los pinos altos que se extendían en el camino y el cielo aun oscuro, esperando una señal para amanecer aún.

-parece que va hacer frio hoy también- murmure mirando el vaho que quedo tras mis palabras.
Salí a calle con los audífonos puesto, pulse mi lista de música, ignorando la punzada de dolor cuando canto mi artista favorito canto, hacia tan solo unos meses habían anunciado la renuncia al grupo. Era extraño la forma en la cual la banda había dejado de ser la misma después de ello.

Divague entre mis pensamientos mientras caminaba hasta la parada del bus. Después de quince minutos a lo lejos pude divisar la figura uniforme de color rojo del auto, aguarde en la parada, tome mi dinero y pague antes de ingresar, recibiendo el boleto de color amarillo, camine el pasadizo ignorando las miradas aburridas y cansadas de las demás personas y me senté a la ventana cerca de la puerta, no quería salir aplastada de nuevo como la última vez.
Era increíble como las personas seguían subiendo a un carro que estaba repleto con personas sudorosas y con algunas que desconocían la palabra desodorante.

Me apretuje lo más que pude en mi asiento de una sola persona, cuide que mis manos no tuvieran contacto con otra persona y removí ansiosa mis pulseras en la mano, mientras agitaba mi pie al ritmo de la música.
Una vez que divise mi parada del colegio me prepare mentalmente para la posible guerra que iba a tener que batallar para llegar a la puerta. Tome la mochila y me arrastre entre el tumulto de personas que se agarraban de la baranda como si de eso se basara su vida con empujones toque el botón rojo que tenía " pare" escrito, el bus paro con un chirrido y me apresure en bajar.
El aire fresco y algo viciado por la humedad me recibió, cruce saludando al conserje con la mano y entre, mire mi celular 7:30 no era tarde así que me adelante al salón para alcanzar mi sitio que por cierto era el último.

El Beso del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora