Me levanté de la cama de mal humor. "maldito calor de mierda" .Pensé mientras me quitaba el pijama y lo sustituía por un vestido de verano.-¡el desayuno!- Dijo mi madre secamente desde la cocina.
-¡Voy!
Bebí de un trago mi café.
-¿qué hora es?
-Las once de la mañana.- Sonreí.
-¿Y esa sonrisa?
-No te veré la cara en una semana.
Ella solo meneó la cabeza de un lado a otro y se fue de la cocina dejándome sola.
Con un gesto de fastidio, me dispuse a lavar los platos que se encontraban en la pila, obviamente, todos ellos con comida.
"Menuda mierda de casa". Pensé mientras tiraba la comida de cada plato al cubo más cercano, que en aquella ocasión resultó ser el verde. "¡Ala! ¡a la mierda! Yo no sé para qué quiere tener cubos de reciclaje esta mujer. ¡Luego va todo al mismo sitio!
-¡Te he dicho que tires la comida de los platos a la maldita basura! ¡Luego no te quejes de que el cubo verde está lleno de restos de comida!
-¡Qué pena! ¡Ese es tu trabajo. ¡y Ya estás sacando la comida de ese cubo y tirándolo al indicado si no quieres que diga a los monitores de la ONCE que no vas a ir a ese campamento!
-¿Sabes que te odio muchísimo? ¡Que ganas de que llegue la hora de salir hacia la ONCE y de no verte la cara en una semana!- Dije mientras seguía fregando los platos.
-Comida fuera.- Dije levantando la tapa del cubo y sacudiendo con un guante de cocina de silicona el contenido de su interior.
"Es tan tonta... Se está pintando las uñas... Sí, huele a esmalte. No se manchará las manos ni arruinará su manicura casera para verificar un cubo de basura. Cuando lo haga, yo ya estaré en el campamento disfrutando de una grandiosa semana de verano. Que ganas de llegar". Pensé.
Oí mi alarma, programada en mi teléfono desde hace tres semanas indicando la hora de salida de mi casa hacia el lugar donde pasaría la mejor semana de verano de mi vida. Agarré mi maleta y golpeé la puerta del cuarto de mi madre.
-¡Vámonos ya o llegaremos tarde!
La vi salir perezosamente de la estancia. Su aroma a perfume caro de imitación inundó el corto pasillo del piso. "Qué asco. ¿Cuándo dejará de dárselas de marquesa?" Pensé. Conociéndola, llevaría su pelo recogido y perfectamente peinado.
En arreglarse y verse perfecta era una experta, sin embargo, en ocuparse de mí, era pésima.
Quizá porque nunca quiso tenerme, o quizá porque nunca aceptó mi ceguera.
En fin, tonterías de una mujer con el síndrome de Peter Pan.
Tras media hora de metro, llegamos a la ONCE, el punto de encuentro en el que coincidiríamos todos los jóvenes de Valencia que habíamos decidido apuntarnos al campamento. Me encontré con dos amigas, África y Lucía y rápidamente nos distanciamos de nuestros familiares para entablar una conversación de chicas sin sentido.
Minutos más tarde, Carlos Grau, uno de los monitores que nos acompañarían durante toda nuestra estancia salió del edificio.
-Hola a todos.- Saludó. Por su voz percibí que su rostro estaba decorado con una sonrisa.
Todos devolvimos el saludo.
-Venid un momento conmigo. Tenemos que poneos algunas vacunas antes de partir. Ya vuestros padres firmaron el consentimiento.

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Innovaciones vampíricas
FanficUn nuevo tipo de vampiro yotras criaturas diversas serán los personajes principales de esta historia. Creados por la ONCE tendrán como objetivo humanizar la sociedadvampírica existente.