Capitulo IV

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Me levante sobresaltada bañada de sudor, toque mi cuello, el alivio corrió por mis venas- ha sido solo un sueño- murmuré respirando agitada- no ha pasado nada- me levante para darme una ducha, me quite la ropa y me envolví en una toalla con mucho cuidado de no tocar la herida que hace una semana me habían operado, no recuerdo nada de ese día pero al parecer tenían que operarme aunque no entendí bien de que, gracias eso me habían dado toda una quincena de reposo y me estaba aburriendo como una ostra, abrí la manija, el vapor del agua caliente me recibió, deje que el chorro de agua corriera por mi cuerpo.

Desde entonces había tenido sueños muy extraños y recurrentes, aunque lo que había dicho el doctor era que mi cuerpo había tenido un trauma por la operación.

Me sequé el cabello mientras iba caminando a la cocina para prepararme el desayuno, cogí la nota de la nevera- hija, salimos de viaje por una emergencia, tu tía se puso mal, no te quise levantar, descansa y toma tus pastillas, mamá.

Solté un suspiro. Los cinco días que mi mama me había cuidado habían sido los mejores, había podido pasar tiempo con ella.

Me serví una taza de café y me coste en el mueble haciendo una mueca al sentir la punzada de dolor en mi estómago, cambie los canales hasta encontrar un viejo episodio de Friends, me levante para hacerme un pan con mantequilla, cuando escuché un ruido, mi vello de la nuca se erizo, me acerque a la ventana y mire detenidamente el patio trasero, había un perro mordiendo la basura del contenedor del vecino, suspire temblorosa - solo ha sido un perro- la pesadilla me había puesto muy nerviosa, un escalofrío me recorrió entera, voltee lentamente.

-estoy alucinando- murmure restándole importancia.

-las medicinas de esta vez, deben de ser fuertes- murmure mientras limpiaba y guardaba todo lo que había sacado de la nevera.

Avance con cuidado y me senté en el sofá, le subí lo más que pude al televisor. Aspiré el olor del café y relamí mis labios resecos, últimamente me sentí con muy poca energía para hacer las cosas.

Volví a escuchar el ruido y tiré una mirada rápida por toda la casa, podía sentir mi cuerpo temblar, aunque no entendía el porqué. La operación no había sido demasiada invasiva.

Lleve una mano a mi sien- ¿Por qué no puedo recordar que fue lo que paso?

Pude sentir un dolor sordo en mi sien, pero no recordaba que era lo que había pasado, lo que todos dicen es que me desmayé en el pasillo del colegio y el conserje me encontró.

-¿Por qué sigo intentándolo?- me reí cuando no pude recordar nada.

-ok, quizás deba solo echarme a descansar- me levante con cuidado y subí las escaleras.

Ya te di el tiempo que impone el contrato.

Detuve el paso en el siguiente escalón, ¿alguien había hablado?

-me estoy volviendo loca, definitivamente- solté una risa y termine de subir las demás escaleras hasta llegar a mi cuarto, me eche en la cama.

Podía sentir que me observaban, todo mi cuerpo en alerta, aun así, no me podía despertar del sueño, una bruma densa me contenía, había algo que tenía que ver.

Y lo vi sonrió mostrando unos dientes afilados que sobresalían de los demás.

VBrook.

El Beso del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora