CAPÍTULO II 06

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CAPÍTULO II 06

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CAPÍTULO II 06

Jungkook

Conocerte el día de hoy fue fascinante, Mi corazón te eligió a ti en ese momento y el destino quiso juntarnos.

De ahora de en adelante estarás bajo mi cuidado, ya que eres mi ángel. Un ángel que protegeré con mi oscuridad, de cualquier peligro.

── ¡¿Enviaste esa jodida tarjeta que yo no escribí?! ── le grité más que enfadado y teniendo suficientes motivos ── ¡¿Cómo se te ocurre cometer Semejante estupidez?!, acabas de enviar esa cosa plasmada con palabras que no dije, y que ni loco diría. ¿De cuándo acá he sido tan cursi y meloso?, de solo leerla dan ganas de vomitar jodidos arcoíris. 

── Hermano, así nunca conquistarás a la chica. 

── ¿Quién mierdas dice que quiero conquistarla? Ella ya es mía ── me calló abruptamente al escucharme. Yo mismo acabo de reclamarla sin necesidad de mi lobo. 

Estoy jodido.

── Lo ves, así como la quieres, tienes que ganártela ── dijo con esa estúpida sonrisa en su rostro que hace parecer que no tuviera ojos en él. 

── Hubiera sido mejor enviar mi propia nota. ── escupí con molestia. 

── ¿En serio?... ── dijo poniendo una cara de no puedo creerlo ── La leeré en vos alta para que te deleites con tus propias palabras dignas de un cavernícola arcaico. ── toma el papel que estaba en mi escritorio y se sienta en un sofá individual frente a mí. ── Eres mi mate, mi lobo Zac te reclamo y eres mía. De ahora en adelante te estaré observando cara de ángel, no dejaré que los buitres se te acerquen porque tú me perteneces. ── termina y tira el papel en mi dirección ── De paso le hubieras enviado un collar con correa con tu nombre grabado.

«Pues casi lo hice» pensé. 

── ¡Bien!, no soy bueno con las palabras. Fue lo único que se me ocurrió, no sé cómo actuar en una situación así.

── Agradéceme, hice que quedaras como todo un caballero, así no te temerá tanto. A las mujeres les gustan los hombres sensibles que parecen sacados de un libro cliché de romance. ──  mis dedos rozaron  la zona del puente de mi nariz inútilmente tratando de llamar a la calma. La situación me estaba superando, no estaba preparado para encontrar a mi Luna, ni siquiera quería encontrarla. Todo esto me estaba agotando mentalmente.

Hace unos minutos le había enviado un mensaje advirtiéndole silencio. No quería que los demás metieran sus narices donde no les corresponde.

── La amenacé en cuanto bruno me dijo que ya se había enterado y había abierto la tarjeta. ── me mira serio ── Le envié un mensaje a su número celular. 

── Sí que eres estúpido ── dice y lo fulmino con la mirada. Era el único a quien permitía tratarme así solo por el simple hecho de ser mi hermano. ── Mi esfuerzo fue en vano, cuando vas y la cagas ¿En serio la amenazaste?, ¿y qué será lo que harás si no te acepta? ¿Secuéstrala? ── se recarga contra el respaldo del sofá golpeando así su frente con la palma de su mano. Su actitud muy exagerada, no fue una amenaza, fue un sobre aviso. 

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