Capitulo III

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¿cómo rayos era posible que un chico tuviera tanta fuerza?

Mi mano estaba tornándose morada porque no había circulación, siguió su mirada a mi muñeca y la soltó inmediatamente, se pegó más a mí y apoyo ambas manos a los lados de mi cabeza y me observó detenidamente, sus ojos violetas tenían un brillo rojizo que nunca antes había visto.

Por supuesto eso debía ser que me estaba volviendo loca, ¿debería ir a ver a la psicóloga?
Esto era acoso escolar e invasión del espacio privado pero, ¿iba a decir algo? No, porque ahora no solo se las verían conmigo sino que a Beth también la involucrarían, lo más probable es que el no dejara pasar esto así de simple.
-A-aléjate de mí- tartamudee en voz baja, mi voz era casi inaudible hasta para mis oídos- hablemos acerca de esto, tranquilamente. Ha sido un mal entendido.
- ¿Quién puede desperdiciar tanta sangre?- murmuró, lo mire incrédula.

¿Acaso había dicho eso? ¿Le importaba mis cortes? Negué con la cabeza, intentando concentrarme. Esta conversación estaba yendo a ninguna parte.
- ¿Que- que has dicho?- murmuré confundida.
-Dime porque lo haces- Luc acaricio mis marcas.

Aparte casi de inmediato mi mano, evitando que el contacto se propague. Las náuseas y la ansiedad cobrando vida.
-No- dije firme, evite mirar sus ojos y me arrime otro poco más.
-Dímelo- inclino su rostro intimidándome con su altura. Era demasiado alto, tenía que estirar mi cuello para mirarlo a los ojos.
Sentí el enojo reprimido todos estos años de sufrimiento surgir- ¿quieres saber por qué? Enserio no tienes ni una sola idea de ¿por qué lo hago? - asintió apretando la mandíbula- bien pues te lo diré - escupí tomando una bocanada de aire ignorando el ligero roce de nuestros cuerpos- Porque cuando las personas que tu amabas se vuelven tus enigmas, porque cuando el mundo te marca por rara y te hace sufrir te hace llorar y te hace desear morir... Esto es lo único que me libera- dije con lágrimas en los ojos mirándolo con odio- porque cuando la gente como tú que tiene todo y te desprecia, esto es lo único que te queda, porque cuando yo necesitaba un amigo ustedes se encargaron de alejarlos- escupí en su rostro- y por eso los odio a todos ustedes son la peste en persona pero tú- puse un dedo en su pecho- tu eres el rey de la mierda eres un miserable que se regodea en el sufrimiento de los demás - sentí lagrimas calientes bañar mi rosto- ¡por eso lo hago imbécil!- le grite con un sollozo amortiguado- te odio por hacerme esto por hacerme tomar esa estúpida decisión, porque si no hubiera sido por ustedes- lo mire a los ojos- yo... sería feliz- susurre sintiéndome mareada, mi vista tornándose borrosa, los ruidos amortiguados para después desvanecerme, no sentí el suelo llegar sino algo frio y cálido a la vez y por un momento me deje arrastrar por el sin saber lo que vendría después.


Parpadeé intentando recordar que había sucedido, mire a mi alrededor confusa, estaba mojada y recostada bajo un árbol- ¿dónde estoy?- murmuré levantándome lentamente, habían flores por todos lados inundando el lugar con su dulce aroma- ¿cómo llegue aquí?- camine hasta encontrar un sendero, palpe mi ropa en busca de mi celular pero no tenía nada- ¡mierda!- murmuré- me lo han robado, mis papas me van a matar....- pase un callejón frotándome los brazos, escuche unos pasos detrás de mí, camine rápido con el miedo haciendo que mi corazón golpeara fuertemente contra mi pecho.

