Capitulo II

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Era mi primer día y tenía un papel rosado con un enorme sello con la palabra detención escritas con rojo en él, camine hacia el salón con una quejumbrosa y arrepentida Beth a mi costado.

-lo siento de veras que lo siento- hizo un puchero, esta era la enésima vez que lo decía.

-¿Profe por qué no continua?- pregunto.

-profe, lo que dice lucie es cierto porque no continua- Allie la porrista con el cerebro más pequeño que una mosca hizo la pregunta haciendo un molesto ruido con su chicle, removió su cabello marrón e hizo un puchero hacia Luc.

Ignoré la mirada acusadora en sus ojos y dirigí mi mirada hacia el pupitre.

- creo que esa no es la cuestión- dijo severa la profesora, mientras caminaba de regreso a su escritorio.

-yo creo que si- Luc frunció su ceño- sobre todo porque me involucra a mí- me miro- no es que lo que opine una nerd- dijo con repulsión como si se tratara de una enfermedad contagiosa- me importe mucho, pero dado que hablan de mí en su mínima parte me interesa y si no lo quiere leer, lo leeré yo- dijo parándose, caminaba con soberanía y superioridad.

- ¡No! - se escuchó un grito, mi grito.

Luc giro sobre sus talones y me miro directamente, era la primera vez que nuestros ojos se encontraban, la primera vez que me miraba con tanta intensidad. Siempre me había extrañado su forma de actuar y ser, la mayoría del tiempo pareciera como si él hubiera vivido muchas cosas y la otra parte se empeñaba a mirar con indiferencia a todos. Su grupo de amigos, las personas con las que se rodeaban, solo buscaban su atención, como si no pudieran resistirse a su hablar.

- ¿por qué no puedo leer el papel? - su rostro estaba sorprendido, sus ojos violetas analizando mi rostro, mientras yo tragaba fuerte pensando con cuidado.

Yo también lo estaba no acostumbraba a llamar mucho la atención, es más lo odiaba y con esto confirmaba mi sentencia de un bulling seguro por toda una semana. Ya podía imaginar a su grupo de chicas yendo a preguntarme una y otra vez porque había escrito eso.

-señorita Williams más le vale quedarse callada si no quiere una detención- la profesora interrumpió mientras volvía a acomodar sus lentes, frunció sus arrugados labios.

-pero no puede darle ese papel- dijo Beth negando asustada con la cabeza, el color carmín aun permaneciendo en sus mejillas.

-claro que puede ella es la profesora- dijo Emily mientras jugaba con su coleta para coquetearle a Sam uno de los jugadores del colegio, el guiño que le devolvió me distrajo por unos momentos.

Me mordí la lengua para no soltar los insultos que se acomodaron en mi cabeza y que harían llorar a la más santa. Este era sin lugar a dudar el peor día de mi vida.

-profesora... - dijo Beth al borde del llanto.

Mire a Beth preocupada y a pesar de que la conocía hace unos minutos era mi única amiga y en estos momentos lucia tan frágil que tenía miedo de que con la más mínima respiración se rompa como un frágil cristal, alce la vista sorprendiéndome de encontrar aquellos ojos violetas mirándome curioso, había olvidado por completo que él estaba allí, le dirigí una mirada furiosa.

-Señor Harrison siéntese- ordeno, Luc me dirigió una última mirada antes de sentarse mascullando entre dientes- ahora señoritas- nos fulmino con la mirada- quiero que cojan sus cosas y vayan a detención después de clase y el señor Luc las acompañara también- Luc la miro incrédulo, apretando los puños.

-¿Por qué? Fueron ellas, las que hablaron basura de mi- murmuro en un resuello, su voz decayendo poco a poco.

-eh, señor Harrison...- parpadeo lentamente y comenzó a balancear la cabeza- bueno la decisión está tomada, así que lo lamento- sacudió la cabeza y se froto los ojos.

El Beso del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora