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Chapter I

“la ironía de la vida”

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Podía reírse de la ironía que traía la vida, había sobrevivido a una invasión, a una persecución, a la guerra y había revivido de una muerte segura a causa de una extracción, pero de todas las cosas nunca imaginó que podía ahogarse con flores, aquellas que siempre fueron parte de sus pasatiempos, aquellas que le encantaba cuidar en su momento de soledad, aquellas que le traería tranquilidad.

 Irónico, ¿verdad?

 Recuerdos llegaron cuadro en su tierna edad con tan solo 12 años había preguntado a la Hokage en ese tiempo sobre aquella enfermedad, al principio ella se notaba retruene a responder como si aquella pregunta le incomodará.

 Un grupo de jóvenes estaban frente a una mujer de cabellos rubios cenizos, ojos miel, piel de porcelana la mujer estaba cruzada de brazos regañando a los jóvenes quienes estaban arrodillados frente a ella.

 El más joven y más pequeño de esa generación alzó su rubia cabeza demostrando dos grandes, puros y preciosos ojos de un tono tan azul que el mismo cielo y el océano sentiría envidia de su belleza. El chico demostraba curiosidad como ingenuidad.

—    Ne, Obachan, ¿qué es Hanahaki-ttebayo? — Pregunto inclinando la cabeza.

 Los demás jóvenes levantaron la suya para mirar al chico y luego a la mayor, todos tenían la misma expresión… La duda.

Tsunade solo soltó un pesado suspiró descruzó sus brazos y llevo una a la cadera en forma de jarra buscando la manera correcta de explicarles tras un suspiro donde ignoro el insulto procedió con su explicación.

—    Bien, escuchen con atención mocosos que no volveré a repetir.

 Los jóvenes asintieron sentándose cómodamente en el suelo uno a lado del otro, el rubio estaba emocionado.

 Tsunade sonrió al ver a su joven ninja tan emocionado por conocer una leyenda hermosa, pero a la vez triste. Tras aclarar su garganta empezó con su relato.

—    La enfermedad de Hanahaki es ocasionada por un amor no correspondido. — Dijo mirando fijamente a cada joven en el lugar, distintos tonos de cabellos, pero todos demostraban la misma mirada una profunda curiosidad. — Es una leyenda tan antigua como los samuráis, consiste en que una flor dependiendo del color nace en el corazón del perjudicado y crece hasta llegar hacia los pulmones donde lo ocupan.

 Los chicos cuchichearon entre ellos menos el más joven de todos quién analizaba cada palabra.

—    Nee. — Alzó su manita llamando una vez más la atención de los presentes.

 

—    ¿Tienes alguna pregunta Naruto?

 

—    HAI. — Asintió. — ¿Qué efecto tiene dicha enfermedad-ttebayo? — Pregunto bajando sus manitas a los muslos sin apartar la mirada de la mujer.

 

 El rubio juraba que podía sentir una mirada en su ser, lo ignoro, ya que su curiosidad era mayor.

—    Buena pregunta Naruto. — Alabó con una sonrisa que hizo sonrojar al mencionado, los amigos del chico le dieron pequeños golpes al costado burlándose de él. — Concéntrese. — Dijo frunciendo el ceño

Siempre fuiste tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora