Las voces y los pasos de las personas que se encontraban bailando, bebiendo y disfrutando se escuchan de fondo. En la habitación que me encontraba estaba en completa oscuridad, estába esperando a que él saliera de lo que suponía que era el baño. Tenía la daga preparada, esperando para atacar en cualquier momento, él salió de lo que efectivamente era el baño y al verme sus ojos se abrieron en completa sorpresa, un destello de temor atraveso su mirada pero rápidamente fue reemplazada por burla.

-Asi que eres tú, al fin te conozco. Debía suponer que el próximo iba a ser yo, lamentablemente está vez no estoy armado -Su voz sono ronca, repugnante, guarde silencio y empuñe con fuerza la daga, las ganas de venganza eran aún más fuertes-. Me enteré de ti apenas decidiste empezar con el más débil de todos, Adán era solo un simple tonto que participó por un par de dólares. Luego fuiste a por Andrei, Iván, Ecain, Noa y Abel. Te encargaste de todos y cada uno de nosotros, que imbéciles fuimos al no darnos cuenta, una simple chica con sed de venganza nos había estado eliminando a cada uno. Oh querida, ¿Sabes que lo de Alek fue una jodida equivocación?

Silencio...

-Claro que lo sabes -. Él soltó una carcajada sarcástica-, una equivocación que nos valió la vida a todos.

Sentí un intenso ardor en la palma de mí mano, el característico líquido rojo comenzó a bajar por mis dedos, dejando caer pequeñas gotas de sangre al suelo. No me había dado cuenta que por la misma rabia había apretado demás el filo de la daga, baje la mirada para ver la sangre caer y en ese preciso momento de distracción el maldito se me abalanzó propinandome un golpe en el rostro dejándome desorientada por unos segundos.

El hombre hizo un ademán de lanzar un segundo golpe, pero logré esquivarlo, con la daga aún en mí mano le devolví el impacto en el pómulo izquierdo abriendo una herida que a los segundos comenzó a sangrar, Dmitry  -como él se hacía llamar- soltó un quejido. Aproveche la distracción y lo agarre de los hombros golpeando la parte de sus genitales, él se retorció en el suelo. Patee una de sus costillas haciendo que el hombre quedase boca arriba, el soltó una risotada y sangre cayó por la comisura derecha de su boca.

-¿Sabes? Creo que no me equivoque al matar a ese chico, lo disfrute tanto como voy a disfrutar matarte a ti.

Tras eso agarró una de mis piernas tirandome al suelo, sentí el sabor metálico impregnarme la boca, la daga cayó a una de las esquinas de la habitación. Me levanté rápidamente del suelo para agarrarla pero Dmtry me tomo por detrás de uno de mis hombros, al voltear soltó otro golpe en dirección a mí rostro, me tambalee pero conseguí reponerme. Rápidamente esquive un tercer puñetazo que iba directo a mí estómago, en defensa agarre uno de sus brazos y tome la parte detrás de su cabeza para estamparlo contra una de las paredes. Lo solté y corrí nuevamente dónde se encontraba la daga, pero como era de esperarse el maldito me agarró del cabello y me estampó de la misma manera a una de las paredes, me volteo y soltó una fuerte bofetada que me dejó aturdida aún más que los golpes anteriores, puso sus ásperas manos sobre mí cuello y comenzó a hacer presión. Desesperada clave mis uñas sobre sus manos, luche por poder zafarme de su agarre pero mí vista comenzó a nublarse, el aire me faltaba. Lágrimas que venía conteniendo cayeron por mis mejillas, Dmitry acerco su boca a mí oído y en un susurro lo dijo:

-Silencio... No había entendido su estúpido significado hasta ahora, eres bastante noble Alice.

Mí vista seguía nublada pero ante eso su cuerpo se distinguia a lo lejos, sus ojos, su sonrisa... Su sonrisa, mí corazón empezó a arder, no había podido vengarme por completo, ¿De que había servido todo este calvario si no había logrado lo que me propuse el día que me arrebataron a Alek? Él estaba frente a mí, deje de escuchar cualquier voz, cualquier sonido, todo quedó en silencio hasta que él hablo.

-Te amo, Alice -Su voz se escuchó en un susurro lejano, él sonrió y desapareció.

Al volver a la realidad, tomé a la jodida escoria de Dmitry por los hombros, y solté una patada en sus genitales, él me soltó dejándome caer al suelo mientras se retorcía, tomé una bocanada de aire y me arrastre hasta donde se encontraba la daga, volteé rápidamente y clave el objeto afilado en el cuello de Dmitry. Y ahí me quedé, sentada con la espalda apoyada en la pared, con el cuerpo de la persona que había asesinado directamente a Alek frente a mí, luchando para que la sangre dejara de salir. Lo mire retorcerse en el suelo con las manos sobre su cuello, intentando retener la sangre hasta que la vida dejo su cuerpo por completo.

Muchas veces había escuchado que la venganza no te da la paz que intentas encontrar, y así era. Porque no era eso lo que buscas encontrar al hacerlo, si no consolar tu alma pensando que vengarte va a devolverte la paz que sentías antes de que te arrebataran lo más apreciado que tenías. Pero ni dando la vida del mundo podías traer de vuelta a una persona.

 Pero ni dando la vida del mundo podías traer de vuelta a una persona

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