Debo tranquilizarme, si muestro que tengo miedo, puedo dar pie a que me hagan daño. Apretuje aún más mi chompa mojada contra mi cuerpo, el sudor frio recorriendo mi piel, mis latidos se volvieron erráticos cuando divise a un hombre apoyado contra la pared, un cigarrillo colgaba de sus labios y la ropa sucia colgaba de su cuerpo delgado.
-vaya, vaya, vaya, ¿que tenemos por aquí?- me acorralo cerrándome el paso, aspiro mi aroma, sentí algo filudo descender por mi mejilla.

Un cuchillo. Tiene un cuchillo.

Las lágrimas vinieron casi de inmediato, su rostro sonriente me devolvió la mirada, tenía el rostro cubierto de tatuajes.

¿Dónde demonios estaba?
-Por- por favor no, no tengo nada- solloce al sentir la presión del cuchillo en mi cuello. Estaba ejerciendo la suficiente presión como para que me doliera.
Oh pero si lo que yo quiero es otra cosa y es algo que tú tienes en abundancia- dijo cerca de mi rostro- los humanos siempre huelen a si de bien cuando están aterrorizados- susurro soltando una carcajada. Aspiro fuerte contra mi cuello.
¿Los humanos?

-de q-que está hablando- tartamudee observando la cuchilla descender hasta mi vientre.

Soltó una risa, su cabello pelirrojo se balanceo y me dirigió una mirada aterradora.
-Esto- clavo la cuchilla en mi estómago, solté un grito de dolor, movió la cuchilla y me lo clavo de nuevo, la sangre no tardo en brotar acercó el cuchillo a mi rostro y cerré mis ojos...Dolor... Eso era lo único que sentía.
Oí un ruido resonar a mi alrededor.
Mire mis manos cubiertas de sangre... Mi sangre chorreando hasta acabar en el suelo oscuro.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo, baje la vista hasta mi estómago, sangre goteando por montones escabulléndose por mis jean ajustados, retrocedí asustada y mareada por tanto olor metálico...

¿cómo paso esto? ¿Porque me paso esto?

¿Así que mi vida acabaría, aquí? No me sentía preparada para morir, ni si quiera había abrazado a mis padres hoy en la mañana.
Temblé mientras caía, mi cabeza rebotando duramente con el suelo enviando una ráfaga de dolor aún más potente con cada segundo, intente sin éxito levantar mi mano, me sentía cada vez más pesada miles de sensaciones venían una tras de otra y luego... No sentí nada salvo algo frio rozar mis labios- ahora eres mía - fue lo último que escuché antes de desvanecerme.

-¿hola?- pregunte caminando en la oscuridad casi tangible en mis manos- ¿hay alguien?- un olor llego en mis fosas nasales un hedor metálico, mi pie piso un charco- rayos...- me agache y toque mi zapatilla mis manos se mancharon de algo tibio, acerque mi mano y olí, abrí mis ojos como plato, mire mis manos, estaba cubierta de sangre de pies a cabeza y retrocedí aterrada- sangre- susurre chocando contra algo sólido, gire asustada, no veía nada salvo unos ojos rojizos- no me hagas daño- implore mientras mis ojos se llenaron de lágrimas.

El silencio fue lo único que salió de él- no lo hare- su voz retumbo en mis oídos- eres MÍA- me agarro por los hombros volteándome mi espalda choco contra su pecho- hueles delicioso- olfateo mi cuello, me retorcí intentando alejarme de él, mi corazón latía violentamente contra mi pecho- ah, ah, ah no te muevas, te salve y te di el pacto, me perteneces, de ahora en adelante- me atrajo de nuevo a él- esto no debió de pasar, al menos no creía que fueras a ser tu- murmuró alejando con una mano mi cabello y con la otra sujeto firmemente mis manos- pero paso, el pacto es nuestro sello-su aliento chocando contra mi cuello, trague fuerte algo filudo se presionó contra mi piel- ahora eres toda mía- sentí la presión contra mi cuello, seguido un dolor agudo intenté agarrarme de algo desesperadamente, lagrimas salieron corriendo libremente por mis mejillas, el dolor se intensificó y me sentí morir. Mi cuerpo ardía, podía sentir como mi piel tiraba y luego nada.

Un simple vacío.

VBrook ❤

El Beso del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora