-Tú no tienes una jodida idea de lo que sucedió -Mascullé enojada.

-¿Estás insinuando que tengo razón al decir que tú mataste a esos hombres?

-No los mate, solo cobre mí venganza.

-Entonces los mataste tú -Llegó a la conclusión.

-Ellos me quitaron algo que no debían.

-¿Sabes? Ellos le quitaron a más de una persona algo que no debían, pero eres la primera en cobrar venganza. Después de todo lo que sufriste... sinceramente pensé que no hablarías.

-¿Crees que soy débil a esas estúpidas torturas? Te lo estoy diciendo porque en cuanto salga de aqu...

-Me matarás al igual que ellos -Interrumpio-. Lo sé.

-¿Entonces?

-¿Entonces qué?

-¿Por qué no me matas?

-Porque ese no es mí trabajo, Alice. Mí trabajo es hacerte confesar los asesinatos de ellos.

-Ah, de todos modos, aún no te he dicho que he sido yo.

-Lo se, pero con todo lo que me has dicho creo que es suficiente.

-¿Si? Realmente eres estúpido, Stefan.

-Hablas como si fuésemos amigos de toda la vida tomando un simple café -Murmuro.

-¿Has escuchado sobre el trastorno de Estocolmo?

-¿Cuál? ¿Ese del qué te encariñas con el secuestrador?

-Exacto.

-¿Te has encariñado conmigo?

-No, todo lo contrario. Si no los mate a ellos, justo ahora ire a la estúpida cárcel por matarte a ti.

-¿Sabes por qué estás aquí, Alice?

-¿Para hacerme confesar un delito que no hice?

-Aparte de eso, estás aquí par...

Unas pisadas se escuchaban a lo lejos. Eran tacones, si, tacones. Luego, una silueta femenina se apareció ante nosotros; solo logré distinguir su pálida piel, piernas largas y huesudas.

-Stefan, ¿que mierda haces? -Reprochó.

-¿Yo? Nada.

-Te he escuchado hablar con la chica, ¿Qué le ibas a decir?

-Eh... yo... no lo se.

-Stefan -Advirtio la mujer.

-Yo... le iba a decir porque está aquí -Admitio el hombre agachando la cabeza-. Discúlpame Michelle.

-Muevete imbecil -Dijo ella, se acercó a mí y me sostuvo del rostro-. Cómo digas algo...

-¿Qué? ¿Me matarás? -Mascullé interrumpiendo su estúpida amenaza-. ¿Acaso crees que no me se ese cuento? Me subestimas, ¿Crees que no se porque me tienen aquí?

-Mira niña, no tienes ni puta idea de que haces aquí y el peligro que corres.

La mujer me soltó del rostro y antes de avanzar nuevamente hacia lo que supuse que era el interior de alguna residencia, me propino una bofetada.

-Muevete Stefan, la ayudaremos a escapar.

-¿Qué? -El hombre parecía igual de sorprendido que yo, abrió los ojos como platos y se quedo parado a mí lado.

-¿No escuchaste o qué? Anda imbecil, ¿acaso crees que tenemos el tiempo del mundo?

-Si señora, perdoné -Se disculpó él.

Seguidamente comenzó a desatar mis piernas y manos. Cuando intenté levantarme de la silla este saco una pistola y me apunto.

-En la que intentes escapar o hacer algo raro, te vuelo la cabeza. Solo te moverás donde y cuando nosotros te digamos, ¿Entiendes?

-Lo se, no hay necesidad a que me apuntes.

Michelle -como supuse que se llamaba-, apareció un dos bolsos negros y un rifle que tenía colgado.

-Nos iremos en el coche, preparalo Stefan, yo me quedaré con ella.

Él asistió con la cebeza y me hecho una última mirada antes de alejarse. La mujer clavó su vista en mí, repasandome descaradamente de arriba a abajo.

-Eres muy valiente, ¿Lo sabes?

-Lo se.

-¿No vas a preguntar por qué te estoy ayudando?

-¿Acaso escapar de algo peor me ayuda? O mejor, ¿Cómo se si enrealidad me estás ayudando?

-Creeme, ni siquiera sabes con quienes te has metido.

-Se muy bien con quienes me metí.

-Entonces no deberías dudar sobre si te estamos ayudando o no.

-Dime, entonces, ¿por qué me ayudas?

-Simple, porque has vengado la muerte de mí hijo. Lo mínimo que puedo hacer por ti, es ayudarte a escapar de ellos. De lo que queda de ellos.

-¿Eh? ¿Tú... qué? -La piel se me erizo y un escalofrío me recorrió la espalda.

-Si Alice, soy yo, la madre de Alek.

-Pero él me dijo que ustedes... ¿cómo es posible?

-Te mintió, Alice. Pero lo hizo para protegerte, él sabe con que tipo de personas estamos relacionados. No queria meterte en la misma bolsa, por eso fue a ese pueblo, pero... No paso mucho desde que se enteraron de su paradero.

-Entonces, ¿No fue un error su muerte? -Pregunte en un hilo de voz, la vista se me nublo y las lágrimas amenazaron con salir.

-No, Alice.

-¿Y si me estás ayudando, por qué me has retenido así? ¿Por qué me has torturado?

-Porque al principio, nuestro trabajo era ese hasta hacerte confesar. Ellos querían eso, querían que tú confesaras que habías matado a esos hombres. Nos contrataron por eso, nos hicimos pasar como sicarios centrales para encontrarte, cumplir con nuestro supuesto trabajo y ayudarte a escapar. Ellos te buscan, Alice. Ellos desean tu cabeza.

Yo me quedé pasmada, la cebeza me daba vueltas. Estaba confundida, enojada y herida.

Alek, él... Me había mentido.

Y yo le vengue pensando que todo había sido un error que le había costado la vida, pero no era así, él era buscado por su pasado.

¿Qué carajos había hecho para que lo matasen así como lo habían hecho?

De pronto, un mal presentimiento me inundó.

¿Quiénes eran los verdaderos malos de este estúpido cuento?

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2023 ⏰

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